Dicen que cuando andamos desfondados de ánimos y no vemos horizonte es porque falta serotonina en los circuitos. De ahí que utilicemos fármacos que apuren un poco su acción en las sinapsis (puntos de conexión entre neuronas). Cuando hay poca comida hay que rebañar bien el plato.
La depresión correspondería al patrón de cualquier enfermedad endocrina: ¿falta una hormona? (por ejemplo la hormona tiroidea): padecemos un hipotiroidismo. Ponemos hormona tiroidea y resolvemos la cuestión. ¿Sobra hormona tiroidea? Hipertiroidismo. Frenamos su producción.
Realmente la cosa no es tan simple. La depresión no es un hiposerotoninismo. No existe nada parecido a una glándula endocrina que produzca serotonina y pueda sufrir enfermedades que limitan su producción o liberación a la sangre. Para empezar, la serotonina no se libera en el Sistema Nervioso a la sangre sino en los precisos lugares en que debe hacer su trabajo. Es un problema de conexiones, no de serotoninas. No falta serotonina. Lo que falla es el estado de esas conexiones, que pueden estar más o menos remolonas para responder a la bendita molécula de la felicidad y del sosiego. No conseguiríamos nada aumentando la serotonina. Los circuitos están de “no”.
La serotonina es una molécula simple, de pocos átomos, pero actúa sobre unas complejas moléculas proteicas, los receptores de serotonina. Hay muchos tipos y cada tipo admite varios subtipos. Un pequeño cambio en el receptor modifica sustancialmente el efecto de la serotonina. Es decir, que cuando administramos un “antidepresivo” estamos forzando una mayor disponibilidad de serotonina en todos los circuitos en los que hay receptores, de todos los tipos y subtipos y en diversos estados de conectividad.
Evidentemente la serotonina no actúa en solitario, según el ridículo esquema de un supuesto circuito de la depresión en el que se liberan pocas bolitas de serotonina en la sinapsis y por eso anda uno flojo pero no hay que preocuparse pues hacemos que las escasas bolitas actúen un poco más de tiempo, bloqueando el mecanismo que las reintroduce (recaptación) en la neurona. Por allí andan también otras moléculas que interactúan de forma compleja y que modifican la respuesta a las bolitas. ¿Cuál será el resultado final de bloquear la recaptación de las bolitas?
Ni idea. No me imagino cómo podemos saberlo.
Un estudio en ratones deprimidos comprueba que no falta serotonina. El problema, al parecer, reside en la falta de respuesta de los circuitos. Por más que aumentemos la serotonina, todo sigue igual. Los circuitos no obedecen.
En la depresión hay unos circuitos en estado de conectividad deprimente. En el caso de los ratones sabemos por qué: les han sometido a unas circunstancias deprimentes que acaban generando un estado de indefensión: “haga lo que haga no conseguiré nada; inútil el esfuerzo; tiro la toalla”.
En la depresión los circuitos cierran la boca a la cucharada de serotonina. No hay apetito. Tampoco funciona hacer el avión con la cuchara.
La serotonina acaba deprimiéndose. Las moléculas tienen también sus estados de ánimo.
No hay peor consejo para un deprimido que el de animarle a animarse.
– Tienes que animarte. Tienes que salir, relacionarte…
La serotonina sería algo así: una bienintencionada molécula que intenta ayudar, animar a unos circuitos que han optado por no hacer caso, pues ese es su cometido: potenciar el desánimo, la indolencia, la lectura negativa de todo. No tiene sentido llamar por teléfono con insistencia a un teléfono desconectado.
La serotonina no es culpable de que se hayan puesto en escena los circuitos del desánimo. No ha habido un bajón en los del ánimo porque ha faltado aprovisionamiento. Lo que ha sucedido es que en el sistema se ha generado la decisión de apagar motores, renunciar al esfuerzo, pues todo será inútil. Serotonina hay. Allí está dando palmaditas y ánimos, pero no resulta. Puede que incluso la serotonina concluya que nada merece la pena.
La serotonina está deprimida. Su buena intención no sirve para nada.
¿Qué podemos hacer?
Está claro, entonces, que en la neurona postsináptica, hay alguna otra rama nerviosa inhibidora más fuerte que la estimulación presináptica.
Esta rama, si no es biológicamente determinada, podría ser psico-socialmente determinada; como ud. ha dicho, pensamientos negativos, cogniciones equivocadas, sí, pero también, presiones sociales para mantener a las personas esclavizadas, en estados de ánimo carenciales porque así son más manejables.
Igual es que esta persona rica en serotonina, es pobre en filosofía, en recursos.
