To enact es un verbo inglés que no tiene correspondencia en el castellano. Puede que sea porque somos dados a la especulación y filosofeo perpetuos y rehuimos la escenificacion de lo que debatimos circularmente.
Es una lástima. Es un verbo útil.
En los cursos, explicamos la teoría, los conceptos. Creo que los alumnos los captan correctamente. Tienen el guion en sus mentes. Queda la puesta en escena. Saben cuál sería el comportamiento deseable pero hay que echarse a la piscina para que el cerebro construya la convicción de flotabilidad. Hay que “enactuar”.
El organismo no es algo estático, congelado, una estructura determinada que admite dos estados excluyentes: sano o enfermo; normal o anormal. Un organismo es un sistema abierto que interactúa con el mundo. El mundo tampoco es algo estático, determinado, condensado. Cambia y ofrece múltiples posibilidades. En gran parte es algo que aparece según el modo en que lo miramos, oimos, palpamos y pensamos.
No es buena estrategia la de pensar en mundos y organismos teóricos, ideales, rumiando el lamento de lo que pudo y debió ser pero que dejó su lugar a lo contrario.
No es productivo marear la perdiz con la incertidumbre.
– La teoría me la sé. Me pare lógica, simple, creíble. Lo que no sé es cómo ponerla en práctica.
No hay un método, una secuencia. Hay que permitir el encuentro de uno, desde el nuevo marco conceptual, con la realidad cotidiana, sabiendo que esa realidad está por emerger, según interactuemos (“enactuemos”) con ella desde el nuevo guión.
El “desenmigrañamiento” (Sol del Val) de cada uno está por desvelarse. No existe como algo previo y oculto que debemos descubrir. Sólo aparecerá si decidimos que nuestro programa como individuos colisione con los recelos miedicas de nuestro cerebro.
Podemos conocer perfectamente qué es una bicicleta, saber que otros consiguen rodar sin problemas, ser conscientes de que podríamos tal vez aprender a andar en bici, pero los intentos fracasan. No tendría sentido hacerse preguntas retóricas, obsesivas e improductivas sobre el por qué de nuestra incapacidad si no acabamos de subirnos a ella y dejamos que la relación vaya progresando hasta conseguir que el objeto bicicleta forme parte de nosotros como una parte extendida corporal.
Cada momento, lugar y circunstancia contiene una representación o guión cerebral, con significados, expectativas y recelos variables. Percibimos el dolor, la incertidumbre de una crisis y deshojamos la margarita de la conducta a seguir. ¿Cuarto oscuro? ¿calmante? ¿lo conseguiré? La angustia por lo inmediato empuja con apremio hacia la ejecución del programa que querríamos evitar. Nos ponemos el flotador y nos bañamos en la piscina infantil con un agua que apenas nos llega a las rodillas.
El cambio de significado genera un cambio en la respuesta del organismo a cuestiones triviales.
– La migraña es sensible a los cambios hormonales. Ello explica que aparezca con la menstruación.
Parece que la migraña fuera algo físico, un estado previo químico y que el “cambio hormonal” actúa como un añadido molecular que pone en marcha la reacción temida. No podremos hacer nada. Cosas de la Química.
La migraña es un estado que emerge de la interacción de un universo de conexiones tejido en el aprendizaje a golpe de guiones de expertos y familiares y escenificaciones en determinados escenarios y siempre con los mismos espectadores.
– Erase una vez una cabeza sensible a los cambios hormonales… Cuando las hormonas cambiaban se desencadenaba en la cabeza una furiosa reacción química…
Es un cuento. Una narración escenificada una y otra vez hasta el punto de parecer que la realidad es y solo puede ser esa.
Hay alumnas que enactúan desde el nuevo marco y dejan de padecer migraña cuando las hormonas cambian. La realidad biológica parece haberse trastocado. No ha habido cirugías ni suplementos químicos. Solo ha cambiado el marco de significados y la nueva normativa se ha aplicado.
– ¿Entonces, qué hago?
– Enactúe
¿Puede ser que el cerebro, durante el periodo previo a la menstruación, esté especialmente miedica y temeroso, influído por las hormonas, y por eso aparezcan más migrañas que en otros momentos? Igual es una tontería lo que acabo de preguntar pero sí es verdad, por lo menos en mi caso, que esos días hay más ansiedad y el estado de ánimo es peor. “Enactuar” también resulta un poquito más difícil.
Paloma: lo que dices no es ninguna tontería. La menstruación, desde el punto de vista biológico, es vivida como una “casi enfermedad”. La posibilidad de fecundación se ha esfumado y desaparece la motivación biológica para exponerse en la sabana a cazar un varón mientras el león observa. Los niveles de estrógeno descienden y el sistema nociceptivo está más en alerta a la vez que se rebajan algo las dinámicas de exploración del mundo. Nada de eso justifica la aparición de dolor, en forma de una crisis. Es un programa de enfermedad muy atenuado, es decir, debiera pasar desapercibido. La cultura pone la amplificación necesaria para que el cerebro active las alarmas.
Hola Arturo; ya que andamos con hormonas…¿hasta que punto un tratamiento hormonal fuerte, como es el caso de las técnicas de reproducción asistida puede afectar realmente al organismo o realmente existe una amplificación rodeada además de emociones muy fuertes?
No sabes como nos alegra a las ex padecientes tenerte cerca a diario.
Un abrazo.
ahhh no me refería a la migraña, eso ya está descartado…pero las náuseas y otros síntomas me parece a mí que tampoco son el resultado de ningún daño…
LOURDES: el organismo humano está seleccionado para la adaptación a todo tipo de escenarios pero también lo está para dejarse influir por la cultura…
Gracias Arturo por tus respuestas que no sólo aclaran sino que además tranquilizan. Antes de leerte estaba completamente convencida de que la bajada de estrógenos y la migraña iban de la mano. Por si tenía alguna duda el ginecólogo se encargó de disiparla: tus migrañas son claramente hormonales y como ahora tienes las hormonas más fluctuantes pues también te aparecen más migrañas, yo no te puedo dar nada pero búscate un buen neurólogo. El buen neurólogo me mandó sibelius y un triptan para cuando me diera el ataque fuerte. Sin comentarios.