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Cuestiona tu cerebro

Cuando uno no se encuentra bien se abre el proceso del cuestionamiento. Algo no funciona. Algo que uno hace mal o algo que no está en la condición debida.

El dolor, en ausencia de una causa evidente (una infección, un desgarro, una quemadura…), dispara las preguntas. No hay dolor sin interrogantes.

Los expertos nos asesoran en la cuestión del cuestionamiento.

La migraña no es una excepción.

Primero cuestiónese los genes. Eche un vistazo a la familia. Compruebe si hay migrañosos. ¿Los hay? Tiene usted genes de migraña. Resígnese.

Tanto si tiene “migra-genes” como si no los tiene, dispondrá de una poblada lista de desencadenantes que le pueden ayudar. Alimentos, horas de sueño, viajes, vientos, soles, nieblas, estreses, fines de semana, hormonas, contaminación…

También puede cuestionarse las cervicales, los músculos del cráneo, la articulación témporomandibular, los senos paranasales, los músculos faciales… ¿Por qué no la vesícula biliar, el Sistema Inmune, el hígado…?

¿Qué me dice de las emociones? No siempre les abrimos paso a la confesión abierta y se quedan atascadas en lugares profundos del cerebro generando, entre otras cosas, dolor.

El cerebro es un órgano dedicado al cuestionamiento. Todo lo que sucede o pudiera suceder se hace cuestión a ser considerada. Esa dinámica, con la ayuda de una cultura que marca como cuestionable, incierto y potencialmente amenazante todo lo que define un día normal en un organismo normal, hace que el dolor brote por impulso de ese proceso de sospecha de todo.

El dolor es una opinión cerebral. En ausencia de una cuestión dañina evidente, es una opinión cerebral errónea, excesiva, miedosa.

La opinión cerebral debe cuestionarse.

El cerebro está instruido en el temor a todo y en la confianza en la solución a todos los todos. Ha aprendido a cuestionar todo, esperando que alguien le ayude a dar con el paso en falso para corregirlo o, si falla la indagación, a eliminar el dolor con algún remedio.

El primer objetivo a conseguir en los grupos de migraña es mostrar al cerebro como objeto de cuestionamiento.

No son los genes, alimentos…

Cuestione su cerebro. Hágalo visible, humano, equivocado. Cuestione la cultura. Contiene a veces mucha soberbia y mucho marketing.

Tuvimos buenas sensaciones en la segunda clase. El alumnado está trabajando bien. Han aprendido a cuestionar lo que debe ser cuestionado y a dejar de perder tiempo en cuestionamientos que no llevan a ningún lado útil.

Los cuestionamientos del cerebro son, a veces, de risa…

 


Este blog es solo la punta del iceberg, se puede hacer mucho más.


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    18 comentarios en «Cuestiona tu cerebro»

    1. CUESTIONAMIENTOS BÁSICOS: ¿Está justificado biológicamente que la cabeza “pese” cuando el día es soleado? NO, esto no tiene ningún fundamento “biológico”, el sol no “espesa” el cerebro ni ninguna estructura interna de la cabeza. ¿Está justificado biológicamente que la cabeza duela cuando hay niebla? NO, es también absurdo, si así fuera todos los londinenses serían migrañosos… ¿Está justificado que la cabeza duela porque se esté pre, post o durante la menstruación? TAMPOCO, no hay ningún mecanismo biológico que conecte los ovarios con la cabeza. ¿Está justificado que duela el fin de semana tras una estresante o relajada semana laboral? NO, la cabeza no sufre ninguna variación interna por el hecho del día de la semana en que nos encontremos. ¿Cuando se viaja desde el Norte hacia el Sur o viceversa cambia la presión en la cabeza? NOOOOOOOOOO. ¿Está justificado que a uno le duela la cabeza porque siempre le ha dolido a su madre o a su tía o a su abuela o a todas ellas? TAMPOCO, porque la migraña no es genética, no existe un gen específico que determine que una persona vaya a ser o no migrañosa. Y para terminar, tampoco está justificado que duela la cabeza en el presente porque hubiera en el pasado una lesión en la cabeza (que se trató adecuadamente), ni porque una persona haya sufrido una operación de vista.

