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La memoria del dolor

Intuitiva y erróneamente pensamos que la memoria es una función que permite grabar con fidelidad las experiencias y reproducirlas con fiabilidad cuando las necesitamos.

– Lo recuerdo como si fuera hoy mismo.

Cuando lo experimentado contiene carga emocional, relevancia, se graba “a fuego”, de modo indeleble e inmodificable. Eso pensamos.

– No se me olvidará mientras viva.

También se dice que un exceso de impacto emocional, una experiencia que supera la capacidad de tolerancia, envía el suceso al sótano del alma, para que no perturbe el futuro. Eso hace que la energía emocional escape por fisuras que no debe al encontrar sellada su expresión natural.

Todo en Biología es una cuestión de memoria, de retener trazos de los sucesos, para no tropezar en la misma piedra. La Evolución es la historia de la memoria. Cada especie ha seleccionado su propio estilo de memorizar.

Una buena memoria no es aquella que recuerda todo, con todo detalle. Esa propiedad encorsetaría al individuo, le invalidaría de cara al futuro, algo siempre cambiante. Una buena memoria es aquella que procesa las experiencias, las trozea en partículas elementales y las habilita para ser recompuestas de nuevos modos.

Una buena memoria descompone el pasado en piezas de lego para imaginar un futuro posible-probable.

El dolor está sometido a la dinámica compleja de la memoria. Un traumatismo cervical deja su huella de daño y dolor y si no se consigue que el recuerdo se enfríe, la “memoria del dolor” mantiene el impacto emocional del momento del trauma en nervios y centros de procesamiento. El circuito nociceptivo (procesador de señales de daño) lo convierte todo en señal de peligro por obra y desgracia de una memoria fotográfica que solidifica el suceso en carne viva.

La memoria es, en realidad, una función creativa, sometida a la dinámica de tejer y destejer. La “memoria del dolor” responde también a esa condición imaginativa. El dolor se cronifica, no porque esté grabado a fuego (estrés postraumático), sino porque la memoria sigue construyendo una teoría catastrófica de los tejidos, imagina un futuro definido por la vulnerabilidad extrema.

La memoria necesita tanto el recuerdo como el olvido, la excitación como la inhibición. La reconstrucción continua de la memoria debe conducir a separar el grano de la paja, lo relevante de lo fútil, la señal informativa del ruido perturbador.

Memorizar es imaginar el futuro, representarlo internamente en base a nuestras experiencias y conocimientos, expectativas y creencias. Si la memoria del dolor lo proyecta a la conciencia en un lugar y momento del espacio-tiempo corporal eso quiere decir que esa memoria contempla el temor al daño.

Trabajar el dolor crónico quiere decir trabajar la memoria imaginativa. No se trata de borrar recuerdos sino de trabajarlos, diseccionar los datos y recomponerlos desde la racionalidad, desde la probabilidad sensata.

– Te duele porque piensas que te va a doler. No pienses en el dolor… Olvídate de la columna…

Es inútil. Ordenar a la memoria que no recuerde esto o aquello probablemente conseguirá que, irónicamente, lo tenga más presente y más futuro.

No hay que dar órdenes sino poner orden, sentido común.

– Duele porque tu memoria sigue imaginando daño, vulnerabilidad. Vive en la incertidumbre. Tienes que pensar en el pasado, en el accidente, analizarlo desde una óptica sensata y devolver la rememoración a la memoria para que en sus talleres se reprocese con más racionalidad el futuro.

La memoria nos abre al futuro o nos encadena al pasado.

– Recuerde, piense, imagine… pero sea racional.


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    10 comentarios en «La memoria del dolor»

    1. Estupendo el artículo, me ha encantado leerlo pues hace poco tuvimos una conversación similar, lo dificil es hacer comprender a una persona que ha estado tanto tiempo sufriendo por un recuerdo, de que es su cerebro, quien le está engañando. Como aprender a controlarlo? Y por qué les sucede a unas personas y a otras no? No soy una profesional sanitaria, ni creo que pudiera serlo jamás, soy demasiado sensible y empática, por ello admiro a la gente como usted tan dedicados, de nuevo gracias por los articulos. Salud y paz mental.

    2. ¡Hola Arturo! La creación de la memoria en relación a experiencias emocionales a nivel neuroquímico es gracias a las catecolaminas que lo facilitan, ¿ho es una explicación simple y antiquada de como se forman los recuerdos? En la creación de memoria vuelve a aparecer la matriz de la conciencia corporal, o como dices tu, de la relevancia. Por eso cuando haces “novedad”, parece que hayas vivido más tiempo, porque se ha “grabado más”. Yo le digo a mis amigos que si quieren vivir más tiempo, hagan cosas distintas al máximo. Tengo entendido que para imaginar se utiliza la memoria (pasado). ¿Crees que se puede imagiar algo que no has vivido, visto o que se parezca a algo conocido? Respecto al dolor, entendiendo la relación futuro-pasado ¿la “memoria del dolor” genera una “imaginación del dolor” basada en aquel peligro-experiencia del pasado?