O igual, medio en serio medio en broma, es que sintoniza Intereconomía.
Miguel de la Vega: lo que está claro es que la biología es siempre más compleja que lo que la información al uso dice y que hay que contemplar en el ámbito de la biología humana la poderosa influencia del aprendizaje instruído y reforzado (con y sin engaños). La sinapsis es un lugar de encuentro molecular muy enrevesado, en el que modulan memorias y predicciones, creencias y expectativas, además (claro está) de la realidad de cada momento y lugar. La competición no se da entre moléculas sino entre circuitos evaluativos. El que gana es el que se lleva el gato al agua, menospreciando (dentro de unos límites) lo que “pretendan” las moléculas.
Supongo que en este caso se trataría de depresión cuando no hay causa real para sentirse así, como un suceso trágico, en cuyo caso se supone que es algo transitorio y que se requiere algo de tiempo para superarlo.
Ahora se lleva mucho el tema del hipérico y el triptófano como opción natural.
¿Qué ocurriría en el caso de la depresión posparto?
Antonio: los modelos experimentales de depresión en ratones corresponden a una realidad deprimente impuesta en el laboratorio, es decir, justificada biológicamente. Los remedios “naturales” no aportan nada diferente salvo la escasa fiabilidad por no estar sometidos a regulación.
En la depresión postparto femenina supongo que influirán factores biográficos de relevancia. No concibo una razón biológica que favorezca una mamá deprimida.
Para quien tenga interés por el tema, recomiendo la lectura (o relectura) de estas otras entradas del archivo del blog:
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/03/21/dolor-depresion-e-indefension/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/03/18/este-deprimente-cerebro/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/03/19/esta-usted-deprimido/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/06/01/neurogenesis-de-hipocampo-y-depresion/
Un saludo.
La adversidad puede ser algo construido culturalmente. Hay condiciones de adversidad cristalinas: una guerra, un campo de concentración, etc. pero también hay callejones sin salida que no son tales. La cultura prescribe formas aceptables de comportamiento en función del género al que uno pertenece, o la posición social, o determinado rol, etc. y no legitima o castiga todo aquello que se aparta de la norma. Cuando los deseos o la forma de entender el mundo de una persona choca frontalmente con lo que se supone que debe hacer puede producirse una situación de indefensión como la del ratón. Si hago lo que yo quiero, me siento culpable pero si hago lo que debo, me siento insatisfecho. Si eso se prolonga en el tiempo, me deprimo. Si además, alguien me dice que el problema es la depresión, y uso toda la artillería farmacológica para des_deprimirme, cronifico la situación. Y entonces, seré que me ha habituado a la medicación, que no soy buen cumplidor, que mi forma de ser, etc. y tendré que vivir con ello. Los momentos o hitos biográficos no son más que situaciones en las que se pone en evidencia los recursos que una persona o una sociedad tiene. Y , por desgracia, esta sociedad fomenta el recurso cortoplacista de me tomo algo que modifique la emoción y santas pascuas… no vaya a ser que se desmonte el chiringuito porque las personas empiecen a preguntarse si no hay formas alternativas de vida, de organización social y familiar, etc.
Muy interesante la entrada.
Antonio: respecto a la depresión postparto la cosa no es muy diferente. El cerebro de la madre ha construido una idea de adversidad respecto de su situación, una percepción de incapacidad de hacerse cargo de la situación de maternidad lo que deriva en un estado de hiperalerta e hipervigilancia que bloquean los circuitos del bienestar y fomentan una cognición y un razonamiento rumiante y pesimista de la situación.
En casos extremos la madre puede mostrar un comportamiento y unas deducciones que, observadas desde fuera, pueden parecer inverosímiles o poco comprensibles, estas deducciones son lo que los médicos psiquiatras llaman delirio y de nuevo (al igual que el dolor, que es el tema central en torno al cual gira este blog) son una creación del cerebro proyectada a la conciencia del sujeto con el fin de la supervivencia, aunque el mecanismo finalmente se torne maladaptativo y resulte perjudicial.
Ok, lo comentaba porque tengo un familiar cercano que la padeció. Yo tenía una idea equivocada del trastorno, realmente era invalidante y me daba miedo ir a su casa y ver el percal porque veía a una persona totalmente ida. A día de hoy cuando voy a verla sigo encontrando recetas de paroxetina, y hace 4 años…por lo que sigo preocupándome.
Me parece totalmente injustificable e inmoral las enormes cantidades de antidepresivos que se recetan en el mundo y los pingües beneficios que obtienen los laboratorios farmacéuticos por unos medicamentos con una eficacia tan discutible.
