Urgidos por la necesidad del alivio inmediato del dolor, los padecientes piden remedios sin hacerse demasiadas preguntas sobre la validez científica de lo que se aplica. Bienvenido y bienpagado sea aquello que disuelve el sufrimiento.
En nombre de la (aparente) eficacia, todo vale. De este modo todo es una terapia. Basta que duela menos en un después de intervalo variable. Se admite y bendice, incluso, una terapia que aumente el dolor mientras se aplica, siempre que después de la tortura el dolor se agote.
A las terapias no se les mira con la lupa de la racionalidad científica. Se les invoca la evidencia de la satisfacción del usuario, que, “es lo que vale”. Esa evidencia se presenta en un envase florido, rebosante de gráficas, números y referencias bibliográficas.
Cada especialidad ofrece sus propias terapias y las justifica con sus propios credos. Parece que el organismo contiene la habilidad de adaptar sus procesos a lo que el terapeuta predica. Punciones, hielos, fármacos, manipulaciones, dietas, aromas… someten la biología a sus mandatos. El organismo elimina toxinas, rejuvenece tejidos, favorece la circulación, se remodela y equilibra porque la terapia así lo decide. No importa saber cómo consigue la terapia el milagro. Ahí están los resultados.
Hay una carta de terapias. Es una carta variopinta donde todo cabe. Hay terapias agresivas, inofensivas, “naturales”, artificiales, oficiales, alternativas, caras y baratas. Hay mucha terapia de autor, de terapeutas ilustres que lideran los rankings, cada uno con su librillo y su técnica.
Hay quien considera, erróneamente, que la Pedagogía es también una terapia y que, como tal, puede y debe ser probada. Se le da la oportunidad y si va bien es válida y si no cuanto dice se cae por el peso de la ineficacia.
Con la Pedagogía no se busca el remedio al dolor sino al desconocimiento de lo que sucede.
La Pedagogía es divulgación de lo que vamos sabiendo.
Sabemos que mucho de lo que las terapias defienden, no es cierto y que bastante de lo que callan sí lo es.
Con la Pedagogía se pretende derribar y reconstruir desde la evidencia científica del discurso utilizado.
Una cosa es la evidencia clínica (la terapia “funciona”) y otra la científica. Algo puede contar con el beneplácito de la ciencia estadística aun cuando no tenga consistencia científica.
La gestión cerebral de los procesos del organismo está influída por expectativas y creencias. Muchas terapias consiguen el aparente efecto del beneficio no porque induzcan cambios beneficiosos o neutralicen estados perturbados sino porque camelan a un cerebro predispuesto por genética y cultura a aceptar un gato creyendo recibir una liebre. Basta con que el plato servido y quien lo sirve así lo sugiera.
El gato es un felino y la liebre un roedor. Puede que haya evidencia clínica de que se ha comido liebre pero se necesita evidencia científica de que los huesos son de liebre y no de gato.
Con la Pedagogía tratamos de proteger al padeciente de las falacias del mercadillo de las causas y remedios. Presentamos la omnipresencia del cerebro y su dependencia de lo que se le informa. Explicamos la complejidad del ajetreo biológico y la limitación de los poderes del terapeuta para normalizar anomalías.
Con lo aprendido el padeciente toma sus propias decisiones. No hay consejos ni tratamientos.
– ¿Qué hago?
La Pedagogía no es una terapia…
La pedagogía estoy de acuerdo con que no es una terapia, pero en lo que no estoy de acuerdo es la parte donde hace alusión tachando de burla o mentira la eficacia de otro tipo de terapias, a las que llama ‘naturales’, yo en cambio las llamo terapias alternativas, he visto que en otros artículos también ha hablado de ellas con la misma desconfianza hacia las mismas, le animo a que pese a ser un hombre de ciencia, indague un poco más sobre que ofrecen este tipo de terapias, hacia quien van dirigidas y hacia que tipo de problemas, igual hasta se sorprende. Lo unico que tengo claro es que pese a no saber absolutamente nada abierta a todas las posibilidades, siendo consciente de que mi capacidad intelectual es limitada y muchas veces en la vida he tenido que hacer “actos de fé” porque no he sido capaz de
Zoe: no utilizo el término burla ni mentira. Cada uno es libre de creer en lo que quiere o necesita. Me limito a divulgar lo que, desde el conocimiento científico, está validado.
Entender ciertas cosas. Pienso que los seres vivos somos algo mas que una computadora situada en el cerebro, hay sentimentos, sensaciones… Es por ello que mucha gente encuentra un gran alivio en este tipo de terapias. Vemos la persona en conjunto, no solamente una parte del cuerpo como si estuviera desconectada del resto de partes, porque no es lo mismo ser psicólogo que tener psicología. Sólo era una observación. Salud y paz mental, como dicen en Malta.
