Podemos sentir dolor, hambre, frío, sed, cansancio… pero no padecerlos. Sentir y padecer son estados distintos.
Las percepciones contienen información, dan cuenta de las variables del mundo interno y externo y una carga variable emocional.
Puedo sentir frío, lo cual me informa de que la temperatura es baja, pero puedo no padecerlo, darme por enterado (la temperatura es baja) y seguir con mi programa sin que esa información térmica me incite o presione a interrumpir la tarea y buscar abrigo.
Puedo recibir la invitación a pensar en comer algo en forma de “hambre” pero la percepción puede ser fugaz, irrelevante y no dar lugar a la búsqueda de comida. Puedo también sentir esa misma sensación informativa y verme “forzado” a colocar el objetivo de comer como prioritario:
– Necesito comer algo. Me muero de hambre.
Puedo sentir dolor, darme por enterado, no darle importancia, seguir con mi actividad. Puede que el dolor sea efímero, una simple información cerebral sobre posibles amenazas de daño relacionadas con ese momento, lugar y circunstancia. Puedo sentir ese mismo dolor y fijarlo en el punto de mira de la atención priorizando la búsqueda de algo que lo quite:
– Necesito un calmante.
Hay circuitos cerebrales para la sensación dolorosa y otros para el padecimiento doloroso.
Acabo de cortar hierba con la desbrozadora. Sentía dolor en la zona de la cadera izquierda pero no lo padecía. He seguido cortando y cuando he acabado el dolor se ha esfumado.
Entre el sentir y el padecer está la relevancia. La sensorialidad se vuelve emocionante cuando el cerebro evaluativo atribuye relevancia negativa, amenazante, a un estado.
Todos los días en muchos momentos siento dolor en muchos lugares. Los siento pero no los padezco. Previsiblemente mi cerebro no proyecta relevancia, emoción.
Hay ciudadanos que se despiertan con dolor y rigidez. Ponerse los calcetines puede ser un reto complicado. Tuve una época así. Fue antes de conocer que el dolor (y la rigidez) es cosa de cerebro. No hay telarañas articulares, fríos, reumas ni contracturas de músculo. Alguna relevancia se ha organizado durante la noche y nos saluda acoplada a la sensorialidad de la acción de levantarnos y pescar el pie con el calcetín.
Un cerebro sensible es aquel que acopla emoción, miedo, relevancia, a acciones irrelevantes, inofensivas. Nos hace sentir y padecer por exceso de vigilancia y temor al daño.
En ausencia de daño relevante debemos trabajar la convicción de que nada sucede donde sentimos dolor que justifique el padecimiento, la aflicción. No es la columna; son los miles de minicolumnas de la corteza cerebral que tejen y destejen la relevancia de cada momento y seleccionan programas confiados, articulados, eficientes o sus contrarios.
En el dolor crónico el cerebro sufriente está desinhibido, liberado. Proyecta aflicción de modo anticipado para forzar al individuo a una conducta de evitación.
– Hace frío.
– Sí. No pasa nada.
Hay que habituarse a los fríos irrelevantes.
– Hace dolor.
– Ya. No importa.
Hay que des-atender el dolor irrelevante.
Reflexionar que mi cerebro es alarmista, se equivoca le da miedo, que el es el que impide que me levante en las mañanas y que duela todo, pero el sentido común me indica que todo esta normal y Pensar que el cerebro es mi motor, pero aprendio a poner piedras en el camino, y siempre conciliar conmigo con el y demás……………
Hay una corriente relativamente reciente en psicoterapia: la terapia de aceptación y compromiso (Moseley la nombró en el curso de Alcalá). Dentro de los ejercicios que plantea hay varios que pudieran ser útiles para trabajar la diferenciación entre sentir y padecer. Están basados en el mindfullness.
La referencia del manual en castellano de la Terapia de Aceptación y Compromiso: Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). Un tratamiento conductual orientado a los valores. Kelly G. Wilson y M. Carmen Luciano Soriano. Ed. Pirámide.
