Empezamos a cogerle la medida a la Biología del dolor. Sabemos que es una percepción, compleja, multidimensional, como todas las percepciones. Sabemos que como tal percepción surge de la actividad fundida de múltiples áreas cerebrales. Sabemos que el dolor es pura intencionalidad… cerebral. No duele porque el individuo quiere que duela sino porque se genera intención de que así sea en los circuitos que asignan relevancia de amenaza física a un tiempo-espacio corporal.
La atribución de relevancia puede ser oportuna o absolutamente descabellada. En el dolor crónico y en el recurrente sin daño la atribución es descabellada. El cerebro la pifia sin enmienda.
Supongamos que aceptamos todo esto como cierto. Los circuitos generadores de dolor toman decisiones erróneas. Están equivocados.
¿Qué hacemos?
Aquí entra la propuesta de la Pedagogía en Biología del dolor.
Los errores de atribución de amenaza no surgen de la nada sino que se construyen a lo largo del aprendizaje. En nuestra especie este aprendizaje está influido poderosamente, poderosísimamente, por la observación y relato de daño y dolor ajenos y no en menor sino en mayor grado por la instrucción de expertos.
Hay una Pedagogía social del dolor, encubierta, invisible. Es la que moldea la arquitectura de la “neuromatriz del dolor”, el conjunto de áreas cerebrales que se activa cuando algo duele. La cultura del dolor contiene la “garantía” de la instrucción experta.
– Consulte a su médico…
Es precisamente esa Pedagogía oficial la que debe cuestionarse, derribarse… y dejar los circuitos expeditos para una reorganización que libere al individuo de las ataduras irracionales del miedo cerebral al daño.
La Pedagogía en Biología del dolor concentra en unas pocas clases lo sustancial de lo falaz y lo veraz (hasta que se demuestre lo contrario…).
– El dolor no siempre tiene que ver con el daño. Muévase sin miedo…
Hay cuestiones básicas que, probablemente, todos los que andamos metidos a “profes” del dolor, consideramos y habrá otras que cada uno añadimos u omitimos según nuestro librillo particular.
En nuestro programa (San Martín, grupos de migraña) damos mucha importancia a:
– Nocicepción. El dolor como respuesta cerebral
– Necrosis, apoptosis, inflamación
– Sistemas de defensa. Componente congénito y adquirido. Analogía con el Sistema Inmune. Desencadenantes (“neuroalergenos”)
– Aprendizaje nociceptivo. Genética y entorno
– Imitación. Neuronas espejo
– Instrucción experta
– Sistema de recompensa. Adicción
– Estructura de las fobias. Evitación de rituales
– Efecto placebo, nocebo
– Copia eferente
– El mito del YO. Diálogo YO-cerebro
– Imaginación
– Plasticidad cerebral. Esquema corporal
– Memoria del dolor
– Inferencia Bayesiana
… alguno más que se me olvida.
Mentalizamos a los padecientes como alumnos y les exigimos que estudien (blog, libros). En cada sesión comentamos conceptos. Repasamos… Lo normal en una escuela…
Esto es para nosotros la Pedagogía en Biología del dolor… nuestro librillo particular.
Parece complicado, excesivo para el ciudadano medio. Parece… pero no lo es. El alumnado sigue las clases con interés y se hace con los conceptos aunque luego tenga dificultad para expresarlos.
El saber ocupa lugar, a veces sin que el YO se haya enterado.
– Creo que lo entiendo pero no sabría explicarlo. Hablo con mi cerebro…
Hola Arturo. Aprovechando que mencionas la observación y relato de daño y dolor ajenos, te dejo la entrada de uno de los “jovencitos” nuevos miembros de la Sefid, que hemos colgado hoy: Me duele ver como te mueves http://edupain.wordpress.com/2012/03/15/me-duele-ver-como-te-mueves/
En cuanto a la entrada, mira que lo has contado mil veces, por activa y por pasiva, y a mi me sigue alegrando cuando lo leo en un blog de un médico.
