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La razón, en parte

El dolor es una cuestión disputada, especialmente cuando no disponemos de una causa contundente, inapelable.

Toda percepción contiene una cuota variable de incertidumbre. El cerebro proyecta a la conciencia el resultado de sus especulaciones probabilísticas apoyado en datos sensoriales actuales (presentes aquí, ahora y en este contexto) y conocimiento acumulado previo (experiencia propia, observación de sucesos ajenos e instrucción experta).

Duele… luego…

En ausencia de daño relevante el cerebro de cada individuo aplicará su particular bagaje de creencias para seleccionar la causa más probable del dolor y, en función de esa evaluación, establecer una dinámica de dolor que lleve al individuo a adoptar la conducta que se considera más adecuada.

Estamos considerando un universo opaco, incierto: el organismo. Sólo tenemos la noticia global de que duele. Esa es la información…

¿Por qué duele?

YO creo…

– Pues YO

– No tengo ni idea. Sólo sé que duele…

No hay daño, luego la percepción de dolor es la expresión de un daño ilusorio, inexistente. La evaluación cerebral errónea deriva de un sistema de creencias erróneo.

En los Síndromes de sensibilización central hay dolor sin daño, fatiga sin esfuerzo extenuante previo… El cerebro atribuye relevancia a lo que no la tiene y, en base a ese error de atribución, proyecta percepción somática injustificada de amenaza.

Esta es la explicación que se propone en este blog. Se corresponde técnicamente con la concepción del cerebro como un sistema Bayesiano, probabilístico, condenado a interpretar la realidad interna con pocos datos y muchos rumores.

– El cerebro utiliza el conocimiento, las creencias, para generar percepción. Si las creencias son falsas lo percibido será ilusorio. Si no se reconoce el error, esas creencias se consolidarán cada vez con más vigor. La solución exige derribarlas.

– En parte estoy de acuerdo pero no al 100%. La fibromialgia, la migraña… son enfermedades misteriosas. Existen factores psicosociales pero también hay un componente biológico (genético, neuroinmune, endocrino, quizás infeccioso oculto, ambiental…) que se nos escapa. Cerebro («psicosocial») sí, de acuerdo, pero no sólo psicosocial. También Bio…

– ¿Qué me dice del cerebro probabilístico? ¿Le dice algo la inferencia Bayesiana? Para mí eso es Bio. Las creencias son Bio.

– Eso es Filosofía, especulación… No me vale. No aporta nada práctico. Cuando duele, duele. Ya he intentado decirle a mi cerebro que no pasa nada y que no tiene que doler… pero no funciona.

– ¿Cree usted que el dolor tiene algo que ver con sus creencias?

– No. Creo que la Fibromialgia es una enfermedad que afecta al organismo. El cerebro, el sistema inmune, no son normales… Eso es lo que genera el dolor, no lo que mi cerebro crea…

– ¿No cree, por tanto, en las creencias como generadoras de percepción somática? ¿No acepta que la convicción de enfermedad proyecta percepción de enfermedad?

– No. Si percibo enfermedad es que la hay. No son imaginaciones mías. Es una realidad.

Pocas cosas hay tan poco fiables como lo que percibimos, especialmente cuando la información de la realidad es escasa, ambigua y ruidosa y el conocimiento que debiera ayudarnos es rocoso en sus convicciones y potencialmente equivocado.

¿Cerebro enfermo o cerebro equivocado? Son dos patologías diferentes, contradictorias.

– Estoy, en parte, de acuerdo. la fibromialgia tiene que ver algo con el cerebro pero no comparto la tesis del cerebro equivocado. El cerebro está enfermo.

– No estoy de acuerdo en que estemos de acuerdo en algo. Defendemos posturas irreconciliables.

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9 comentarios en «La razón, en parte»

  1. Puestos a darle vueltas, démosle. Encuentro este texto (en un libro de Idries Shah) :
    «Expuesto ante la multitud, el gran maestro y mártir Mansur el-Hallaj convicto de apostasía y herejía, no dio pruebas de dolor cuando le cortaron las manos.
    Permaneció impasible cuando la multitud le arrojó piedras que le abrieron grandes heridas.
    Uno de sus amigos, maestro Sufi, se acercó a él y lo golpeó con una flor.
    Mansur gritó como si lo estuvieran torturando.
    Procedió así para demostrar que nada de lo que hicieran quienes creían hacer el bien podía dañarlo. Pero el más ligero roce de alguien que sabía, como él, que era injustamente acusado y condenado, era más doloroso que cualquier tortura»

    Admitamos, como hipótesis de trabajo, que es posible entrenar la mente (¿o es el cerebro?) hasta el punto de admitir o no el dolor totalmente a voluntad.
    A veces también se efectúan entrenamientos involuntariamente (en animales lo llamamos adiestramiento). Y el entrenamiento puede ser para sentir menos dolor o para sentirlo más.

    Si alguien cayera en un adiestramiento del tipo ‘cuidado, peligro’, y llegara a experimentar algún dolor, se generaría una retroalimentación positiva, reforzando el bucle. Y tendríamos una persona que experimenta dolor sin daño relevante.
    Saludos,

  2. Pere: creo, efectivamente, que es ese bucle que describes el responsable del dolor en ausencia de daño. La información cuando es validada aun siendo errónea puede retroalimentarse en positivo y espiral llevando el sufrimiento hasta la saturación del sistema. El problema que tienen algunas creencias es que se fortalecen cuanto más increíble sea lo que proponen.

