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Estrés y dolor

 

Hay muchos tópicos sobre dolor. Procede derribarlos pero algunos se resisten. Uno de los más resistentes es el de la relación del estrés con el dolor.

-Cuando estoy estresado me duele.

Todo el mundo bendice la frase. Asienten profesionales y padecientes. A todos nos gusta tener una causa a mano que (aparentemente) explique los sucesos.

La afirmación siempre es correcta. Si alguien dice que andar estresado le genera dolor así será. Otra cosa es que ese dolor esté justificado, desde el punto de vista de la Biología, es decir, que genere beneficio respecto al coste de la inversión en dolor.

A veces existe justificación para el dolor del estrés. Cuando un tejido se estresa, sufre una quemadura, un desgarro, carece de suficiente oxígeno, está recién machacado… es lógico que duela. El dolor es el indicador perceptivo proyectado por el cerebro a la conciencia del estrés de ese tejido. Sin embargo no es suficiente el estrés de los tejidos. El contexto influye…

Si el estrés del tejido sucede en la brega, huyendo del fuego o del león, luchando por sobrevivir… el cerebro anula la proyección del dolor (analgesia de estrés) hasta que acaban las hostilidades o el peligro.

Los padecientes no se refieren a ese estrés, el de los tejidos. Más bien están pensando en problemas laborales, económicos, afectivos… Incertidumbre no de tejidos sino biográfica.

Por lo que sabemos de lo que sucede con los ratones de laboratorio parece que someterlos a adversidad crónica les vuelve más sensibles a estímulos nocivos. Cuando los bichos construyen una idea de vulnerabilidad, fracaso al esfuerzo… es más fácil que su umbral de dolor disminuya… si se les aplican estímulos potencialmente nocivos como calor, laser

Nada sabemos de la existencia de dolor espontáneo (sin estímulos nocivos) o por problemas de pareja en ratones.

Si el cerebro proyecta dolor ante una circunstancia eso quiere decir que se activa la alarma de incertidumbre física ante esa circunstancia. Si la circunstancia es estrés biográfico podemos concluir que el cerebro teme por la integridad física futura de la zona donde proyecta el dolor aun cuando no haya ningún agente nocivo por medio.

¿Está justificada esa valoración?

¡No!

¿Qué hacer?

Dos opciones:

1) Evitar lo inevitable: andar estresado en ocasiones. Vivir con otra filosofía. Pasar de los problemas… Como no es evitable, neutralizar los supuestos efectos del estres (dolor, contracturas…) con relajaciones, masajes…

2) Desactivar el estrés como contexto que justifica el dolor. Desensibilizarlo como agente (físicamente) nocivo y dedicarse a afrontar con realismo y sentido común los problemas “de la vida” o recurrir a un profesional si nos superan…

– Hago relajación, yoga, terapia cognitivo-conductual… meditación… Voy a masajes… Me ayuda a controlar el dolor… El estrés me afecta…

– Me parece muy bien si eso le hace más feliz pero refuerza la convicción cerebral de que el estrés es una amenaza física… Lo correcto sería cortar el enlace entre estrés y dolor no con relajaciones sino con conocimiento y seguir con lo que uno encuentra placentero… por placer, no por considerarlo necesario para evitar el dolor.

Chocolate, viento Sur, cambios hormonales, estrés… ¡Qué más da! Los caminos del error son infinitos. Si el cerebro anda equivocado hay que ayudarle a detectar y corregir el error no a potenciarlo.

– No sé, no sé… A MI el estrés ME afecta…

Ya

Estrés es todo aquello que el organismo considera relevante y que activa recursos de afrontamiento.

El cerebro tiene sus razones. Los exámenes estresan: generan incertidumbre. Son relevantes. Debieran activar recursos de atención, concentración… No tiene sentido que el organismo active recursos defensivos de alerta física por la incertidumbre del éxito…

Ante el estrés los múltiples cerebros de uno entran en danza. El cerebro laboral promociona la implicación durante los días laborables. Cuando llega el fin de semana el cerebro vigilante de los estreses toma el relevo y aplica la recriminación… “demasiado trabajo”… estrés, estrés… ¡peligro!

-Curiosamente me duele los fines de semana.

Dicen los neurólogos que es por el estrés acumulado en los días laborables…

Cuando la mente vagabundea, aprovechando que no estamos haciendo nada que exija atención, el cerebro no descansa sino más bien todo lo contrario. Se activa un conjunto de módulos que se dedican a repasar la autobiografía, los planes de futuro, lo que los demás pensaron y pensarán…

El vagabundeo activa el llamado default mode (modo por defecto). El no hacer nada permite al cerebro dedicar sus afanes a rumiar pasado y futuro, tranquila o angustiadamente, con el individuo despierto (en Babia) o dormido…

– Me despierto ya con dolor. YO no pienso…

¿Estrés? Lo justo. Cuando y donde es necesario y productivo.

