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Gregarismo

Homo sapiens (ma non troppo) es una especie social. Como individuos somos extremadamente vulnerables y la evolución ha seleccionado la estrategia de la dependencia social para sobrevivir. Nos criamos en grupo sometidos a normas, conductas modélicas. Obedecer está premiado y disentir castigado.

Los obedientes tienen más posibilidades de sobrevivir. El sistema de aversión-recompensa potencia las conductas conformes a la norma social y reprime la conducta díscola. Nos sentimos bien con la bendición y halago del grupo y fatal si estamos excluidos.

El aislamiento por rechazo social es un hándicap para la supervivencia física. El sistema de aversión proyecta en estos casos la percepción de dolor social y fuerza a la búsqueda de conductas que recompongan la estima de los otros perdida.

Los circuitos de la percepción de exclusión social consumada, inminente o imaginada (dolor social) y los de la percepción de dolor físico por daño violento tisular consumado, inminente o imaginado son los mismos. El organismo protege su supervivencia física valorando tanto el daño por agentes y estados físicoquímicos letales como el generado por el aislamiento-abandono del grupo.

El dolor social anima a buscar la reconciliación del grupo y el físico a actuar minimizando el peligro.

Cada cerebro parte de una genética distinta que contiene dinámicas que mueven (emocionan) al individuo más o menos cuando se siente amenazado física o socialmente. Los individuos sensibles tienen riesgo de percibir dolor físico y social con mayor facilidad pero eso también hace que busquen la conformidad y obediencia a la normativa con más ímpetu. El resultado final dependerá de la disponibilidad de amparo físico y social.

El individuo que teme la exclusión social derivará hacia la depresión o hacia la integración exitosa en el grupo en función de muchas variables externas.

El que tema, por imperativo genético, el daño físico derivará en un obediente y exitoso consumidor de normas médicas o en un dolorido y frustrado crónico.

Los grupos de dolor contienen pacientes de tipología variable con genes, azares y biografías diversas pero todos ellos comparten la percepción de desamparo, de indefensión.

La mayoría ha seguido las normas de los profesionales, han sido obedientes. Lo han probado todo.

La oferta pedagógica es una proposición deshonesta, heterodoxa, contraria a lo habitual. No cuenta con la bendición social. Su fuerza reside en los argumentos, en los contenidos, en la racionalidad.

El cerebro de cada alumno debe integrar fuerzas diversas contradictorias, competitivas. Por un lado el cerebro socializado, necesitado de la sanción de autoridad de la mayoría, de la norma políticamente correcta y del otro una oferta que chirría, absolutamente contraria a lo bendecido previamente.

– La migraña es una enfermedad cerebral genética. Cuídese. Identifique los desencadenantes y evítelos. Tome el calmante precozmente. Aprenda a convivir con su enfermedad. Siga nuestros consejos.

Es lo que dice la voz experta del grupo.

– El cerebro migrañoso es tan sano como cualquier otro. Es el resultado de un diálogo complejo entre los genes y el mundo en el que se ha criado. Identifique las falacias y evítelas. Aprenda lo básico sobre cerebro y dolor para conseguir inmunidad. Trate de evitar el calmante precoz. Hable con su cerebro. Utilice el conocimiento, la confianza. No renuncie a sus objetivos.

– La columna es una estructura frágil, vulnerable, sometida a maltrato continuado con pesos y posturas. Debe sentarse debidamente, fortalecer los músculos, evitar cargas innecesarias…

Eso dicen…

– Usted mismo

David y Goliat…


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    13 comentarios en «Gregarismo»

    1. Y si todo va bien ni tan mal porque al menos puedes argumentar a quien te lleve la contraria que tú estás bien y que allá cada cual con sus particulares creencias, pero si no va todo lo bien que se desea es mucho más difícil argumentar en contra de la oposión y el rechazo, en contra de los credos “oficiales” de la gran mayoría. Ser desobediente está penalizado socialmente y hablar sobre el cerebro tiene apariencia de que lo tuyo es “psicológico”, cuando en realidad hablar de cerebro y neurofisiología del dolor es biológico, neurológico, científico y racional. No se puede esperar sentirse uno arropado por el entorno (médicos, familiares, amigos, compañeros de trabajo, vecinos…) cuando elige esta vía, más bien te conviertes en una oveja negra…

      http://arturogoicoechea.wordpress.com/2010/03/13/ovejas-negras/

    2. No se si también el “espesamiento” cognitivo en la persona con dolor crónico es también un mito. La cuestión es que en mi caso, me está costando mucho al escribir estos comentarios el hacerlo de manera concisa y clara, la construcción de las frases y la utilización de los signos de puntuación me suponen demasiado esfuerzo, a veces me como artículos y preposiciones y cometo faltas “tontas” de ortografía, y a pesar de releer lo que escribo antes de subirlo, no me doy cuenta de los errores sino tiempo después.

      Tambien me cuesta mucho leer, hace varios años que no leo un libro, cuando llevo media página, me siento agotado.

