El modelo biocultural que proponemos para la migraña sugiere que nuestro cerebro aprende a tomar decisiones cognitivas, emocionales, perceptivas y motoras por experiencia propia (ensayo-error-acierto), observación de sucesos ajenos e instrucción de expertos-cuidadores.
La doctrina oficial sitúa en los genes el origen de la migraña.
Efectivamente: la genética humana condena al cerebro a aprender observando, imitando y escuchando. Hay disposiciones genéticas que predisponen a una mayor o menor dependencia de esas influencias pero siempre la genética interactuará con un entorno cargado de información.
Hay muchos padecientes con familiares de condición migrañosa. Ese dato sugiere inmediatamente la responsabilidad genética. Se nace con migraña. Está escrito en los genes. Se lleva “en la sangre”. No cabe rebelarse. Resignación y seguir los buenos consejos del neurólogo.
En las clases hablamos de la condición de la naturaleza humana. Evolución con gran desarrollo del cerebro como estrategia específica de supervivencia. Socialización. Cultura. Aprendizaje prolongado dependiente de cuidador-instructor.
El cerebro humano aprende a decidir. La percepción es una toma de decisión, una opinión del cerebro, una propuesta que incita a una acción. La activación del dolor implica una decisión cerebral de envolver al individuo en un estado psicológico atencional de alerta, de incitarle a una conducta defensiva de evitación.
Nacemos con una presdisposición genética variable a dejarnos influir por la cultura en la que nos criamos.
A través de la observación de lo que hacen y les sucede a otros, el cerebro construye las conexiones necesarias y suficientes para que un buen día emerja de los circuitos dolor sin motivo (nocividad) aparente.
El aprendizaje es básicamente inconsciente. Día y noche, Prestándole atención o sin ella. Concentrados o pensando en Babia.
Proyectamos unos vídeos de niños imitadores. Explicamos la propiedad “espejo” de determinadas áreas cerebrales. Basta ver una acción para reproducir la acción observada. Basta ver algo emocionante para sentir la emoción ajena. Empatía.
– Mi hijo ya tiene migrañas. Pensaba que le había pasado los genes migrañosos…
La convicción genética acaba con la esperanza. La propuesta cultural sitúa el problema en un universo soluble. Los circuitos tienen plasticidad. Las creencias no son necesariamente inamovibles. La información pone y quita conectividad, es decir, cambia señales eléctricas y mensajeros químicos.
A finales del siglo pasado unos investigadores italianos objetivaron algo obvio, de Perogrullo: en el cerebro de un macaco se registra la misma actividad neuronal en las áreas que programan una acción motora tanto si se ejecuta dicha acción por el sujeto como si éste se limita a observar esa acción por otro. Llamaron a esas prodigiosas neuronas capaces de imitar observando: “neuronas espejo”.
Genes que contienen la receta para poder imitar modelos… Muy humano…
Sobrevivimos gracias a la condición imitadora dependiente de cuidadores.
Puede que estemos sufriendo innecesariamente por esa condición tan humana de la sobreimitación cándida de lo que nos rodea…
Neuronas espejo… Algo tienen que ver con la migraña…
Espectacular entrada Arturo. Enhorabuena. Sin ningun animo de adulacion gratuita pienso que los aportes que haces en el blog tienen una trascendencia comparable para la BIOLOGIA como la tuvo por ejemplo la teoria endosimbiotica de Margulis.
Ya decía mi madre que lo mejor era predicar con el ejemplo, el descubrimiento de las neuronas espejo lo corrobora. No sabía ella que también estaba predicando la huída al cuarto oscuro y la ingesta de tonopanes como caramelos. Mi hermana y yo hemos aprendido inconscientemente, espero que cambiemos la conducta conscientemente para predicar a las nuevas generaciones.
Gracias por ayudarnos en el cambio.
Aitor: veo que la amistad se impone por encima de otras consideraciones. Gracias, de todo modos.