Carlos: creo que todos nos repetimos pues tenemos pocas cosas que contar. Mi intención era concretar la temática que tocamos en nuestras clases. Hablar de Pedagogía sin especificar el temario supone una indefinición. Sería como hablar de terapia endocrina sin especificar de qué hormonas hablamos…
Saludos
A raíz de los comentarios de ayer en la entrada del martes, “El cerebro gestor”, me vino a la cabeza otra entrada donde una médico que había compartido con Arturo una semana de consulta contaba su experiencia, como no recordaba el título ni la fecha aproximada, me ha costado un poquito más encontrarla, lo que sí recordaba muy bien es que cuando la leí me llevé una enorme alegría, por fin un médico (además de Arturo) interesándose por la pedagogía del dolor… y pensé, ojalá esa persona fuera mi médico de cabecera… Acabo de encontrar la entrada, la he releído y me he llevado una sorpresa al reconocer a la autora, 😉
La recomiendo aquí porque Manuela se hace la misma pregunta que me he hecho yo al leer la entrada de hoy: “¿por qué esto no se estudia en la Universidad?”. Es ahí donde debería estar impartiéndose desde hace tiempo el programa de contenidos de los cursos de migraña.
El cerebro, sin embargo, existe
Me repito un poco: Manuela, Marisol, Iñaki, Mar, Isi … gracias por ser profesionales honestos y valientes, sabemos que no es fácil ir contra corriente, sabemos que no siempre los padecientes “aceptan” de buen grado todo esto en una consulta, pero sabemos también que no hay vuelta atrás… Gracias también a todos los fisios que hacéis pedagogía del dolor con vuestros pacientes, es igual de encomiable vuestra labor.
Ojalá hubiera cursos sobre Pedagogía en Biología del dolor en todos los Centros de Salud y Unidades del Dolor… sería la mejor medida para hacer “recortes” en la Sanidad, padecientes tratados en grupo y reducción drástica en el consumo de fármacos… Igual los resultados obtenidos con los grupos de migraña, en vez de tratar de presentarlos a la comunidad científica, habría que presentarlos directamente ante los políticos, 😉
Estructura de las fobias. Evitación de rituales, Imaginación, Plasticidad cerebral. Esquema corporal y Memoria del dolor…estas debo yo de machacar sin dudar…deberia haber grupos de ayuda en todos los centros de salud…seria tan beneficioso para tantas personas que vivimos en este callejón pero con salida…
Carmen: qué bonito lo del “callejón pero con salida”. Mucho ánimo.
Un abrazo,
Saludos me interesa saber si este tipo de abordaje que se hace con los pacientes implica solo el “CONOCIMIENTO” del dolor, que es lo que entiendo que usted propone, o si también trabajan el “SABER” sobre ese dolor, que no es lo mismo. Entendiéndolo como ese saber de su historia, profundizado qué hay atrás de ese dolor, qué es lo que su cuerpo quiere decir que la palabra no ha logrado tramitar, por tanto no se ha podido elaborar. Es decir el dolor como síntoma.
¿El que los tejidos estén sanos, pero aun así siga presentando dolor se podría entender como una enfermedad psicosomatica?
Maylin Campos
Psicóloga
Maylin: nuestro abordaje va dirigido al organismo, a su narrativa. Consideramos al organismo como un sujeto con objetivos biológicos: la defensa de su integridad física y estima social y hacemos ver al padeciente, al individuo consciente, el proceso de aprendizaje de la gestión de los programas de su cerebro (“mi cerebro y su yo”). Desarrollamos muchos conceptos de la interacción entre cerebro e individuo. No soy partidario de contemplar conceptos como somatización o psicosomático. Creo que deben separarse los planos del organismo y los del individuo. Si hay problemas en la gestión del individuo como sujeto debe hacerse el oportuno abordaje psicológico. Habitualmente el padeciente es una persona normal que no necesita análisis ni correcciones pero está instruido en una determinada cultura del dolor que resulta disfuncional. Es esa cultura el objeto de nuestra intervención. Derribamos creencias y afrontamientos aprendidos maldaptativos y en su lugar intentamos colocar conocimiento apoyado en la Neurociencia y dejamos que el individuo así instruido decida el afrontamiento coherente con esa nueva interpretación de los hechos.
Saludos
Muchas gracias!