Os enlazo un artículo sobre mindfullness: Mindfullness
Aviso, ni la terapia de aceptación y compromiso ni el texto sobre minfullness entienden el dolor desde la perspectiva defendida en este blog. Pero son técnicas como la de la visualización que Sol publicó en una ocasión que pueden ayudar a internalizar ideas importantes.
Mar: me parece una propuesta interesante como herramienta de apoyo.
Hola
El tenista Rafael Nadal suele tener problemas de tendinitis en sus rodillas y muchas veces debe sentir dolor mientras juega pero me imagino que durante el partido no le da importancia porque es raro verle retirarse de la competición. Sin embargo luego es normal ver que no asiste a ciertos torneos porque le duelen las rodillas. En este caso, “supongo”, que el no dar importacia o no hacer caso a sus percepciones y forzar puede agrabar una lesión. Me imagino tambien que el cerebro de los deportistas estan muy sensibilizados con las opiniones de los medicos y con tanta ecografia, resonancia magneticas y fisioterapia.
Mi pregunta es: si sabemos que el cerebro suele hacer evaluaciones erroneas y que en las pruebas o test diagnosticos el grado de la lesión del tejido observado no tiene correspondecia con el dolor que se pueda percibir. ¿Entonces?
Un osteopata buscaria posibles descentrajes en la articulación un fisio dependiendo de su formación le trataria con electro, cadenas musculares, punción seca, ejercicios de control motor, tecnicas miofasciales etc. Toda esta formación vale una pasta, yo he hecho alguna pero despues de leer este blog se me esta quitando las ganas de hacer más formaciones, porque creo que el Dr. Goicoechea tiene razón, aunque tb creo que tiene razón la osteopatia, los puntos gatillos, las técnicas de fascias. Pero no son compatibles con lo que dice el Dr. Vaya punto de inflexión en mi profesión!
Un saludo
Y también tenemos en el blog nuestro particular “experto” en la materia, Joaquín, 😉
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2012/01/29/caja-de-herramientas-mindfullness-mente-plena/
En mi opinión, la diferencia entre sentir y padecer es fundamental, cuando el dolor no te hace sufrir y te permite seguir adelante con la vida cotidiana, cuando no acapara toda tu atención y todos los ámbitos de la vida es cuando se deja de padecer y sólo se “siente”, es mi particular cambio, dejé de sufrir, de padecer y sólo lo percibo, lo siento, no me condiciona la vida, no lo acapara todo, no me da miedo porque sé que nada relevante ocurre y no me planteo suspender un plan. Puedo contestar “genial” a la pregunta ¿qué tal estás? porque dejé de relacionarla con el dolor (gracias a Asier), y conseguí dejarlo estar, no implicarme emocionalmente, no reverberar más el sistema, eso que tanto decimos, quitar el impacto emocional al dolor. Mi cerebro sigue dando relevancia a cosas irrelevantes pero yo no colaboro en el despropósito y muchos de los síntomas asociados al dolor (miedo, ansiedad, pensamientos catastrofistas, el qué va a ser de mí, el no poder pensar en un futuro…) se esfumaron. Me ha encantado la entrada de hoy, me parece tan importante lo que dices Arturo…
– Hace dolor.
– Ya. No importa.
Manuel: estás en el momento Ajá, empezando a verlo claro, para un paciente es el momento clave para empezar el cambio de afrontamiento, para un fisioterapeuta es un momento “horrible”, de ruptura total de esquemas, porque implica echar por tierra todo lo aprendido, todo el tiempo y el dinero invertido y partir de cero, eso que también decimos mucho, desaprender y volver a aprender.
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/01/03/complicada-honestidad/
Hay un ejemplo en el libro “Explicando el dolor” (Butler y Moseley) sobre los partidos de fútbol americano, cuando un jugador mete un gol el resto del equipo se le echan encima con un peso superior a no recuerdo qué cantidad pero descomunal. El goleador sale sonriente e indoloro cuando si en otro contexto le cayera encima un peso similar es probable que el episodio le ocasionara dolor crónico de por vida… El contexto lúdico de un partido, el ser una acción catalogada como un premio y no como un castigo tendrá algo que ver… Lo comento porque puede ser que Nadal igual ni perciba dolor durante el partido…
En meditación hay que trabajar toda la vida para conseguir identificarte lo menos posible con tus percepciones, pensamientos, emociones, e informaciones pasadas. Todo esto queda memorizado en el cerebro (organismo) y le condicionan asi como la manera de pensar y comportarse del individuo.