Para colmo ahora con la entrada en vigor del DSM-V, se le da otro gran impulso a esta deriva que consiste en patologizarlo todo, parece que inventado un nuevo medicamento haya que buscarle a toda costa una enfermedad para poder venderlo, y si no la encuentran, se la inventan.
Si bien yo estoy de acuerdo con la idea general de la entrada, también he de decir que en ocasiones he visto respuestas muy favorables en el uso de antidepresivos en personas que se hallaban en una situación de gran sufrimiento, por tanto pueden ser útiles y hay que usarlos con cabeza, entendiedo que pueden ser un “empujoncito” hacia la resolución final del problema, que deberá basarse, en la comprensión de la enfermedad (equivocación cerebral), en los mecanismos que subyacen y en la respuesta adaptativa del individuo a la situación.
Se vive asi con la fm. Tantos millones de personas asi y que no la tienen. Tantos millones de equivocados en el mundo? Que hacer?
Tantos millones de seres humano con una “doble vida”: aparecemos no estar enfermos/mas. Hablamos con nuestro yo-biológico- cerebral, diciendo que esta equivocado, pero al mismo tiempo separar y diferenciar que soy yo la equivocada por múltiples factores del entorno. Como que se rompe un principio esencial de vida que es ser al mismo tiempo una unidad de mente, cuerpo y espíritu. Vivir con estas dolencias es vivir los signos de estos tiempos, un mundo fracturado, una ciencia altamente especializada sin visos de ver todo esto como un sistema integrado y por ello perjudicado. Entonces se podría decir que los médicos nos enferman. Paradojas constantes.
Patricia:
Este problema del dolor sin justificación orgánica que tenemos, no está causado solamente por nuestro cerebro miedoso, necesita obligatoriamente un caldo de cultivo cultural, somos hijos de un error a gran escala, característico como dices de “los signos de estos tiempos” o del espíritu de la época (este es uno de los pilares del modelo defendido en este blog).
Creo que vivimos en una cultura que se aleja de lo humano, muchos de nosotros nos rebelamos ante esa forma de vida absurda e injusta a nivel social y el conflicto lo expresamos a través de problematicas de diversa índole.
Por otra parte, y ciñéndome mas a lo cotidiano y como anécdota. El pasado viernes me desperté con un dolor mayor de lo normal, con unas molestias un tanto diferentes, de inmediato (como nos suele pasar) empecé con la búsqueda de desencadenantes, seguramente fue que me pasé con la cena pensé, pero cuando me levanté vi que me había dejado el wifi encendido, pues claro, esa radicación toda la noche…pero a lo que voy, le comenté esta situación a una persona (sin problemas con el dolor) y me dice: La causa no fué nada de eso ¿No te diste cuenta que estuvo lloviendo de madrugada? ¡Es que la humedad es lo peor que hay para los huesos!.
DaniV:
No creo que la idea sea cuestionar o no que la medicación funcione en determinados casos sino el riesgo que subyace en función de la información que le damos a la persona que sufre acerca de qué es lo que hace realmente la medicación. Si lo que decimos es: te falta serotonina y te la vamos a poner y todo irá bien o le explicamos en qué consiste la respuesta de depresión y como la medicación puede suponer algo así como un pequeño reseteo del cerebro para que el individuo retome las riendas y favorezca que se “reprograme”. Yo suelo explicarlo con la diferencia entre el botón de encendido y apagado y el botón del volumen. La medicación, si es que hace algo, sería bajar un poco el volumen. Pero no tiene ninguna influencia en el botón on-off. Y, por supuesto, advierto de los riesgos de “conformarse” con bajar el volumen exclusivamente.
Por otra parte, insistiría de nuevo en que el cerebro se equivoca relativamente. El cerebro procesa perfectamente información equivocada. Y eso hace que la conclusión no sea la correcta. Hay personas que se deprimen porque según los valores, principios (es decir, creencias) bajo las que viven no le dejan salida real en según qué situaciones. Y, de nuevo, el trabajo es cuestionar esas “verdades” que aprisionan y condenan.
Sergio:
¿Lo del wifi era broma?
Patricia:
Los médicos no nos enferman. Al menos, no con intención. Arturo ya ha comentado en más de una ocasión que la incidencia de migraña en los neurólogos es altísima. Los psiquiatras se medican también con psicofármacos. Al menos, son coherentes con aquello que predican. Estoy contigo que es una tragedia que estemos enfermando sin ser cierto pero también estos tiempos permiten que una voz desde Vitoria vaya contagiando y extendiendo otro mensaje. Puestos a elegir, me quedo con la esperanza de que saber se están cambiando cosas a la desesperanza de fijarme en todo aquello que se sigue haciendo mal.