    Muchas de las propuestas oficiales o culturales de origen del dolor son biológicamente insostenibles pero están firmemente organizadas y se resisten a ser disueltas. Cualquier intento de derribo no hace, a veces, mas que fortalecerlas.

    Saludos

  3. Arturo gracias. Lo que haces es complicadísimo. Nos enseñas cada día y refuerzas el mensaje reinventándote a diario. Es muy difícil darle continuidad a un blog y el tuyo se renueva constantemente. Gracias por invertir el tiempo que inviertes en educar. Son necesarios los esfuerzos de gente como tú que no solo fomentan la mejora del conocimiento del paciente si no que a sectores como al que yo pertenezco, la fisioterapia, le ha dejado una huella que le acompañará durante nuestra historia (los relevos generacionales ya nos preocuparemos de que suceda). Por todo esto y mucho más: GRACIAS maestro.

  4. Me ha dejado perpleja esta frase: «En los Síndromes de sensibilización central hay dolor sin daño, fatiga sin esfuerzo extenuante previo… El cerebro atribuye relevancia a lo que no la tiene».
    Fatiga, sin esfuerzo…
    Por las tardes, acabo agotada, sin esfuerzo aparente… no tengo estres en el trabajo ni actividades posteriores que requieran una energía excesiva… ¿Quiere decir esto que puede ser mi cerebro el que me presente el agotamiento porque le apetece?
    Mi cerebro y yo, ya hemos llegado a un acuerdo sobre las migrañas y parece que nos entendemos. Pero tendré que hablarle de este nuevo tema, si es que lo he entendido bien…

  5. Usoa: por si te sirve de ayuda te recomiendo leer o releer esta otra entrada de Arturo, también extraordinaria, que a mí me sirvó mucho para clarificar el tema que te preocupa, el del cansancio o agotamiento sin esfuerzo aparente. El cerebro anda detrás, no lo dudes, el ejemplo de la atleta Diane Van Deren que aparece al final de la entrada a mí se me quedó grabado y me ayudó mucho, la memoria del esfuerzo realizado…

    http://arturogoicoechea.wordpress.com/2009/07/30/la-fuerza-muscular-de-la-mente/

    Un saludo.

  6. Villovi: afortunadamente me he topado en mi peripecia profesional con ese colectivo de fisios del que tú formas parte. Creo que debéis encontrar vuestro sentido sin agobios y que ahora toca reflexión. Yo seguiré por aquí inventándome preguntas y construyendo hipótesis. Las evidencias os las dejo a «las jóvenes generaciones».

    Un abrazo

  7. Muchas gracias Cristina, no lo había leido. Incluiré este tema de conversación con mi cerebro y lograré convecerle de que está equivocado.

    Un saludo.

  8. Hola, la verdad estoy un poco confundida y si alguien me puede ayudar a entenderlo le quedaria muy agradecida, si el dolor y la fatiga cronica, que padecen las personas con FM Y SFC son cuestion del cerebro, porque los cuadros clinicos de dolor y cansancio, son iguales en casi todos los pacientes, no importando color, raza, o estatus social, tanto en un pais como en otro y si el cerebro es el causante de esta catastrofe porque existen los puntos gatilos que practicamente son iguales en cada paciente, o es que todas las personas con FM, SFC piensan igual, se conectan a una misma señal o el DOLOR Y LA FATIGA EXISTEN REALMENTE y solo lo sufre el que lo vive y se deben enfrentar a luchar contra su enfermedad, el rechazo la insensibilidad e incredulidad de muchas gente entre ellos algumos profesionales de la salud. Que pena decirlo es una cosa y sentirlo es otra, y hay que sentir y vivirlo en carne propia para ponerse en los zapatos del otro.

  9. Sara: los síntomas de la fibromialgia, fatiga crónica y otras etiquetas del grupo «Síndromes de sensibilización central» son iguales en todas las culturas, status social, etc porque corresponden a la naturaleza y condición del cerebro humano, que es el mismo. Al igual que sucede con las enfermedades autoinmunes, en las que se activan respuestas defensivas innecesarias y peligrosas por parte del organismo (no del individuo), sucede en estos síndromes de sensibilización central que el cerebro evalúa peligro o estado de enfermedad y enciende los correspondientes programas, responsables de lo que el paciente siente y padece. En ningún caso debe entenderse que el sufrimiento es imaginario. Es absolutamente real, incapacitante y desesperanzador.

    Lo que se defiende en este blog es que el error evaluativo cerebral está influído por la cultura y que las expectativas y creencias cerebrales (no necesariamente del individuo) pueden y deben ser modificadas con la Pedagogía. Desgraciadamente la Pedagogía-información habitual es que se trata de enfermedades misteriosas sin solución lo cual refuerza el problema.

    Si se afronta la situación como organismo sano gestionado por cerebro equivocado, es decir, el mismo esquema que en las enfermedades autoinmunes: organismo sano-sistema Inmune equivocado, se abre una posible vía de solución.

    Reconozco que cuesta entender este planteamiento, no porque sea complicado sino porque es contrario a las evidencias de enfermedad que el paciente sufre y las informaciones predominantes que refuerzan la teoría de enfermedad.

    Podemos estar de acuerdo que es una enfermedad pero habría que matizar: una enfermedad auto-neuronal, «autocerebral». No es el individuo, es su cerebro. No es psicológico, es cerebral. No es consciente. El individuo tiene una ventana disponible a la gestión cerebral del organismo y debe aprovecharla introduciendo por ella información correcta.

    ¿Qué es información correcta?

    Ahí está el problema. Para unos, que se trata de una enfermedad, en sentido clásico. Para otros, se trata de una enfermedad por contenido cultural.

    Saludos

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