La biología contiene y contempla también sentimientos, sensaciones, emociones y más cosas. Le aseguro que la acción de aprender y enseñar es el acto humano más profundo y personalizado.
Soy la padeciente de neuropatia del pudendo, que ya he comentado alguna vez, que sigue leyendo sus artículos y los links, que amablemente me ha sugerido “Cristina”.
Ahora en agosto, y tras una artroscopia de cadera, me dicen tengo rotura de labrum y del cartílago. Me hablan de operacion. Tengo pánico. El problema es q cada vez estoy peor, apenas puedo hacer 500 metros.
Me dicen q quiza tenga el umbral del dolor muy bajo, q quiza debiera controlarlo. Quiza no pueda sola con esto y necesito ayuda?. Sigo intentandolo aplicandome todos los conocimientos q aqui leo, pero es q no puedo andar. Me dan miedo los farmacos q los psiquiatras me puedan recetar,y no salir nunca de esto.
Es que leo sus artículos y los veo tan razonbles, pero yo intento hacer cosas y no consigo superar este dolor, y se q hay gente q con esto pueden ir tirando y no operarse, por eso me gustaría a mi conseguirlo, pues a veces una operacion puede ayudarte o no y tengo terror a someterme a ella y luego encima estar peor, oh dios q dilemas
Gracias por sus artículos.
Cristina
Cristina: lamento que te vaya tan mal y que estés atascada y desesperada. No puedo ni debo juzgar casos individuales, sobre todo si caen fuera de mi competencia como neurólogo, como sucede con la lesión del labrum. Comprendo tus miedos pero si hay algo que complique el mundo del dolor es el miedo al movimiento y la retracción de la actividad por temor al daño-dolor. Espero que los profesionales acierten con sus propuestas.
Saludos
Qué interesante, correlación y causalidad. En ciencias sociales (muy alejadas científicamente de la medicina) se habla con estos términos de algo muy parecido en el fondo. Dos cosas se pueden dar a la vez con frecuencia (dictadura y pobreza, democracia y riqueza) pero lo difícil no está en demostrar que aparecen juntas (tratamiento y reducción del dolor), sino por qué aparecen juntas, y sobre todo, qué cosa causa el qué.
Saludos! Pedro
El objetivo de la Pedagogía no es eliminar el dolor sino volverlo racional, es decir, que no exista si no hay daño consumado o inminente. En la migraña y fibromialgia, y en el dolor crónico en general, el dolor aparece sin correlación con una causa relevante. Surge de una evaluación errónea de peligro por parte del cerebro. En estos casos, los pacientes están instruidos a solicitar una terapia y si el dolor amaina concluyen que la terapia ha causado la mejoría pero no es así. Simplemente el cerebro valora que tras la acción terapéutica ya no hay peligro. Si el paciente comprende la acción pedagógica y el dolor mejora los padecientes son más cautos en sacar conclusiones. Se limitan a valorar el conocimiento adquirido. Efectivamente, tal como sugieres, lo importante es desvelar los mecanismos de las correlaciones.
Saludos
Aceptar que la pedagogía no es una terapia sino una forma de desandar lo andado o deshacerse del contenido erróneo de lo aprendido es un paso importante del proceso. Si no, queda en el mismo saco de cualquier “remedio” y es más que probable que la misma persona la incluya en el lote de todos los “tratamientos” previos contribuyendo a la confusión. Si uno entiende de qué va la cosa, la disonancia te obliga a desmarcarte de todo lo demás. Si la pedagogía y la X terapia conviven amigablemente, mal asunto.
Gracias Mar, por los ánimos. Son bienvenidos pues me pillas algo desanimado y decepcionado. No empezamos con los grupos hasta el día 17. Con toda seguridad eso me repondrá unas pilas que se han venido abajo a lo largo del verano. Un abrazo.
Siento el desánimo y la decepción, estoy convencida de que los grupos servirán como reconstituyente. Con mi granito de arena también puedes contar.
Un abrazo.
Cristina: creo recordar que eres de Vitoria, así que te recomiendo acudir a este centro de fisioterapia para que te ayuden a perder el miedo al movimiento, los profesionales son de lo mejor y trabajan en esta línea, de hecho, fueron los profes del curso de dolor lumbar, que imagino seguiste a través del blog. Cuando se tiene el movimiento tan penalizado como pareces tenerlo tú, la ayuda de un fisio-pedagogo es fundamental en el proceso.