Saludos a todos.
En el caso de la depresión postparto, mi sospecha es que de nuevo se produce en conflicto en lo que una cree que debe ser y lo que sucede. Como a esto se añadan circunstancias sociales difíciles, mal asunto. En consulta he escuchado a muchas mujeres muy afligidas y sintiéndose malas madres por experimentar sentimientos absolutamente legítimos pero muy castigados socialmente. Una madre no puede quejarse de la carga que supone la crianza porque es lo más maravilloso que hay en la vida. Una madre no puede expresar rabia ante el llanto incontenible de su bebé porque es una criatura indefensa que no ha elegido nacer. Tampoco puede decir que se arrepiente de haber tenido hijos. Y así un largo etcétera…
Yo misma recuerdo haberme sentido un ser infame porque con mi hija recién nacida no noté el vínculo o apego que otras mamás me había contado. Tenía un instinto de protección y de cuidarla pero mi vínculo estaba establecido con una bebé que yo llevaba dentro y no veía pero que no identificaba con el bebé que tenía tras el parto. Me imagino que esa sensación, que además no se puede reconocer en voz alta porque supone ser una madre desnaturalizada, puede desembocar fácilmente en la idea “delirante” de que no era realmente mi hija y bla bla bla. Yo suelo hablarle de ello a las mamás deprimidas y eso les permite narrar a ellas sus sentimientos inconfesables.
El tema propuesto, Antonio, es serio. Tú sigues encontrando recetas de paroxetina cuatro años después y así es, muchísimas mujeres empiezan ese momento su recorrido por salud mental y en él se pueden pasar la vida.
Saludos,
Mar:
He visto bastantes veces reportajes por la tele y hay un montón de páginas en internet que tratan acerca de la relación entre contaminación electromagnética y dolor, depresion, ansiedad, tiroides, etc etc, lo llaman electrosensibilidad.
Incluso un osteópata me comentó que lo primero que tenía que hacer era comprarme unos zapatos con suela de cuero (al parecer porque permiten la descarga de la electricidad estática acumulada).
Nosotros los padecientes tenemos un comportamiento que consiste en la búsqueda permanente de desencadenantes y en relacionar, rayando en el pensamiento mágico, cosas normales que nos ocurren en la vida cotidiana con episodios de dolor..
Teniendo en cuenta esto, imaginate las consecuencias desastrosas que tiene para nosotros no solamente las leyendas urbanas acerca de la humedad, por ejemplo, sino todo el tsunami de nuevas hipótesis avaladas por médicos y científicos.
Apararentemente muchas de ellas son verosímiles y yo no tengo formación para contraargumentar ni “defenderme” y me agarro a ese nuevo clavo ardiendo y pruebo, y vuelvo a probar (malgastando energía, tiempo y dinero).
Yo no tengo ni idea, pero al menos ahora (entre otras razones gracias a este blog de D. Arturo) se que mi principal problema es el miedo, no es el dolor y eso hace que ante cualquier nueva teoría (sea científica o pseudocientífica) me pregunte: ¿Tiene en cuenta el miedo como factor principal? ¿Que no? entonces yo respondo: NO ME INTERESA NO TIENEN NI PAJOLERA IDEA ACERCA DE ESTE PROBLEMA.
Por cierto me gustaría saber si hay alguna entrada en la que D. Arturo comente las razones reales (si las hay) del porque de la rigidez y el dolor matutino.
Gracias y un abrazo.
Por cortesía de Cristina
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/02/18/el-primer-cerebro-del-dia/
Un saludo
Sergio: la sensibilidad química múltiple es más de lo mismo, otro síndrome de irracionalidad central, cerebro hipersensible, miedica, intolerante, que otorga relevancia a situaciones inofensivas y activa respuestas de enfermedad desproporcionadas e invalidantes, hay muchas entradas en el blog que tratan este tema.
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2012/05/28/sindromes-de-irracionalidad-central/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2009/11/04/%C2%BFpor-que-le-llamamos-sensibilizacion-si-es-simplemente-un-error/
Me temo que tu problema no es únicamente el miedo, sino que no te has deshecho del todo de la información basura que todos sabemos que circula por ahí, y también la falta de convicción, no sirve el me lo creo a medias (mi cerebro está equivocado pero como los síntomas persisten pruebo otras cosas y sigo buscando desencadenantes absurdos y sin justificación biológica alguna). Si a Mar le ha sorprendido lo del wifi, a mí me ha sorprendido más tu última pregunta. El primer cerebro de día es la respuesta perfecta (gracias Antonio) pero creo que ya la habías leído porque este tema lo hemos tratado en más de una ocasión.