Me sorprende gratamente que haya gente que en poco tiempo ha podido, por decirlo de alguna manera, liberarse coginitiva y conductualmente del dolor leyendo este blog.
Creo que este blog tiene una labor biopsicopeducacional brutal que va más allá del dolor y su biologia. Esto es una interpretación mia pero asi lo siento y lo padezco
Un saludo
He leído la entrada de Joaquín y el debate posterior que generó. No la recordaba en absoluto. Menos mal que estás siempre atenta, Cristina. Nada que añadir, salvo que a mi también me parece fundamental el mensaje de esta entrada. Si los padecientes no son capaces de distanciarse emocionalmente del dolor es difícil que logren avanzar.
(Mis disculpas, Joaquín, por mi olvido imperdonable).
Me llama la atención tu planteamiento de situaciones ‘físicas’ con lo que ocurre respecto a situaciones ‘psíquicas’: no hay diferencia.
Por ejemplo, en una reunión me he dirigido a una persona a la que en otra ocasión conocí fugazmente como si la recordara perfectamente y he confundido su nombre (con una familiaridad ficticia la he llamado por otro nombre) ¿suficiente para amargarme la reunión? ¿basta con sonreír y reconocer la propia ignorancia para olvidar el tema?
Si en vez de esto, me hubiera pinchado con un tenedor ¿estaría todo el rato recordando el pinchazo? ¿lo olvidaría inmediatamente par disfrutar de la ocasión?
Si te sigo, ¿podríamos decir que la percepción es física y el padecimeiro psíquico?
Totalmente de acuerdo con Cristina y con Mar, esta entrada es muy importante, para enmarcarla!
Pere: la percepción contiene siempre una dosis variable de todo. Es una hipótesis de la realidad, controlada por los sentidos y la racionalidad de cada cual. Es difícil moverse en el terreno de la conciencia tratando de evitar el dualismo pero incurriendo en él a poco que abramos la boca. Para mí sentir es darse por enterado, percatarse de un recado perceptivo cerebral. Padecer es acoplar una relevancia, un impacto emocional que incita a una acción. Recibimos recados perceptivos constantemente. Inevitablemente tendremos que separar el grano de la paja. Ahí empiezan los problemas, los riesgos, los errores. Creo que el conocimiento y una actitud crítica operativa, prudente, pueden ayudarnos.
Saludos
Manuel: para liberarse, como dices, “cognitiva y conductualmente del dolor” se puede decir que se necesita (muy resumidamente):
1) CONOCIMIENTO – INFORMACIÓN. En neurobiología y fisiología del dolor.
2) CUESTIONAMIENTO. De todo lo que hasta el momento creíamos que originaba y mantenía el dolor.
3) CONVICCIÓN DE SALUD. Aparato músculo-esquelético relativamente sano y apto para la vida cotidiana.
4) CAMBIO DE CREENCIAS.
5) CAMBIO DE CONDUCTAS DE AFRONTAMIENTO DE LOS SÍNTOMAS.
En muchos casos el blog (o el libro de Arturo) es suficiente para que una persona haga el recorrido, en otros es la puerta de acceso a la información…
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/10/27/las-puertas-del-miedo/
El trabajo no es sólo “me leo el blog” y todo desaparece, el trabajo es leer (el blog o la bibliografía al respecto), me lo creo, cuestiono todo lo que sabía hasta la fecha, tomo las riendas en el proceso y lo “aplico”, es decir, hago un trabajo de cambio de creencias y conductas de afrontamiento. El blog ayuda en los cinco pasos pero el trabajo personal también es clave. La ayuda de un fisioterapeuta-pedagogo también suele ser fundamental en el proceso para señalar y ayudar a corregir la imagen distorsionada del esquema corporal y las posturas y los patrones de movimiento no funcionales.