¿Dolor? También lo justo. Donde y cuando es necesario y productivo.

¿Imaginación? Toda la que quiera pero bien diferenciada de lo que es la realidad, aquí y ahora, de la que puede ser o no ser en el futuro o la que fue o no fue en el pasado.

Que tenga un buen estrés.


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    45 comentarios en «Estrés y dolor»

    1. Gracias Arturo por esta aclaratoria entrada. Pienso también que en nuestra sociedad moderna, hemos ido construyendo “estrés” en torno a los nuevos conceptos de gestión del tiempo y exigencia. Procesamos en mucho menos tiempo más actividades de lo que antes era habitual y nos movemos mucho más rápido en tiempo y espacio; sin embargo, lo hacemos en un ámbito de más comodidad y menos peligro real para nuestra supervivencia. La mente está más agitada y los pensamientos andan revueltos.
      Hemos ido trasladando el estrés real en imaginario. Lo que antes era la amenaza real de un león o de una espada, ahora es llegar tarde al trabajo (seguro que sin demasiadas consecuencias más allá de las imaginadas…..).
      Los factores interpretativos en torno al estrés, son los que nos llevan a convertirlo en un estímulo o en un calvario….Ahora, hay más información que antes para imaginar consecuencias.
      Nuevamente veo mucha cultura del estrés negativo y mucha información Bio-cultural (distinta a la que explicas), que retro-alimenta el estrés, convirtiendo justamente a aquello que la biología diseño para escapar de las amenazas, en la amenaza misma. (Miedo al miedo).

      saludos

    2. Arturo: mil gracias, genial como siempre, claro y conciso. Lo de que nada sabemos de dolor espontáneo en ratones por problemas de pareja es genial, 😉

      Lo del incesante ronroneo mental cuando la mente “vagabundea” es el mejor ejemplo, últimamente soy muy consciente de esto, cuando voy paseando, ahora que ya puedo hacerlo sin que el dolor acapare toda mi atención, la explosión de pensamientos, ideas, recuerdos… que tengo es realmente estresante, je, je… Pero eso no se nos ocurriría incluirlo en el estrés del que oímos hablar todos los días, el laboral, el emocional, el de no llegar a fin de mes, los disgustos… hoy en día cualquier situación que no sea “relajante”, ya se considera estresante.

      Esta entrada tiene que derribar de una vez todas esas falsas creencias en torno a este tema. A mí me costó especialmente echar a la basura esta falsa crencia (el estrés produce dolor) por toda la información alarmista que existe en torno a este tema y porque la psicoterapia que yo hice (cognitivo-conductual), se basó por completo en el estrés y la ansiedad, supuesta causa de todos mis males, y puedo asegurar que terminé con un montón de síntomas que no tenía al inicio y con el insomnio agudizado hasta tal extremo que no conseguía pegar ojo en toda la noche. ¿Por qué? No porque la psicóloga no fuera buena, sino porque estaba equivocada en su idea de establecer una relación directa enre dolor – estrés – ansiedad – insomnio.

      Un último apunte sobre la opción 1 que planteas, intentar “relajarte” en el que parece ser el peor momento de tu vida cuando todo movimiento es dolor y cuando todo se está desmoronando sin que tú parece que puedas evitarlo, es bien difícil, no hace más que empeorar la situación, echar más leña al fuego. Ahora sé que todas las cosas que me dijeron sobre el estrés no son incorrectas, pero como fallaba la información sobre dolor, eso me cerró por completo la puerta. Hace tiempo derribé esa creencia, ahora estoy intentando recuperar cosillas que sé que me pueden ir bien, como alguna que otra técnica de relajación, el contro de la respiración, etc. Aquí doy las gracias a Joaquín (MIndfulness) y a Carlos López Cubas (Cuentos Analgésicos), que han conseguido que yo deje de “odiar” todo lo que me recordaba mi época de psicoterapia. También a Ani, porque con nuestras conversaciones yo también aprendo, por ejemplo, que no hay que cerrarse en banda a todo lo que en un momento concreto no nos ayudó.

      Falta una entrada Arturo, perdona que te lo pida, el insomnio… hay tantísimas falsas creencias también en torno a esto…

      De nuevo, gracias.