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2009/07/24/me-lo-creo-a-medias/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/03/24/kindling/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2010/03/09/los-cambios-afectan/
En las entradas que te recomiendo espero que encuentres argumentos para defenderte de la información basura, no hace falta tener una formación médica especializada para argumentar con fluidez e intentar convencer a todo el mundo de que están equivocados, lo importante para empezar es convencerse a uno mismo, rompe el bucle, deja de pensar en la información que circula y el mal que te ha hecho, limítate a hacer oídos sordos, si lees el blog de forma habitual ya sabes más sobre dolor y otros síntomas o respuestas de enfermedad que muchos especialistas, ni te cuento que la gente de la calle, qué más da lo que te digan si sabes que no es cierto, si te sigue afectando es que no has aprobado aún la fase del cambio de creencias porque no has tirado a la basura toda la basura, valga la redundancia, 😉
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2009/10/23/la-informacion-no-tiene-quien-la-informe/
Un saludo.
Sergio : … entre las teoría científicas y las pseudo hay un abismo,no las compares,por favor.
Si fuese posible esa electrosensibilidad a que se refiere… ¿al campo eléctrico?… ¿al campo magnético?….¿acaso ambos?
Cristina:
Parece que me he expresado mal, no estoy de acuerdo con el tema de la electrosensibilidad. Lo puse como ejemplo de bombardeo y de como los padecientes tenemos que formarnos para poder contraargumentar, porque como me ocurrió a mi, en momentos de debilidad y búsqueda compulsiva de desencadenantes te puedes obsesionar con cualquier hipótesis que bien presentada pueda parecerte verosimil.
Cuando comento que lo de que la electrosensibilidad ha aparecido en la tele y en muchas páginas de internet, no es para darle validez, sino como prueba de la fuerza que adquieren este tipo de teorías equivocadas por la difusión que se les da.
Cuando comento lo del osteópata y los zapatos, lo hago como prueba de todo lo que se ha extendido este error y si encima te lo dice una persona en la que has depositado confianza, pues ya se ven los efectos confusionales que provoca.
Nikola:
Toda esta teoría consiste en que electrodomesticos, ordenadores, wifi, antenas telefonía movil etc etc crean una contaminación (eléctrica, magnética o electromagnética, no se si juntas o separadas) que afecta al organismo. En mi caso y como tengo claro que mi problema principal es el miedo, ya no me preocupo tanto de las multiples teorías que quieren explicar el dolor sin justificación orgánica, si acaso intentaran explicar el porque del miedo irracional, ya les haría mas caso.
No sirve de nada ningún modelo de explicación, ni ningún tratamiento que no tenga en cuenta el factor miedo como factor principal, por lo tanto hay que deshecharlas lo antes posible. (Esto es un mensaje sobre todo para mi).
La mayoría de las hipótesis equivocadas acerca del dolor sin daño relevante son científicas (hechas por médicos y científicos en general) por lo que incluso hacen nos hacen mas daño que las hipótesis procedentes de los alternativos, puesto que normalmente confiamos mas en ellas (por eso porque son científicas).
Cristina:
A lo mejor hay temas que hemos tratado anteriormente, pero siento que lo necesito volver a ver porque no lo recuerdo bien, o a lo mejor quiero saber si hay otra entrada que complemente la que he leido…tambien a veces mi memoria flaquea…
Parece que se ha producido una confusión bastante gorda, fruto de las desventajas propias de la comunicación escrita y de mi poca destreza, espero que todo ahora halla podido quedar mas claro.
Hacía tiempo que no comentaba, me pareció en su momento que debido a mi falta de concisión, a mis rumiaciones y largas descripciones acerca de mi situación, había abusado de la paciencia del blog, a veces uno puede pensar incluso que sus opiniones pueden llegar a ser útiles o interesantes y muchas veces no son sino letanías (característica de muchas personas con este problema de miedo y dolor) y por nada del mundo quisiera volver a reincidir en ello, asi que me doy un break.
Gracias y un abrazo.
