Las Neurociencias aportan conocimiento sobre la buena y mala vida de las neuronas, individual y colectivamente, en la salud y en la enfermedad, en el error y en el acierto.
La Neurología se ocupa de las enfermedades de las neuronas. Diagnóstico y tratamiento. Identificación del daño neuronal, su localización, su agente causal, y la neutralización o, al menos, la minimización de las consecuencias sobre el individuo.
Hay enfermedades y padecimientos. En el padecimiento está enfermo el individuo pero su organismo puede estar razonablemente sano. Al menos las pesquisas de enfermedad resultan negativas. A criterio arbitrario del profesional se concederá el label de enfermedad (misteriosa) a algunos padecimientos y se negará a otros.
El dolor siempre es un padecimiento, pero no siempre surge de una enfermedad reconocida como tal. Hay quien propone el reconocimiento universal como enfermedad a cualquier dolor que consiga el aprecio de la cronicidad (más de unos pocos meses). La enfermedad que produce el dolor sería el propio dolor.
El dolor es una enfermedad.
No todos bendicen la idea. Prefieren el límite claro entre salud y enfermedad.
La Neurología es una disciplina que prefiere evitar el roce con los padecimientos sin enfermedad. Para eso están la Psicología y la Psiquiatría. Acoge selectivamente como enfermedad a algunos padecimientos (algunas neuralgias, migraña) y reniega de otros (p.ej. fibromialgia) sin que queden claros los motivos.
Las Neurociencias se ocupan tanto de las enfermedades como de los padecimientos.
La Neurociencia del dolor no hace ascos a los padecimientos sin enfermedad. Todo dolor es objeto de interés por desvelar su entraña. No hay dolores nobles e innobles. Todos duelen y enferman al individuo, le quitan vitalidad, función.
Las neuronas no tienen sentido por sí solas. Si no pertenecen a un colectivo conectado se convierten en neuronas sin techo, sin comida… Mueren o se suicidan. Son neuronas sanas pero fracasadas.
Las neuronas compiten por la conexión. Las neuronas de los circuitos que proyectan dolor son neuronas sanas, bien conectadas. La enfermedad del dolor surge de la salud excelente de las asambleas neuronales que lo generan. Disparan sin contención, sin resistencia de posibles colectivos de neuronas de signo contrario: aquellas que defienden la probabilidad de normalidad.
La enfermedad del dolor no es sino un desequilibrio injustificado a favor de los colectivos equivocados, desinhibidos, de neuronas sanísimas a las que les va de cine con la hipótesis de enfermedad mientras los circuitos de la salud languidecen.
Los equilibrios entre propuestas de asambleas neuronales de signo contrario son complicados y no siempre se consiguen. A veces ganan las pasotas y otras las alarmistas.
Un cerebro dominado por el poder de las tesis alarmistas proyectará dolor innecesario.
Un cerebro dominado por las tesis pasotas, confiadas, proyectará indolencia aun cuando mueran neuronas de modo alarmante.
Las Neurociencias se ocupan del universo de la toma de decisión neuronal, de los errores y su detección. La red neuronal no es mas que eso: un ámbito de toma de decisiones en un universo incierto.
La migraña es un padecimiento que surge de un cerebro que toma decisiones erróneas. La Cultura influye en las decisiones cerebrales, en la organización de asambleas neuronales.
La enfermedad de la migraña es una enfermedad evaluativa. El agente causal no está en el continente, en el hardware, en los genes, en los canales iónicos, en los neurotransmisores. Los componentes son normales. Falla el contenido, la información, el período de instrucción, el aprendizaje. Se ha construido una conectividad que promueve la alerta.
Intenté exponer todas estas cuestiones, ya conocidas por los lectores del blog, a un colectivo de neurólogos para los que todo esto sonaba extraño, novedoso, quizás interesante pero demasiado alejado de lo que profesan y aplican en el día a día. Tenía poco tiempo para hacerlo y, por error de cronometraje, se redujo aún más quedándoseme la mitad de la argumentación en el tintero.
