Cuando inicié mis primeras reflexiones sobre el dolor tuve que preparar una sesión clínica en el Hospital. Finales del pasado siglo.
El dolor es… una percepción…
Bien. ¿Qué es una percepción?
Ahí empezó todo el lío. Esa pregunta me alborotó la mollera y ahí sigue, viva, criando nuevas preguntas. Realmente no sé qué es la percepción. Conocemos algo, cada vez más, de su arquitectura neuronal, los circuitos que la generan y, sobre todo, sabemos que la percepción no es un proceso pasivo, dictado por los datos que los sentidos aportan.
La percepción es aquello que el cerebro proyecta a la conciencia, esa pantalla que el organismo dispone para que el individuo navegue por el mundo y sus representaciones imaginarias.
El dolor es una percepción… El dolor es una proyección a la pantalla de la conciencia desde el cerebro. Una valoración de la amenaza que en ese momento los circuitos de la memoria predictiva han considerado: peligro aquí y ahora, por esto y por aquello.
El cerebro no informa de sus procesos, sus razones. Lo que percibimos es el informe final, el miedo al daño en el caso del dolor.
Si el cerebro valora amenaza de parásitos o tóxicos cutáneos proyectará picor. Es el modo de expresar su temor y el modo de neutralizarlo, tratando de conseguir que el individuo decida rascarse. Lo de menos es si hay o no peligro real. Basta con el miedo.
La percepción de dolor siempre contiene el miedo cerebral al daño.
En una crisis de migraña el individuo no recibe un informe cerebral con justificaciones…
– Hemos activado los programas de alerta al daño. Hace viento Sur. Nuestra sección de valoración de probabilidades nos presiona a que pongamos en marcha la alarma. Tendrás que recluirte en una habitación, evitar la interacción con el entorno, renunciar a tus planes, eliminar lo que hayas comido (por precaución), tomar el “calmante”…
– Sólo sé que me duele.
La percepción no es fiable. Es un producto de lo que el cerebro considera posible y/o probable, con un riesgo de error variable.
La percepción del interior es especialmente de poco fiar. Hay mucho falso negativo y falso positivo. Podemos sentirnos estupendos y estar criando una situación de riesgo coronario o un cáncer o sentir la muerte inminente y estar asquerosamente sanos.
Lo que percibimos refleja la realidad, a veces, y el temor a una realidad posible otras muchas.
Dice Llinás que el cerebro es una máquina de soñar, con el individuo apagado durante el sueño, o despierto, vigilante y atento o pensando en Babia. No es el individuo el que sueña, estando dormido. Se limita a percibir lo que el cerebro trajina con sus memorias y predicciones. También sueña el cerebro la realidad con el individuo despierto, pero aquí el sueño está sujeto a lo que los sentidos aporten. No podemos alucinar a voluntad (sin tomar alucinógenos) estando despiertos. Necesitamos abandonarnos y dejar que el cerebro nos apague para percibir mundos imaginarios.
La migraña es una pesadilla cerebral paradójica. Se proyecta a la conciencia estando el individuo despierto. Es una alucinación de daño.
Dice Ramesh Jain que la percepción es una alucinación controlada por los sentidos. La vista, el oído, el olfato, el gusto, el tacto… Los sentidos aristotélicos. Los famosos cinco sentidos. El sabio griego no tuvo en cuenta muchos otros sentidos. Por ejemplo el sentido del peligro y el sentido común.
El sentido del peligro utiliza material de memorias, expectativas y creencias, cultura, adoctrinamiento, experiencia propia y ajena de daños pasados. El sentido común, la racionalidad biológica pone freno al desvarío del miedo al daño somático, la emoción más poderosa en el organismo.
En la migraña percibimos ese miedo proyectado por el sentido del peligro con poco sentido común.
En la primera sesión del grupo, en San Martín, traté de explicar el peligro de dejarse llevar de lo que percibimos. Puede que sólo creara confusión.
¿Qué es la percepción?. No lo sé. Sólo sé que no debo fiarme. Puede que la pantalla esté en blanco y esté pasando algo y puede que en la pantalla se esté proyectando una realidad imaginada en los circuitos del miedo.
– YO no tengo miedo a tener un tumor. YO… YO…
Otra cuestión fundamental y peliaguda: el YO
Llinás escribió un buen libro: El cerebro y el mito del yo.
En El Correo de ayer el periodista de turno colocó un titular aterrorizante: “Ciertas migrañas aumentan el riesgo cardiovascular en la mujer”.
Es fácil inyectar miedo irracional. Disolverlo con información es complicado. Muchas padecientes se quedarán con el titular y no se fijarán en la letra pequeña.
Supongamos que sea cierto lo del riesgo vascular: la migraña aumenta, débilmente, muy débilmente, el riesgo cardiovascular…
Vale, pero…
¿Qué es la migraña?
Queria explicar una experiencia personal.
Estoy mucho mejor, y todo mas controlado.
Ayer tuve un dia super activo, con nervios y ansiedad, nada especial, el dia a dia pero mucho mas intenso, y yo controlo mas mis emociones. La ansiedad me mata. Yo note que estaba cansada, pero contenta y bien. Sin embargo esta mañana a las 5h. me ha desperetado una migraña fuertisima e insoportable…que he tenido que tratar quimicamente y dormir…estoy segura que es la “ansiedad” la que me genera la migraña…a ningún otro desencandenante de los citados clasicamente me la producen.. ¿¿es posible?? ¿¿Como atajar?? teniendo en cuenta, insisto, que es una ansiedad producia por la intensdad de un día ” de tareas diarias y comunes””..
gracias
Nesi: que la ansiedad diaria y cotidiana te produzca dolor es tan absurdo, desde el punto de vista biológico, como que lo produzca cualquier otro desencadenante típico. La intensidad de un día no puede provocar daño necrótico en tu cabeza. Hay entradas muy interesantes sobre estrés y dolor en el blog. Si Cristina anda por ahí, seguro que pone el link.
Arturo: envidio tu capacidad para hacerte preguntas. Hasta la fecha, no he dado con ningún profesional de la “salud mental” (y me incluyo) que se haya planteado qué es una percepción y nos dedicamos especialmente a trabajar con ellas. Me ha gustado especialmente esta entrada. Y pienso copiarte la idea: me han encargado que habla del grupo de dolor crónico en la docencia de los residentes y pienso empezar por ahí…
Saludos…
Nesi: por si te sirven estas lecturas para complementar la respuesta de Mar:
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2009/06/09/estres-y-dolor/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2012/02/13/estres-y-dolor-2/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/09/29/dolores-del-alma/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2010/05/05/el-dolor-me-despierta-yo-no-estaba-pensando/
Un saludo.