Sergio: dices textualmente que el pasado viernes pensaste que haber dejado el wifi “radiando” toda la noche podía ser la causa de tu dolor, por esa frase he pensado que no tenías el tema claro, no por los comentarios siguientes. Si tienes claro que los aparatos electromagnéticos son “inocentes”, es absurdo que pienses en ellos asociados a una crisis de dolor, eso retroalimenta al cerebro, es como decir ya sé que no afecta pero lo apago por si acaso… Es lo que te intento señalar, que crees que lo tienes claro pero que siempre parece que dudas… que no parece que has tirado a la basura del todo las creencias erróneas, que parece que te afecta mucho la información alarmista. Y si te recomiendo lecturas precisamente es para “refrescar” ideas y conceptos que me parece, por tus comentarios, que has olvidado un poquito, de hecho, he incluido en la respuesta un poco de todo, también una que te ayude a argumentar con esas personas que te hablan de que la humedad afecta a los huesos (“Los cambios afectan”). Y te hubiera vuelto a recomendar leer El primer cerebro del día si no te hubiera puesto el enlace Antonio. Yo no me aburro de contestar una y mil veces a una misma pregunta en el blog a quien sea que lo necesite, pero mi intención era que reflexionaras un poco sobre si realmente tienes las cosas claras (la teoría).
El miedo es un factor muy importante, pero lo fundamental en este planteamiento es la disfunción evaluativa, cerebro sano pero equivocado. Lo importante de las teorías o planteamientos sobre el dolor es que tengan en cuenta el papel del cerebro como gestor del organismo, la posibilidad de que el cerebro se equivoque en sus predicciones sobre peligro de daño en el organismo, y la importancia fundamental de la cultura y la información alarmista en estas evaluaciones erróneas cerebrales. En el afrontamiento es donde es fundamental abordar el tema del miedo, pero el hecho de que una teoría sobre dolor tenga como fundamento únicamente el factor miedo es insuficiente. Cerebro, neuronas, error de predicción, percepción, programas defensivos del organismo, respuestas de enfermedad, copia eferente, sistema de recompensa, memoria, aprendizaje, imitación, tolerancia, relevancia … Hay mucho más que el factor miedo para explicar el dolor.
En el blog cada uno es libre de comentar lo que quiera, pero si lo haces, lo lógico es que intentemos ayudarte señalándote aquello donde nos parece que tienes lagunas.
Un saludo.
Cristina:
Agradezco toda la ayuda que se me ofrece, tambien es verdad que me sigue frustrando no conseguir llegar a ser conciso y tambien mi dificultad en expresarme de forma precisa ya que me pasa a menudo que las personas entienden lo contrario de lo que quiero decir, las confusiones semánticas son mi pan de cada día.
También considero lo del wifi como no relevante en mi caso, pero fijate que incluso en varios paises de Europa lo han prohibido en los colegios, porque dicen que perjudica. Es un bombardeo constante y a veces caigo y vuelvo a dudar, el otro día, la duda me duró poquísimo, aunque es verdad que se presentó y por eso comenté lo que sucedió como anécdota.
Actualmente pienso que mi problema es el miedo y el dolor, el miedo por supuesto fruto de las evaluaciones erróneas de un cerebro confundido, y el dolor fruto de la estrategia defensiva que usa dicho cerebro como respuesta a ese miedo irracional que lo inunda. Me queda claro tambien que para que este problema ocurra es conditio sin equa non la influencia de una cultura generadora de alarmas y de creencias, y ahora con el poder amplificador de los medios de comunicación, no es de extrañar que cada vez mas personas se vean afectadas. Como comentas es verdad que hay muchos mas factores, pero me da la impresión de que estos son los principales.
Cualquier modelo que no tenga en cuenta esto, cojea desde el principio. Esto lo sé pero a veces vuelvo a caer, por ejemplo este año salió la noticia de que expertos de la Universidad de Sevilla habían descubierto la relación de fibromialgia con la CoQ10, pues probé y me gasté un dinero para nada, después me dije ¿Acaso estos expertos afirmaron que la CoQ10 ayuda a que el cerebro evalue correctamente? Pues nada, a aprenderse de nuevo la lección.
http://www.youtube.com/watch?v=Bihp64tCdYo
Seguramente todo esto me ocurre como consecuencia de que no tengo las cosas suficientemente claras, pero creo que requerirá su tiempo cambiar de forma de pensar y de sentir, acabar con las creencias absurdas y percepciones equivocadas, y sobre todo que todo ello alcance al lugar del cerebro donde se está generando todo este cacao mental sin sentido.
Un abrazo y muchas gracias de corazón.
Sergio: yo creo que ni te has expresado mal ni nadie ha malinterpretado tus palabras, sólo que en tus comentarios se aprecian dudas o lagunas en el conocimiento y también creencias erróneas e intentamos ayudarte a tapar las primeras y derribar las segundas. En un párrafo estás diciendo que lo tienes claro citando cuestiones clave y en el siguiente cuentas algún ejemplo sobre cómo actúas y entonces se ve la contradicción entre lo que dices que piensas y tu comportamiento. A que convivan las nuevas creencias con las erróneas creo que se le llama disonancia cognitiva.