    3. Sobre lo que dice Cristina de la relajación. Personalmente nunca me funcionó el auto-control en la relajación, más bien todo lo contrario, me lo empeoró. Creo que desde el momento en que intentas relajarte, estás aplicando un factor de exigencia de naturaleza contraria a lo que se pretende conseguir. No solo estás nadando contra corriente sino que además, arrastras con la atención todo aquello de lo que pretendes huir: “la tensión y la ansiedad”. Los deseos de la voluntad son muchas veces los del “Ego” y esos no siempre ayudan. Por contra, Sí creo, en la relajación como efecto de la “Retro-información”, es decir, tengo sensaciones de relajación y con esa información dirijo toda mi atención a tomar conciencia de ese estado de forma que pueda entrenarla, condicionarla a mis acciones y pensamientos. Tratar de huir o controlar una situación de tensión es como retarla (guerra asegurada) con todos los tira y afloja que eso conlleva. Hay que reconocerla, aceptarla, abrirle la puerta y dejarla salir. Por duro que sea!!!! (es una simple opinión personal fruto de la experiencia propia).

      saludos

    4. Darte las gracias a tí Cristina, porque como has sido una alumna más aplicada y más estudiosa, sigues tirándome abajo ideas erróneas que seguía teniendo, como ésta la del estrés y dolor.
      Esta relación ya la había explicado el Dr, pero yo , cabezota, seguía pensando, sin lugar a dudas, que había una relación directa.
      Hace 2 días ya la puse en la bolsa de las creencias erróneas y se van a la basura por la conversación que tuvimos y que me hizo reflexionar más profundamente.

      Un abrazo.

    5. Te copio el formato, Arturo.

      En el grupo de padecientes:

      – Cuando me peleo con mi marido se me coge un dolor insoportable en el cuello, se me extiende por toda la espalda y no me queda más remedio que acostarme hasta que se me pase.

      – Tu cerebro considera que pelearte con tu marido en una amenaza para tu cuello y tu espalda.

      – Anda ya! Si yo no le tengo miedo a mi marido, si es un pedazo de pan.

      – Tú no, el que cree que pelearse con él es un peligro es tu coco.

      – Pues qué gracioso es mi coco.

      Supongo que no es difícil imaginar los derroteros de este diálogo (es real, lo prometo) antes de que la psicóloga diera con el blog. Si en lugar de definir a su marido “como un cacho de pan”, se pone a llorar y me cuenta que la insulta y se le va la mano de vez en cuando ni os cuento.

      Me ha gustado muchísimo la entrada.

      Un saludo.

    6. Os puedo asegurar q mis ultimas dos crisis fueron por problemas con mi marido…llevo luchando 5 años con su familia,con algunos problemas serios que han ocurrido,empece con una ansiedad depresiva,agorafobia,y creo q mi cerebro se asusto tanto q por eso mi cuerpo mente ya no podia mas y mi cerebro encendio todas las alarmas….he tenido mucho desgaste,he llegado a no querer vivir…por unas personas indeseables…mi marido es un cielo…pero
      aveces se nubla o lo nublan….ahora solo espero seguir adelante,aprender de vosotros,y volver a ser yo,tranquilizar a mi cerebro y moldearlo de nuevo…
      Gracias por todo lo q me aportais,sois maravillosos,tod@s!

    7. Carmen: igual los problemas con tu marido “desencadenaron” las crisis, pero la causa en sí no son esos problemas, sino la valoración errónea por parte del cerebro que decidió activar el aura y la ansiedad por imaginar un hipótetico peligro de daño para tu organismo. Y los problemas con los familiares no suponen un peligro de daño para la integridad física del organismo, ¿verdad? A no ser que te fueran a agredir físicamente, esto en un ejemplo para que lo entiendas porque sé que no es el caso. Pues ahí es donde tienes que trabajar, en desactivar las alarmas infundadas, en entender que el dolor (o los demás síntomas que tienes) se tienen que activar únicamente para avisarnos de que el organismo está sufriendo un daño, para protegernos con el aviso, no cuando un problema nos afecta. Lo mismo la ansiedad, es otra respuesta “protectora”, el organismo sufre unos “cambios” para que, por ejemplo, podamos salir huyendo de una situación peligrosa (un incendio, un león…), pero no tiene ningún sentido que se active el programa ansiedad por un problema familiar.

      No te centres únicamente en resolver esos problemas familiares, sino también en hacer ver a tu cerebro que está equivocado, que no hay peligro para la integridad física de tu organismo, que que no ha de hacer sonar las alarmas por algo que nos resulta estresante, que no hay “león”. No digo que no tengas que resolver esos “problemas”, sino que el hecho de que se active el dolor y la ansiedad por ello no tiene ningún sentido desde el punto de vista de la Biología.