Precipitadamente, concluí con la exposición de los resultados de los grupos de San Martín.
La migraña es un padecimiento por una disfunción evaluativa facilitada por la cultura. Cuatro clases sobre Biología del dolor producen un cambio sustancial, con derrumbe del dolor y el consumo de fármacos y recuperación de la dignidad del padeciente.
Como comenta Rafa, uno de los médicos del grupo, responsable del análisis estadístico de los resultados: los resultados son apabullantes. Explícalo así…
No sé, no sé. Me gustaría creer que algo se removió en alguna mente. Algo que le obligue a cambiar el rumbo. Pronto lo sabré. Me temo que habrá un elocuente silencio.
Ojalá me equivoque.
apreciado Arturo, todo requiere su proceso; no se trata de contraponer una opiniones sobre otras, sino de verificar qué hipótesis se sostienen mejor ante los hechos.
Me permito recordarte una frase Gandhi: “Primero te ignoran, después se ríen de ti, luego te atacan, entonces ganas”
Nadie es profeta en su tierra, dicen… En cualquier caso, tú has hecho y dicho lo que tenías que decir. Has sembrado y ya recogerás. Si no da fruto, también puede ser que el terreno fuera yermo.
Arturo,
Como tu mismo dijiste en el curso intensivo “no establezcas una lucha sin cuartel, deja que la cosa fluya…” Hoy lo he aplicado y me atrevería a decir que he ganado mi primera batalla,…la guerra final la ganaremos, no te quepa la menor duda; tu consiguiendo que ese silencio desaparezca, y nosotros los padecieres ayudándote con datos y resultados.
Hoy estoy feliz. Gracias.
Los datos efectivamente son apabullantes y los testimonios de los que seguimos este blog también. Esto no tiene marcha atrás.Cuando las creencias cambian lo que hemos dejado atrás se siente lejano, como ajeno. Ahora me rio mucho de mis desencadenantes, de mis rituales cuando tenía una migraña , lo veo todo tan absurdo, tan incoherente……
Los profesionales somos como los paquidermos,nos movemos muy lentamente, cambiamos nuestros métodos con muchas resistencias y no nos queremos salir nunca del redil, de lo establecido.
El gremio no escucha , no le interesa , está cómodo con sus terapias, con sus teorías. Para ellos eres una (con perdón) mosca cojonera que no para de dar la lata con sus datos, pero un montón de padecientes que leen este blog y acuden a tus clases se benefician de tu tesón y tu generosidad.
Acabaremos haciéndonos escuchar y, si no , muchos nos habremos librado de muchas pesadillas(cerebrales).
Un abrazo
Luz: he comenzado el día leyendo tu comentario. Me alegra saber que estás ahí en la brega y que algo parece aflojar en los circuitos cerebrales de la irracionalidad. Suerte.
Sol del Val: no hay sino echar un vistazo a la historia de la Medicina para comprobar que es cierto lo que dices. He perdido toda esperanza de que los compañeros neurólogos tiren de este tren pero aquí, en Vitoria, van apuntándose al carro médicos de Atención Primaria. Creo que son ellos, junto con los padecientes, los que pueden protagonizar el cambio.
Gracias por los ánimos. Afortunadamente andan bien
Pere: creo que estoy en la fase de que me ignoran. No me importaría que atacaran los argumentos. Así podría contraargumentar.
Saludos
Mar: efectivamente, creo que el terreno neurológico no parece reunir las condiciones para la germinación, por razones que se me escapan. Ya en 2005 en el volumen del Handbook of Neurology dedicado al dolor el primer capítulo tenía un título preocupante: ¿”Por qué no les interesa el dolor a los neurólogos”?
Hablando con el Presidente de la Sociedad Vasca de Neurología estábamos de acuerdo en que era necesaria la actualización de los neurólogos desde la Neurociencia, en el tema del dolor y en otros muchos.