La labor educativa del blog es “brutal”, en eso estoy de acuerdo, 😉
Pere: si en la reunión te pinchas con un tenedor y la proyección de dolor por parte del cerebro (tu percepción del mismo) se corresponde con el daño en el tejido, lo normal es que tu conducta se adapte en función del requerimiento de la situación, si el pinchazo es superficial, lo sentirás y padecerás “levemente” (el susto) hasta que compruebes que nada relevante ha ocurrido, y seguirás tan pichi, si el pinchazo digamos que es muy profundo, sangras profusamente, tienes una herida con una pinta feísima y duele intensamente, lo lógico es que no disfrutes de la reunión (aunque te esfuerces), que la relevancia de la situación te contagie, te asustes y salgas pitando al hospital… La gestión razonable del programa dolor implica justo eso, que el dolor se corresponda con el daño en el tejido y que implique emocionalmente al individuo sólo cuando es necesario, si te duele terriblemente el pinchazo y el tenedor no ha marcado ni la piel, no está habiendo una gestión razonable del dolor, estás sintiendo y estás padeciendo injustificadamente.
Un saludo.
Soy nueva en esto de los blog. Me acabo de subscribir. Veo q tengo mucho por leer y ver si me puedo ayudar con mi padecer. Estoy diagnosticada de neuropatía del pudendo. Pero lo voy a intentar.
Lo q escribo ahora despues de leer este articulo, “sentir y padecer”. Se q me lo puedo aplicar a mi misma. Pero solicito ayuda para q alguien me indique si hay algunos articulos mas especificos q le puedan ayudar a una hermana q tengo. Tiene una metastasis y se q tiene el tiempo contado, pero a veces pienso, q si el cerebro es capaz de tantas cosas, si ella lo intentara, se q no se le va a reducir, pero igual podria detener su marcha.
Gracias
Manuel: Buscamos y hallamos lo que nos han enseñado y hemos aprendido a buscar y hallar. Además es por lo que voluntaria o involuntariamente sentimos preferencia. En pruebas diagnósticas con alto contenido subjetivo, como son muchas de las que utilizamos, podemos encontrar lo que probáblemente no hay. Si lo hay, igual es necesario, por algo está (respuestas del organismo). Si lo quitamos (“se quita” creo que es más correcto), ¿es nuestra actuación simplemente la que desencadena los cambios?, ¿es más correcta la nueva situación?, ¿podría en corto espacio de tiempo volver la situación anterior?. ¿Los hallazgos y/o la situación de los tejidos son reflejo de la sensación o percepción? A mí estas preguntas me derribaron muchos cimientos y la suerte es que de momento encuentro respuestas para establecer nuevos cimientos (espero que más sólidos).
Cristina: todo lo que puedes leer en este blog se refiere a dolor sin daño relevante, cuando el cerebro se equivoca en su evaluación respecto al estado de los tejidos y pone dolor por error e injustificadamente desde el punto de vista de la biología. No se trata de “engañar” al cerebro para que no active dolor, sino de intentar que no lo haga cuando no está justificado, en el caso de tu hermana sí hay un daño evidente, no sé si ella tiene o no mucho dolor, conozco una persona con metástasis avanzada que no tuvo dolor hasta que un hueso se rompió, eso también sería un error de evaluación cerebral, que el cerebro no active dolor con un cáncer en un estado tan avanzado como el de la persona que comento. Pero no se puede hacer pedagogía para detener una situación de daño necrótico en los tejidos, o como dices, “detener su marcha”, se hace pedagogía cuando no hay daño relevante y el dolor surge como consecuencia de un error, valorar peligro de daño necrótico cuando no lo hay, no es el caso de tu hermana. Por si te sirve esta entrada para hacerte una idea más clara sobre el contenido del blog:
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/06/22/en-ausencia-de-dano-relevante-2/
Un saludo.