Agarrarse a tratamientos novedosos y milagrosos (y más si se han anunciado a bombo y platillo en los medios de comunicación) es comprensible cuando se está desesperado pero no va en la línea del blog, ojalá hubiera algo para tomar (y, a poder ser, sin efectos secundarios) que ayudara a que el cerebro evaluara de forma correcta pero no lo hay, es otro ejemplo de la disonancia que te comento, tener la esperanza de encontrar una terapia o tratamiento que cure la fibromialgia y que vaya en la línea de los contenidos del blog es incoherente. Al cerebro se le saca de su error con píldoras de información y actuando en consonancia con las nuevas creencias, no intentando aumentar o disminuir los niveles de enzimas, coenzimas, hormonas, neurotransmisores, etc. Ya sé que lo sabes pero si lo sabes, actúa en consecuencia, eso de lanzarse a la piscina con convicción es desde el momento en que el planteamiento “cuadra”, no desde el momento en que los síntomas desaparecen. Y de buscar ayuda para vencer el miedo, creo que hemos hablado en más de una ocasión de que lo que te conviene es un fisioterapeuta-pedagogo del dolor.
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2009/06/29/teorias-y-practica/
Un saludo.
Cristina:
Exactamente, una disociación, discrepancia, disonancia, entre diferentes partes que no opinan lo mismo, uno experimenta intensamente lo irracional de la situación fóbica, pero no consigue dejar de experimentar un miedo atroz que le inunda por completo.
Otra cuestión: La no aceptación del riesgo natural que implica vivir y moverse. No quiero incertidumbres, quiero estar absolutamente al 100% seguro de que si hago este o aquel movimiento no me voy a quedar clavado (esto es fundamental cambiarlo).
Hay jugadores de baloncesto (por ejemplo Juan Carlos Navarro) que tienen problemas lumbares y saltan, corren, chocan, se caen al suelo…y cuando tienen un episodio agudo, se tratan, mejoran y a seguir jugando. Aceptan el problema dándole la dimensión que exactamente tiene, saben que tarde o temprano probablemente tendrán una recaída y aún así, siguen con su actividad.
Entiendo racionalmente el problema, pero vivo como si no comprendiera nada ¿Ves la disonancia?
Y ¿Que pasa cuando uno experimenta intensamente esta disociación, este gran conflicto entre las partes? Pues no es raro que pueda aparecer sentimientos de extrañeza acerca de la propia identidad. ¿Quien de esas partes es Yo? ¿Yo es un espectro, es una cosa que no existe, pero necesaria para andar por el mundo? ¿Solamente los que viven la disonancia son conscientes de eso? (Estas preguntas no son para contestarlas, son algunas de las que me surgen en esos momentos).
En cuanto a la necesidad de fisio, es de cajón, el problema consiste en que quiero a un profesional experimentado, humano y formado en pedagogía del dolor, y donde yo vivo no lo hay, por lo que he estado pensando en la necesidad de tener que desplazarme a Vitoria.
Un abrazo.
Sergio, te pongo un fragmento de un libro que estoy leyendo (viene en las lecturas recomendadas del libro de Arturo). Cuando has hablado de Navarro me lo has recordado 🙂
“Nuestro sistema nervioso se deja arrullar o estimular mediante las palabras. No es casual que fuera un retórico, Antifonte de Atenas, quien descubrió las virtudes terapéuticas del lenguaje. Según nos cuenta Plutarco “Mientras se hallaba ocupado en el estudio de la poética, descubrió un arte para liberar de los dolores. Se le asignó una casa en Corinto, junto al Ágora, en la que puso un anuncio, según el cual podía curar a los enfermos por medio de palabras. En mayor o menor medida todos usamos de este poder persuasivo del lenguaje, que vuelve
a intervenir en la acción, ahora como espectador que se jalea o deprime a sí mismo. Los atletas, antes de empezar la competición, se concentran hablándose. Poseer una retórica personal eficaz, que acierte a tranquilizar o animar los delicados mecanismos del ser humano, es uno de los métodos que el Yo ejecutivo tienen a su disposición para incrementar su influencia.
El ejemplo del corredor que se sobrepone al agotamiento muestra que los valores influyen en la conciencia de dos maneras distintas: pueden ser sentidos y pueden ser pensados. Cuando los sentimos, experimentamos su atracción o repulsión, las vivimos. Por el contrario, cuando pensamos un valor lo hacemos instalados en una cierta indiferencia, porque vemos lo valioso sin sentirlo.