    3. Gracias Cristina, la verdad es que estoy muy de acuerdo con lo que escribe D. Arturo, y como dije en otro comentario, solamente con remitirme a mi propia experiencia, puedo comprobar directamente lo ciertas que son sus opiniones.

      Actualmente hay una cuestión que estoy tratando de corregir pero no logro encontrar la manera adecuada, no quiero obsesionarme mas con el tema, ni tampoco que el cerebro se cierre mas todavía al sentirse amenazado por intentar solucionar el problema con una mala estrategia.

      Sigo pensando que la fortísima rigidez lumbo-pélvica ultradefensiva que tengo es la principal causante de mis lumbalgias de repetición y del anquilosamiento general que sufro, sobre todo por las mañanas.

      La cuestión es que pienso que por ser precisamente durmiendo cuando menos control conciente tengo sobre esa actitud defensiva es cuando esta se hace mas fuerte y de ahí las consecuencias que se manifiestan al levantarme.

      Por eso no se como enfocar el tema, ¿Cómo puedo desactivar esa “coraza muscular” si durante tantas horas campa a sus anchas? Me recuerda bastante al problema del bruxismo nocturno.

      De todas formas sigo siendo estando preocupado porque una vez reconocido que la solución de mi problema pasa obligatoriamene por una reducción importante de mi Sergio-centrismo y sobre todo de una cuestión que de momento se me hace imposible de corregir porque la percibo (ojalá erroneamente) como una tarea complicadísima que es la siguiente: ¿De que forma puedo cambiar la forma y la intensidad emocional tan exacerbada con que vivo yo el hecho del dolor?

    4. Sergio: la rigidez matutina no suele tener que ver con “algo” incorrecto que hacemos inconscientemente cuando dormimos, lo habitual es que mientras duermes tus músculos estén “desconectados”, no en tensión. Más suele tener que ver con la valoración que el cerebro hace sobre los momentos de transición:

      http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/02/18/el-primer-cerebro-del-dia/

      No todos los síntomas se explican por los patrones o programas motores defensivos, muchas veces incluso lo que percibimos (la tensión muscular extrema, o como dices, la “fortísima rigidez lumbo-pélvica ultradefensiva”) no es tal, sino que está fallando el filtro (la copia eferente) y percibimos más de lo “normal” y nos parece que estamos adoptando posturas o programas motores no funcionales al movernos o al estar de pie o cuando realizamos acciones cotidianas, cuando en ocasiones no es así. Te lo señalo porque es una cuestión que a mí personalmente me costó bastante interiorizar, que no siempre hacía las cosas “mal”, sino que la mayor parte de las veces lo que estaba ocurriendo es que la copia eferente estaba funcionando al revés, sensibilizando en vez de filtrando las consecuencias de mis acciones (compresiones, estiramientos, tensión muscular…). Te recomiendo también repasar alguna de las entradas del blog sobre la copia eferente.

      Hay que intentar corregir los programas motores que no sean eficientes o funcionales, pero también hay que ser consciente de que a veces lo estamos haciendo bien y nos parece que no, hay cerebro y hay tejidos, a veces los tejidos estarán trabajando por encima de sus posibilidades y protestarán, pero otras veces es el cerebro el que protesta directamente sin que esté ocurriendo nada relevante en los tejidos, puede que ni tan siquiera haya un patrón motor inadecuado…

      A tu última pregunta no te puedo contestar, me viene una respuesta a la cabeza, “quitando relevancia a las acciones cotidianas” pero no te va a satisfacer porque dirás, “¿cómo?”, así que sólo puedo decirte que has de buscar tú el camino, aquí en el blog tienes la herramienta, la información, si a través de la información no consigues reducir el significado amenazante del dolor y enfrentarte al miedo, deberás explorar por ti mismo cómo hacerlo o buscar ayuda en un profesional, el fisio-pedagogo del que tantas veces hemos hablado, ya sé que no abundan y que no tienes uno cerca pero no se me ocurre nada mejor que recomendarte porque no hay fórmulas mágicas, no hay “truco”.

      http://arturogoicoechea.wordpress.com/2010/02/28/%c2%bfdonde-esta-el-truco/

    5. Ingente labor la que nos ha tocado, para salir del infierno no solamente tenemos que adquirir conocimientos ciertos y bien argumentados con el que podamos sobrevivir a la presión de la cultura y del espíritu de la época, sino que también durante mucho tiempo uno entra en contradicción y rebelión contra si mismo precisamente porquer al ser hijo de esa cultura comparte con ella toda esa serie interminable de errores que nos ha llevado a esta situación.

      A su vez hay que desenmascarar una gran cantidad de síntomas y percepciones psicofísicas muy intensas y por ello muy creibles (como el dolor generado por el cerebro equivocado), además de hacer una limpieza a fondo de creencias erróneas y de recuerdos negativos enquistados que con su acción conjunta han conseguido con el tiempo incluso hasta cambiar la morfología cerebral.