      Un saludo y ánimo.

    8. Qué cosas. Después de un mes y medio sin dolor en la espalda, ha vuelto de repente como un amor olvidado. Justo leo este artículo. Entiendo que mi cerebro es bobo, simplemente. Me está diciendo que como tengo algunos problemas que me angustian, pero que no van a acabar conmigo ni mucho menos, pues que me duele la espalda. Y os juro que desde el coche hasta el trabajo, mal caminando como podía, iba discutiendo con él, con mi cerebro. Hasta llegar al trabajo y concluir que mi cerebro es idiota, que me dice que me duele la espalda, que está sana y que llevaba dos meses sin darme problemas. Que así no saldríamos adelante con todo lo pendiente, que era una estrategia idiota porque lo que necesito es un cuerpo que pueda tirar del carro. Si total, trabajo sentada. Se lo he dicho, le he insultado, he despreciado su estrategia porque no me ayuda nada y encima lo empeora.

      Ahora, lo malo de todo, es que no sé si me escucha. Pero no me importa, ahora yo le abronco en voz alta. Se tiene que enterar éste.

    9. Carola: también se podría pensar que el cerebro es un “listillo”, que se adelanta a los acontecimientos, hace predicciones y toma decisiones equivocadas sobre un posible suceso de daño. Aunque si tu cerebro ve peligro de daño para tu espalda en un “problema” realmente sí es un poco bobo, 😉

      A mí también me duele la espalda hoy, no me pregunto ya por qué, muchas veces no somos conscientes nosotros de los miedos cerebrales que activan el dolor, pueden ser los problemas, el movimiento, el no movimiento, unos zapatos, el ordenador… Lo que sí hago es lo mismo que tú, dialogo con él, le digo que su miedo es absurdo y la respuesta irracional y, como tú también, a seguir con la tarea…

      Un saludo.

    10. Copio tu genial frase, Cristina:

      Lo mismo la ansiedad, es otra respuesta “protectora”, el organismo sufre unos “cambios” para que, por ejemplo, podamos salir huyendo de una situación peligrosa (un incendio, un león…), pero no tiene ningún sentido que se active el programa ansiedad por un problema familiar.

      ¿Tiene sentido el repliegue del individuo/respuesta de indefensión/depresión (los entiendo como sinónimos) ante problemas laborales, de pareja, etc? Es decir, ¿las conductas de aislarse del entorno social, la apatía, la inhibición motora, etc no son otro tipo de respuesta defensiva? Algo así como “el mundo es malo y sólo te pueden pasar cosas malas, mejor quédate en casita, quietecito y calladito” por parte del cerebro. Lógicamente si la persona obedece el mandato durante un tiempo llega un momento que esta respuesta se va haciendo rígida y “atrapa” a la persona en contra de su voluntad.

      No sé si tú tendrás respuesta para eso, Cristina, o si será oportuno preguntarlo aquí… pero desde que empecé a entender las propuestas del blog empiezo a ver la “depre” desde ese punto de vista pero no sé si será una generalización mía arriesgada.

    11. Mar: la estructura de indefensión aprendida es la misma que la del dolor sin daño-disfunción relevante. El organismo también tiene su “psicopatología” Esta psicopatología se expresa hacia el individuo a través de “invitaciones”, es decir, síntomas. Todo lo que percibimos delata las intenciones del organismo, las evaluaciones.

      Lo único que cambia entre el dolor y la depresión es la temática a la que se refieren. El dolor está relacionado con la amenaza de daño de los tejidos y el desánimo a la valoración de condena al fracaso, bien por incompetencia propia o por adversidad insuperable del entorno.

      No creo que estés generalizando. Aun así sería una generalización productiva.

      Saludos

    12. Mar: nos falta otra entrada, la depresión y el dolor, alguien más la ha pedido también…

      Yo no te puedo contestar exactamente a lo que preguntas, creo ser una “experta padeciente” con la cabeza bastante bien amueblada con toda esta información sobre dolor no asociado a daño relevante, pero no soy experta en la materia ni mucho menos. Me aventuro a decir que la depresión también es una respuesta, como bien dices, y que también puede activarse por un error de evaluación, es decir, por dar a una situación mayor relevancia de la que tiene en realidad.