Lo innovador es que el hombre pueda regir su comportamiento por valores pensados, y no sólo por valores sentidos. Si sólo pudiéramos acomodar nuestra conducta a éstos últimos, no podríamos habla de libertad, porque no podemos dirigir libremente los pensamientos. Sentimos los valores que sentimos y ninguno más. Vivo el valor del agua cuando tengo sed, pero afortunadamente puedo pensar en su valor aun después de estar saciado. A pesar
de la angustiosa protesta de sus músculos, y de que sólo tiene cansancio, el corredor puede pensar en otros valores o recuperar de su memoria los valores vividos en otras ocasiones y ajustar a ellos su comportamiento. Una vez más, lo irreal se introduce en las propiedades reales, las amplía y enriquece.”
El libro se llama “Teoría de la inteligencia creadora” y es de Jose Antonio Marina
Un saludo
Antonio J Ruiz:
Importantísimo lo que nos decimos, y tambien lo que nos dicen, el entorno es muy importante. Hay una creencia generalizada que consiste en la idea de que la columna lumbar es una estructura débil y vulnerable, esto caló en mí. Recuerdo ya hace muchos años, mucho antes de tuviera problemas con el dolor, que en la consulta del médico de cabecera había en la pared un poster bastante grande, donde por medio de textos y dibujos, te daban consejos sobre la postura, de como levantar un peso etc etc, lo que mas me afectó fue que aparecía el concepto de dolor lumbar crónico. Salí de la consulta pensando “Dios mío que horrible tener dolor todos los días”, yo entonces no sabía que existía eso del “dolor lumbar crónico” desafortunadamente, ahora si lo sé.
Esto quiere decir que ya en esa época ya tenía plantada la semilla del miedo, a pesar de no haber tenido nunca un episodio de lumbalgia aguda.
Los deportistas que superan sus lesiones, desde mi punto de vista, creo que tienen que tener un entorno inmediato positivo y generador de confianza.
En mi caso desafortunadamente no lo tuve, cuando me produje el primer episodio de lumbalgia facetaria, ante la intensidad del dolor y lo banal del movimiento previo, mi imaginación catastrofista se disparó, a lo que se sumó la opinión alarmista de algún traumatólogo.
Otro caso ejemplificador de deportista, es Usain Bolt. Tiene un problema lumbar crónico y cada vez que aumentaba la intensidad del entrenamiento, lumbalgia aguda que te pego.
Por miedo, empezó a saltarse entrenos, y a pensar en abandonar el deporte, pero ahí surgió de su entorno inmediato su entrenador, que le dió confianza, que le explicó que las lesiones son riesgos inherentes al deporte de competición y que valía la pena asumirlos, y lo que hizo fue no darle el consejo alarmista de cuidado al agacharte, cuidado con lo evantas etc etc, sino todo lo contrario, le aumentó el trabajo con pesas en el gimnasio. Probablemente pienso tambien que Bolt tuvo la oportunidad de hablar con compañeros con lesiones similares que seguían con su actividad deportiva, y eso tambien da un plus de confianza.
A mi me pasó todo lo contrario, abandoné radicalmente el deporte, semilla del miedo plantada hace años, entorno cultural y entorno cercano alarmistas etc etc
Lo que nos decimos y lo que nos dicen, condiciona muchísimo.
(a veces hablo de mi experiencia para ilustrar mejor lo que quiero decir)
Gracias por el fragmento.
Dónde vives Sergio?
Quizá te pueda recomendar un buen fisio-pedagogo
JC:
En Las Palmas
Sergio:
Sí está chungo entonces…, 😉
Te iba a mandar a la C. Valenciana…
Pero si es tu prioridad nº1, valoraría moverme a cualquier sitio
JC:
Gracias, me han comentado de gente formada en otra isla, pero no es factible coger un barco cada vez que vas a consulta o quedarte a vivir allí hasta que el problema se resuelva, además de que necesito estar muy seguro de las manos en las que me pongo (tengo una psicología complicada que requiere un profesional multidisciplinar en si mismo, o sea, un 3 en 1.Y que sea muy humano por favor).
Aquí lo último que probé fue fisioterapia acuática en dos periodos de varios meses (me di dos oportunidades) sin ningúna mejoría.
Un saludo
Arturo necesito tu consejo, hay alguna forma de contactar contigo?
Karim: puedes utilizar mi correo elecgtrónico: arturo.goicoechea@gmail.com