      Tambien tomar conciencia del propio egocentrismo, de que el problema no está en la lesión sino en el valor que le doy al hecho del dolor, de que hay que levantarse una y otra vez, comprenderse y amarse, perdonarse los errores, perdonar (no darle importancia) a las opiniones negativas de los demás (porque somos concientes de que es el ego el que se siente molesto).

      En definitiva un “trabajo de Hércules” que requiere para llevarlo a cabo con éxito del desarrollo de unas potencialidades y cualidades humanas a tal nivel que no me extrañaría nada que uno terminara siendo mucho mejor persona que antes de haber iniciado este doloroso proceso.

      A lo mejor por esa dirección uno encuentra el sentido de tanto sufrimiento a priori inútil y absurdo, de otra forma, todo esto no sería otra cosa que una macabra broma pesada.

    6. Seguro que uno es mejor persona si se vence a uno mismo, Sergio. Aunque signifique nadar contracorriente. Al menos en esta comunidad, los vientos te son favorables.

      Cristina, tu último comentario es para enmarcarlo.

      “Los obedientes tienen más posibilidades de sobrevivir”. Lo malo es el precio que pagamos por ello.

    7. Es cierto esto que dices Cristina, de que no se puede sentir uno arropado si se sigue esta via. A veces me siento mal por esto: el de disentir con el rebaño, pero, no importa, gracias a ello es que estoy recuperada y me considero afortunada, con suerte.

      Tuve una conversación crucial con mi madre, sobre como la veía yo, sobre sus movimientos tremendamente calculados y restringidos , a raíz de su osteoporosis y artrosis y es que ella me decía: no me entiendes! sí, le digo, tu dolor es real, pero tu miedo y tu evitación hace que te muevas como una mujer de 95, no teniendo ninguna enfermedad.
      Y por enésima vez : la artrosis no debe doler, es tu cerebro el que anda detrás de esto.
      “Es que el dr. me lo dijo hace varios años, no puede Ud cargar pesos y debe cuidar mucho de andar donde haya niños y perros”
      Nada más patente para mí: tremendo daño que hacen las etiquetas, las sentencias,las creencias, como ya lo dije alguna vez.
      Es un caso perdido para mí pues por más que le he explicado no me entiende , creo que desistiré, ya me está agarrando fastidio por mi insistencia.

    8. Hay soledad¡¡¡. Nos enfermamos solas y debemos curarnos solas. El dolor es intransferible, es un acto soberano de soledad.

      Superar el miedo parece ser un acto irremediable en pos de esa soledad saludable y curativa.

      Desde que comprendo como funciona el dolor gracias al D Arturo y ustedes, he ido perdiendo el miedo, y solo esto ya es una mejoria grande.

      Amanezco rígida como dice Sergio, y con dolor de cabeza. Duermo con neozetixs. Quien sabe que esto me produce el dolor de cabeza. Pero no identifico otra cosa , pues debe ser inconsciente.

      De todas maneras la tarea que no pone Cristina de la copia eferente hay que estudiarla.

      Saludos agradecidos

    9. Sergio. Me parece que a tu pregunta ya te haz dado la respuesta.
      No ensimismamiento. Nos pasa mucho y deprime. Es una conmiseración con uno mismo y pedimos eso de los otros. Con es actitud conseguimos cosas mas fáciles que si estuviéramos sanos. Es una suerte de manipulación con uno mismo y a los otros. Me parece que reconocer esto hace parte de hacer otra copia eferente. Esta bien decir esto?
      El ejercicio de la silla vacia para conversar con dos Sergios, si lo he hecho y es bueno.
      Tener un deseo fuerte de libertad y autonomía que da confianza.

      Parece ser actitudes de vida, de una nueva vida aunque tengamos mas de 60 años.

      saludos

    10. Ani: me alegro con tu mejoría y la agradezco pues es un testimonio vivo de que si el padeciente se implica, estudia, reflexiona, evalúa y actúa en coherencia con lo aprendido se disuelven esos padecimientos tan oscuros, terribles e incurables.

      Un abrazo

    11. Gracias Dr. Arturo por sus palabras, pero, soy yo quien nunca terminará de dárselas a Ud.

      Atrás ha quedado ya, los malos tiempos de dolores y síntomas extraños, las infinitas consultas, las costosas y potentes medicinas, la incomprensión de la familia.
      En la parte final, casi me cuesta el matrimonio.
      Ahora, le he transmitido esto a mis hijas y ya saben que no hay que temerle, por ejemplo, a un dolor de espalda. Mi hija, la de 16, se apresura a decir: “Probablemente, es el cerebrooo”.
      Si, le contesto y las dos sonreímos.
      Deben saber los padecientes que no es mágico, aún aparecen algunos dolores, pero, inmediatamente lo relaciono con algún suceso y tal como aparece, al rato desaparece y ya sé que es mi cerebro, como decimos aquí ” fregando la paciencia”.
      Aún sufro, pero, lo hago por la gente padeciente, que teniendo esta herramienta, la del blog, no la utiliza, no hace el esfuerzo y esta sumida en un pozo de sufrimiento.

      Saludos, estimado Dr Arturo.

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