      Pues eso, que todos estos desencadenantes son absurdos, irracionales, el cerebro valora erróneamente amenaza para la cabeza y activa una respuesta de enfermedad, el dolor (la crisis de migraña) para que se adopte una conducta de protección de la zona en cuestión. Una buena parte del alumnado ha pasado con éxito la fase del DERRIBO de creencias erróneas, pero todavía me pareció percibir ayer cierta reticencia por parte de algunos alumnos. Por tanto, el cuestionamiento en este momento es fundamental, y cuestionarse el origen o el desencadenante lleva directamente a cuestionarse también el remedio propuesto como “oficial”: ¿una pastilla o unas gafas de sol “protegen” el interior de la cabeza ante estos “desencadenantes”? ¿Meterse en un cuarto oscuro o en la cama o andar por la sombra…? Me temo que TAMPOCO. ¿Cómo la química hace que la cabeza deje de pesar por el sol o deje de doler por la niebla o por la menstruación? Hasta ayer igual los alumnos no se habían cuestionado demasiado por qué una pastilla quita el dolor, o por qué a veces lo quita y otras veces no, o por qué un mismo principio activo quita el dolor si es en cápsula de color rojo y no lo quita si se toma en polvo disuelto en agua… Y no lo habían hecho porque no habían oído hablar nunca del SISTEMA DE RECOMPENSA (o castigo)…

      Creo que quedó claro ayer, la INFORMACIÓN ES LA CLAVE, la llave para abrir la puerta a la posibilidad de que se esfume el dolor irracional, el conocimiento no nos asegura que éste se marche sí o sí, pero sí nos protege ante el desconocimiento que no nos permitía cuestionarnos nada de todo esto, y ante la información alarmista que se nos transmite desde la mayor parte de las consultas de médicos y especialistas (con la excepción de un pequeño grupito en San Martín). La información cambia las creencias y, con ello, las conductas de afrontamiento del dolor y otros síntomas.

      Otra pregunta que surgió en clase: ¿esta información sirve únicamente para el dolor de cabeza? Pues no, sirve para todo dolor que se activa cuando no existe una justificación biológica o situación amenazante para la integridad física del organismo, lo mismo da que el dolor esté proyectado en la cabeza, en el pecho, en el estómago, en el pie o en todas estas partes del cuerpo a la vez, si no hay un daño o una amenaza para el organismo, no hay justificación y los desencadenantes caen por su propio peso, y si no lo hacen por sí mismos, hay que esforzarse por derribarlos.

      El dolor es una RESPUESTA, el cerebro evalúa la información disponible, la que proviene de los sentidos y la que tiene archivada en las carpetas de memoria y aprendizaje, y da su opinión al individuo a través de proyectarle la percepción en la pantalla de la consciencia, pongo o no pongo dolor, pongo o no pongo ansiedad, pongo o no pongo vómitos, pongo o no pongo un mareo… Si creemos en los desencadenantes “absurdos” tenemos más voletos para que la decisión del cerebro sea “lo pongo” ante situaciones irrelevantes. Si no creemos en ellos, el diálogo suele funcionar: No, no lo pongas, es absurdo, es irracional, no tiene justificación biológica alguna…

    2. Os planteo mi escenario: domingo, 21:30h, tranquila, relajada, ha hecho buen día, he aprovechado el fin de semana, tumbada en el sofá, me quedo dormida 15 minutos. Me despierto y sorpresa!!!! migraña de las fuertes. Tocaba… y encima de la que acompaña con dolor de estómago y hasta que no se vomita no se pasa… y no sirve de nada la pastilla de la recompensa.
      Me meto en la cama, hablo con mi cerebro, le llamo de todo menos bonito… hace un amago de desactivar el programa de dolor… pero sólo para darle más potencia… Acabé vomitando, me dormí y se me pasó.
      Está claro que esta batalla la ha ganado, pero no la guerra…. Seguiré intentándolo…
      Un saludo.
      PD: He conseguido que mi madre se apunte a los grupos!!!!! Esto ya es un avance, la tendréis por allí en mayo creo…

    3. Arturo MUCHISIMAS GRACIAS por tu entrada…me ha venido muy bien…intentare centrarme mas y perder el miedo…y hacer q mi cerebro deje de estar equivocado…en mi familia reina la migraña…pero por mi parte me voy adesvincular geneticamente.
      Un saludo!