      Un placer leerte. Un abrazo

    3. ¿Cómo podemos llegar a ser racionales cuando el dolor es persistente e irracional?

      Entender los mecanismos de la memoria, un accidente, y nuestro cuerpo está bien, pero ¿Cómo reprogramar ese círculo de mal-estar y sufrimiento cuando respondemos instintivamente al dolor? Si la memoria evoca dolor en una zona, involuntariamente el cuerpo reacciona (malas posturas, contracturas,…) y el círculo vicioso lejos de romperse, se retroalimenta con fuerza.

      La clave: Encontrar el modo de “reprogramar” esa memoria erronea. ¿Cómo hacerlo?
      Ni idea. Desde mi experiencia trato de buscar el
      camino, pero es complicado.
      Por suerte, en ocasiones, y por desgracia en otras no somos ordenadores en los
      que borrar de la memoria aquello que no necesitamos y nos perjudica

    4. Zoe: no podemos conocer las razones del cerebro ni el detalle de los procesos de aprendizaje. Sólo tenemos acceso a los resultados y a un poco de conocimiento sobre la Biología neuronal. Creo que podemos librarnos de las falacias, de las pseudociencias, de lo que aparenta ser verdad no siéndolo, de lo que nos interesa que fuera cierto pero es falso…

      Saludos

    5. Cristian: no tengo respuestas. Creo que el conocimiento es la herramienta fundamental. Desde ese conocimiento debemos recuperar una actividad normal con paciencia y sin poner demasiada carne en el asador, tranquilamente, paso a paso, aceptando altibajos.

    6. Jose Miguel: la adrenalina es un mensajero de alerta que enciende recursos somáticos y psicológicos para afrontar una situación relevante. Lógicamente, la atención y la memoria quedan moduladas por el marcador químico de la alerta, pero, efectivamente, el proceso es más complejo, como sucede siempre en Biología.

      Respecto a la memoria, tendemos a distinguir nítidamente pasado, presente y futuro, pero en el cerebro anda todo fundido e interconectado. Podemos equivocarnos si nos fiamos de las supuestas grabaciones de nuestra biografía.

      Ante un escenario, un lugar, momento y circunstancia el cerebro anticipa una valoración, una relevancia, una hipótesis y dispone programas perceptivos, emocionales, cognitivos, conductuales. El contacto con el presente sirve para actualizar (acertada o erróneamente) los archivos.

      Saludos

    7. Hola Arturo, en primer lugar felicitarte por tu labor. Soy fan de este blog des de hace ya unos meses pero no me atreví nunca a comentar. La memoria del dolor es un tema que me interesa especialmente debido a que trabajo tratando de entender el dolor para eliminarlo del cuerpo (cerebro) de mis pacientes. Soy osteópata y fisioterapeuta. Al grano, quisiera saber tu opinión sobre cuando sufrimos un TRAUMA (físico, psíquico o ambos) ¿de qué manera se enquista en nuestro cuerpo? ¿cuáles pueden ser los mecanismos? He leído que los animales al sufrir un trauma suelen volver rápidamente a la normalidad descargando la tensión acumulada mediante temblores y sacudidas, mientras que el ser humano tiende a racionalizar el suceso y pasar por alto sus impulsos instintivos. Por eso nos es complicado liberarnos de ese dolor. Lo he sacado de estudios hechos por el Dr. Peter Levine. Me encantaría saber tu opinión sobre esto.
      Muchísimas gracias!

    8. Xavi: los eventos relevantes generan una facilitación sináptica en su correspondiente asamblea de conexiones. Eso se traduce en la apertura de distintas vías moleculares de segundos mensajeros intracelulares que facilitan la transmisión sináptica. En función de la carga física, emocional o cognitiva, y por tanto, de señal excitadora, esa facilitación estará vigente a corto, medio o largo plazo. Cada vía tiene su correlato molecular (proteinkinasas). Habitualmente los eventos físicos lesivos activan una facilitación a corto plazo y el proceso se autolimita recuperándose la situación basal, aunque el sistema aprende atribuyendo nuevas relevancias a los contextos y señales de aviso (condicionamientos). Los catastrofismos hacen que una lesión permanezca en estado de facilitación como si no hubiera curado. De ahí derivan memorias sensibilizadas, temerosas, recelosas. Los instintos tienden a pegarse más al suceso real especialmente si la realidad aprieta y hay que espabilarse. En el ser humano la cultura acopla catastrofismo en vez de racionalidad y, además, el mundo en el que nos movemos nos garantiza cobijo y sustento por lo que el cerebro puede mantener situaciones de invalidez sin riesgo.

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