Un saludo.
http://www.asiermerino.com
Gracias al último comentario de Cristina he leido esta entrada (que se me había escapado) y todos los comentarios en relación a ella y me gustaría hacer alguna puntualización.
Primero, ánimo Arturo, seguiremos ahí intentando cada uno en nuestra medida que esto cuaje y se difunda por el bien de la salud mental y el bolsillo de muchos padecientes.
En relación a si la pedagogía que se imparte desde aquí es o no una terapia, efectivamente no lo es en los términos en los que nos manejamos habitualmente. No te la aplica nadie, no te cobran por ello, no hay un tratamiento, no hay un método, no hay un paciente y un terapeuta en la relación….. pero si no he entendido mal en los años que llevo siguiendo este blog su propósito no es la aplicacion de ninguna terapia sino la divulgación de un conocimiento apoyado y avalado desde la neurociencia en relación con el dolor y otros síntomas igualmente invalidantes que no tienen como origen un daño en los tejidos.
Para los que durante muchos años hemos padecido como en mi caso migraña o como en el de Cristina fibromialgia tener un conocimiento de lo que ocurre realmente y cuál es su causa es un auténtico alivio. Entender qué está pasando te proporciona una base sólida desde la que empezar a trabajar de verdad y huir de las miles de milongas ( y no terapias ) que te ofrecen desde cualquier rincón del planeta supuestos expertos en nada y en todo.
No digo que a la gente no le funcionen determinadas terapias o técnicas o como le queráis llamar , si afirmo que son cosas que funcionan a corto plazo porque están asentadas sobre información errónea, sobre mucho más alarmismo , sobre la creencia falsa de que los que padecemos dolor crónico somos unos pobres seres indefensos que nos tenemos que poner en manos de un salvador predique lo que predique con tal de curarnos.
No sabes Zoé las veces que he oido a un aplicador de terapia (y no terapeuta) decir eso de que hay que ver a la persona en su totalidad y que no hace falta ser psicólogo sino tener psicología ( que no se que es eso , la verdad).
Sigue ofreciéndonos pedagogía, Arturo, yo la quiero para seguir mi propia terapia.
Un abrazo.
Hola,
me llamo Joan, de Catalunya, licenciado en ciències de la educación. Trabajo como pedagogo (formador, profesor, educador i orientador) con jovenes en un instituto. Me ha llamado la atención este articulo ya que como pedagogo siento cada vez más que en la relación tutorial que mantengo con los alumnos y sus familias se dan relaciones que creo que són terapéuticas por lo emocional del aprendizaje que se da en la relación educando-educador i educador-educando, por los processos de acompañamiento que se dan entre alumno, família, entorno y docente, por las tècnicas de comunicación que utilizo para orientar a los alumnos. No es en la información y comunicación como pedagogo que creo que se da la teràpia, sinó en la relación que establezco con las persones (en este caso jóvenes y sus familias) cuando comunico, informo, explico, matizo, etc, pero sobretodo cuando escucho sin juicio ni diagnóstico, con empatia, con atención plena y presencia, sosteniendo los procesos de transito de las personas que se abren a explicar sus traumas, dolores, miedos, dudas, transitos dificiles, dificultades personales, angustias, alegrias, sueños, conflictos…Muchas gracias, Joan
Joan: las formas son importantes. Somos una especie empática e imitativa. Pero en cuestiones de gestión de recursos defensivos por parte del organismo es fundamental la información, lo que presentamos como verdad, los miedos, la oferta de terapias, los modos supuestamente saludables. Existe una patología de contenidos. Hay información alarmista, falacias. Todo ello genera una gestión alarmista por parte del cerebro. La pedagogía trata de neutralizar esos contenidos y ofrecer conocimiento fiable sobre el trabajo de la red neuronal. El resultado es un descenso notable del dolor y la invalidez.
Muchísimas gracias por tu respuesta. Cordialmente, Joan
Tenga usted un buen día:
Me encuentro con diferentes ideas constrastantes al momento de terminar de leer su artículo.
Con buena cantidad de décadas contamos diferentes especialidades que facilitan el andamiaje a una salud integral, en apoyo a los procesos diagnósticos y quirúrgicos abarcados desde la medicina y sus especialidades. Hablo de la terapia ocupacional, la kinesiología, la fonoaudiología o logopedia, que son profundamente terapéuticas, y que no sólo en sus áreas de conocimiento, sino que también desde su aporte a otras áreas menos específicas, han cruzado desde un comienzo la barrera de este tipo de terapias que usted describe.
Saludos.