    4. Buenas tardes D. Arturo:

      Me ha gustado en especial esta última entrada. Lo de “cuestionar” el cerebro de uno mismo.
      Noto en mis pacientes (y en mí, antes de meterme en el mundo de la biología del dolor etc…) que se dota al cerebro de una infalibilidad total , casi similar a la del clero (por poner un ejemplo…)

      Parece complicado para las personas aceptar que nuestro “todopoderoso” cerebro esté errando, sin embargo el sistema inmune puede fallar (alergias, inmunodepresiones) ,el sistema neuromusculoesquelético puede fallar (déficit propioceptivo, distonías focales) , pero el cerebro no…. ¿quizás por que también significa cuestionar al médico , a la herencia genética, etc…?

      Cuáles son sus impresiones al respecto en las personas del grupo de migraña? ¿Por qué cree que pasa eso? consigue introducir la idea en ellos sin obtener una reacción de rechazo?

      Un saludo! (No podré asistir a Córdoba pero estoy seguro de que será un curso espectacular!)

    5. Es curioso pero ni los sanitarios ni los educadores nos equivocamos… Si el padeciente o el alumno no van como deben: el paciente/alumno no colabora, no se implica, tiene una enfermedad, o es la familia, o el entorno. Pocas veces una mirada al profesional: ¿estoy haciendo las cosas bien? ¿Será mi método el que falla? ¿El cerebro falla? ¿Los profesionales estamos desfasados? Cuestionar sí, pero a nosotros mismos (prpfesionales) y a nuestro supuesto saber…

    6. Cristina, cada dia que pasa,comentas mejor las entradas del Dr Arturo.Felicitaciones.
      Desgajas hasta el último interrogante que pudiera haber quedado en la entrada y las dudas que captas en los grupos de migraña.
      Un abrazo.

    7. Gracias Ani pero esta vez sí me pasé en longitud, quería destacar las dudas de la clase y la idea de que la base de todo es la información, la mayor parte de los alumnos han captado bien esa idea pero sí había alguno reticente aún a derribar ciertas creencias erróneas.

      Fisioacosta: la mayor parte de las personas de los cursos aceptan la idea del cerebro equivocado cuando se les cuenta, el problema es que los profesionales de la Salud no es habitual que faciliten esta información en las consultas, como bien dice Mar, los profesionales ni tan siquiera se cuestionan el tratamiento “oficial”.

      Te pongo un ejemplo, una de las alumnas en la segunda sesión dijo que ahora entendía perfectamente muchas cosas, como por ejemplo cuando su hijo se rompió el fémur (creo) y como no le dolía lo más mínimo anduvo todo el verano sin enterarse de que tenía una fractura, ella no pudo entender aquello y ahora sí tenía la clave para entenderlo, el dolor lo genera el cerebro en función de sus evaluaciones y, como ya sabemos todos, dolor no es igual a daño y daño no es igual a dolor… También suele generar indignación el hecho de que ningún profesional les hubiera contado todo esto con anterioridad.

      A algunas personas les cuesta más aceptar el planteamiento y lo rechazan pero son las menos, me estoy refiriendo al contexto de los cursos de migraña por supuesto, yo he participado en tres de los cinco grupos y me sobran dedos de una mano para contar a las personas que han rechazado la idea de la disfunción evaluativa cerebral.

      Un saludo.

    8. fisioacosta: me parece una cuestión importante: hay que derribar la idea de cerebro perfecto, sabio, maravilla de la naturaleza. Nosotros lo hacemos en los grupos. En su lugar les inculcamos la idea de cerebro cándido, dócil a la influencia cultural…

      Creo que lo entienden y aceptan y les ayuda para comprender el origen del dolor.

      Saludos

    9. Bueno bueno, lo del fémur me deja sorprendido, ¿mas o menos esa anecdota viene a contar que si no sabes que te has roto algo no te duele? Yo como sufridor de mareos intento aplicar los conocimientos que aqui se exponen pero hay algunas cosas como lo del fémur…sería alguna fractura que no estaría afectada por el movimento
      Mi hermano tiene 50 años jamás ha visitado un médico y cuando se pone malo nunca toma nada, vamos que esta hecho de roca dura…pues bien hace poco se cayó con la bici y tenía unos dolores tremendos. Estoy seguro que su cerebro no se había nutrido de información tóxica para activar alarmas, fuimos a urgencias y tenía doble fractura de pelvis, y si fuera por él, ni hubiéramos acudido al médico..
      Intento aprender de lo que aqui se expone pero hay cosas que quizá no entienda, pero me pierdo por momentos…que alguien me explique

    10. Jose: no es exactamente eso que dices la idea que yo pretendía transmitir, la anécdota o ejemplo sirve para interiorizar la idea de que dolor no es igual a daño y viceversa, daño no es igual a dolor. El dolor es un programa, una respuesta que el cerebro decide activar tras procesar la información de que dispone (la procedente de los sentidos y la que guarda en sus archivos de memoria) y evaluar (justificada o injustificadamente) un posible daño a la integridad física del organismo. El cerebro puede decidir poner dolor por valorar un peligro o amenaza cuando en realidad no existe (dolor sin daño), y al revés, el organismo puede estar sufriendo un daño, como es el caso de un cáncer, y el cerebro no valorar amenaza y el individuo no percibir el aviso del dolor.

      Por lo general el encendido del programa dolor responde a un episodio de daño, ya sea una rotura, una comprensión, una quemadura, un golpe, lo que cuentas de tu hermano… pero también puede haber dolor sin daño, como es el caso de una migraña, y lo mismo, puede haber daño sin dolor, como el caso del niño que se rompió el fémur, el caso del cáncer que no suele dar señales de aviso en sus fases inciales, o el caso de un surfista que es atacado por un tiburón y no siente dolor en el momento del ataque porque su cerebro decide no activarlo para que el surfista centre todas sus energías y esfuerzo en huir del peligro, o como este otro impactante ejemplo que se pone en los cursos de migraña, echa un vistazo al link y lee la noticia, una imagen vale más que mil palabras.

      http://solitariogeorge.com/2010/02/03/julia-popova-de-22-anos-fue-apunalada-y-no-se-dio-cuenta-hasta-llegar-a-su-casa/

      Lo que le ocurre a tu hermano es la situación “idónea”, su cerebro gestiona el programa dolor de forma razonable, ni más ni menos, pero la mayor parte de los lectores de este blog hemos padecido o padecemos dolor (u otros síntomas) sin daño aparente en el organismo, y dolores bien intensos e invalidantes. No es que tu hermano esté hecho de roca dura y los demás lo estemos de cristal, la diferencia está en el cerebro, en cómo gestiona las respuestas de enfermedad en base a la información que lo ha alimentado a lo largo de la vida, “si no se ha nutrido de información tóxica”, es más probable una gestión razonable del dolor.

      Espero haberte aclarado el tema. Un saludo.

    11. Comprendida la idea Cristina, quizá mi cerebro esté ya intoxicado de mucha información tras años de incesante búsqueda de alguna explicación lógica que justifique mi mareo. Muchos me dicen que si no hubiera buscado tanto ni me hubiese hecho tantas pruebas quizá ahora estaría mejor….esa es la idea que subyace en muchos de los comentarios que leo por aqui, que tenemos un cerebro alarmado por la contaminación recibida de periódicos, especialistas etc…pero no se, no acabo de convencerme, en la época de nuestros abuelos la gente no estaba tan contaminada y si se moría de repente decían que “le ha dado un mal” y no se sabia si era a causa de un derrame, un ataque al corazón, un cancer etc. Personalmente pienso que los avances en medicina deben servir para evitar eso precisamente y yo cuando empecé a marearme no tenia un cerebro alarmado ni contaminado de información, empecé a buscar respuestas despues de encontrarme mal y no a la inversa.
      Como decían los clásicos, la enfermedad es difícil de diagnosticar y fácil de tratar en sus primeras fases, mientras que resulta fácil de diagnosticar y difícil de tratar en su etapa final.
      Un saludo

    12. Jose: en la época de nuestros abuelos te puedo asegurar que no había tanto dolor sin daño como hay ahora, sobre eso sí deberíamos reflexionar… No tiene nada que ver el que la medicina avance, lo cual por supuesto ha de hacer, lo que se defiende en el blog es que no debemos tratar como enfermedades, en el sentido clásico de la palabra, a la migraña, a la fibromialgia, al colon irritable, a la fatiga crónica, al mareo… y a los tantísimos síndromes o síntomas sin daño relevante aparente que hay hoy en día. Si los tratamos como enfermedades y nos centramos en “cuidarnos” y protegernos y medicarnos y evitar todo eso que se nos dice que hay que evitar y conducirnos como “enfermos”, por lo general se cierra el bucle y se cronifica la situación.

      Esa frase que citas de los clásicos ya no nos sirve hoy en día, al menos para tratar el dolor sin daño, es difícil de diagnosticar, hasta ahí de acuerdo, pero no es fácil de tratar en sus primeras fases, no hay un tratamiento “oficial” válido para nada de esto, la frase sirve para las enfermedades reales, no para las imaginadas por un cerebro sensibilizado por la información alarmista y la transmisión cultural.

      Tu cerebro está intoxicado por la información que has acumulado a lo largo de estos años y es bien probable que eso haya contribuido a cronificar la situación pero a estas alturas no tiene ningún sentido plantearse por qué empezaste a marearte, qué valoró en aquel momento tu cerebro como amenazante, porque eso nunca lo vas a saber con certeza y no te ayuda. El problema es que el cerebro te ha contagiado a ti todos sus miedos, no descartas un daño orgánico y yo no puedo decirte más cosas de las que ya te he dicho, el que ha de convencerse eres tú, o te lo crees o no, creérselo a medias o sólo si funciona no sirve de mucho, yo me lo creí hasta la médula independientemente de los “resultados”, es la diferencia entre tú y yo, yo me lo creí, cambié radicalmente el modo de afrontamiento y el mareo ya no me condiciona la vida, se activa de vez en cuando pero no le hago ni caso. Te recomiendo esta lectura, no es sobre el mareo pero es que todas las entradas del blog “sirven” para captar las ideas del planteamiento independientemente del tema que traten.

      http://arturogoicoechea.wordpress.com/2009/07/24/me-lo-creo-a-medias/

      Un saludo.

    13. Hola Cristina, la frase de los clásicos creo que si sirve para estos dias, hay enfermedades que son dificiles de diagnosticar y erroneamente se meten en un saco de “lo psicológico” etc y si se pudieran diagnosticar quizá fuese fácil el tratarlas (eso no quiere decir que sean fibromialgia o fatiga crónica etc quizá sean otra cosa)
      Si un cerebro alarmado provoca un mareo y te caes y te abres la cabeza lo normal es que aunque la causa haya sido el cerebro alarmista habrá que suturar la herida, si el stress te produce una úlcera habrá que tratarla, y lo del colon irritable no tengo yo tan claro que sea un síndrome sin daño, quizá no hayan sido capaces de diagnosticar la presencia de microinflamaciones o la presencia de algún microorganismo que se pueda tratar, el tiempo lo dirá.
      De todas formas el enlace que me has puesto me sirve de mucho, lo intentaré de nuevo a ver si de una vez cambio el chip

    14. Quería decir que se me olvidó que si el cerebro alarmista me ha provocado una situación de mareo crónico ¿no tenga quizá alterada alguna función del sistema nervioso aunque su origen haya sido una percepción errónea? No se, no me puedo explicar como puede producirse un mareo sin que haya una condición fisiológica que lo explique

    15. Jose: ves la anciana y ves la mujer joven y no eres capaz de decidir con cuál te quedas, tus comentarios lo dicen todo, no te lo acabas de creer. Imagino que en algún momento te hicieron un TAC o una resonancia craneal, ¿verdad? ¿cuál fue el resultado…? Las alteraciones del sistema nervioso que puedas tener son debidas al estado de alarma y no al revés. ¿Puedes entender que el cerebro active el dolor sin una condición fisiológica que lo justifique y no puedes entender que igualmente pueda activar un mareo? No te hago estas preguntas para que me contestes, sino para que te sirvan a ti para reflexionar, el trabajo a partir de aquí es sólo tuyo, yo no puedo convencerte si tú no lo estás, es una opción personal de cada uno.

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