      Si hay un motivo que justifique el encendido de los síntomas asociados a la depresión, como por ejemplo, la muerte de un ser querido, la ruptura de una relación sentimental, etc., se activan estos programas durante la temporada de “duelo”, una vez ésta termina, no está justificado que el programa quede activo indefinidamente, aunque a veces lo hace, supongo que por eso que dices de que la situación atrapa al individuo y acaba siendo difícil romper el bucle. Y tampoco está justificado desde la Biología que se activen programas como el desánimo, desgana, aislamiento social… por pequeños problemas cotidianos o laborales, no sé la información alarmista y la Cultura qué peso tendrán aquí…

      Lo que sí tengo claro es que tampoco hay una relación directa entre depresión y dolor. Como bien dices, se activan conductas de aislamiento, falta de interés… pero no debiera activarse la respuesta “dolor”, por ejemplo, tras sufrir una pérdida, por no haber ningún peligro para la integridad física de los tejidos.

      Este diálogo también es real, aunque lo resumo un poquito: “¿Te duele la espalda? Sí. Las pruebas son normales. Qué bien. ¿Has estado estresada? No. Entonces es depresión…”.

    13. Mar: veo que te ha contestado Arturo a la vez que yo lo hacía también, él bastante mejor por supuesto, 😉

    14. Gracias, Arturo y Cristina.
      Cristina, como te suele decir Arturo, con tus aportaciones aclaras aún más sus palabras.

      Quizá el error, nuevamente, sea interpretar síntomas que correlacionan con el hecho de que se den relaciones de causalidad entre los mismos. En una sesión del grupo de padecientes de dolor, antes de que empezara a leer el blog, me quedé un poco sorprendida porque casi todas ellas comentaban que desde jóvenes tenían miedos. Miedos que, por la descripción que hacían, resultaron ser fobias de lo más pintorescas. Muchas de ellas al agua. No supe muy bien como interpretar aquello. Más tarde, al hablarles de Arturo y comentarles que tenía un libro sobre migraña descubrí que muchas de ellas tenían antecedentes previos en este sentido. Entendiendo que la fobia, el dolor sin daño relevante, la indefensión aprendida… comparten el hecho de ser respuestas “defensivas” de cerebros alarmistas y que eso explica que todos ellos puedan aparecer en la misma persona es fácil evitar la tentación de establecer causalidades. Pero sin esa hipótesis de partida, el error interpretativo del psi está servido. Recuerdo que muchas veces les decía a las padecientes que no podía ser casual… y tanto que no lo era, sólo que por otros motivos.

      ¡ Qué bien que existáis!

    15. Cristina, me quedo dándole vueltas a lo que comentas del papel de la información alarmista y la cultura en el tema de la respuesta de “depresión”. Pues mucho me temo que es tan nefasto como en la del dolor sin daño relevante. Con sólo pensar en la clásica distinción entre depresión endógena y exógena es para echarse a temblar.

    16. Sí Mar, está claro que algo tiene que ver, hay depresiones justificadas que nada tendrán que ver con la transmisión cultural o la información (lo que sería el equivalente a un dolor por daño real), pero también hay respuestas injustificadas (excesivas o aprendidas), y aquí para mí entran todas aquellas que son “diagnosticadas” en base a síntomas como mareos, dolores, o pequeños desengaños cotidianos como la vida misma. Mi médico me decía: “ahora te deja la novia y te hundes hasta tal punto que hay que ir al psicólogo”, está claro que en los tiempos de la Sabana eso no ocurría, ¿verdad Arturo? 😉

      Tengo claro que también nos enseñan a tener depresión, hay como un patrón, vuelvo la vista atrás hacia los ocho meses que pasé de baja en los primeros momentos, y veo que las personas con depresión (imaginada o justificada) hasta llevábamos, por lo general, una especie de “uniforme”, especialmente las mujeres, mallas o chándal, zapatillas de andar, grandes gafas de sol y una acusada pérdida de peso. En Irun me encontraba con alguna en Luis Mariano, calle donde hay varias consultas de psicólogos, y claro, yo las “reconocía”, pensaba, tienen depresión … luego preguntaba por ahí, ¿a fulanita le ha pasado “algo”? Y la respuesta solía ser del estilo “sí, le ha dejado el marido”. Y luego yo preguntaba: ¿y sabes a ella qué le duele…? También nos encontrábamos “paseando incesantemente” por las zonas verdes de las afueras para no encontrarnos con nadie… y que no nos preguntaran más…

      Si te paras a pensar, hay mucha información errónea circulando, del estilo “un mareo puede ser el único síntoma de un trastorno depresivo”, la relación directa que establece casi todo el mundo entre dolor y depresión, la creencia de que la tendencia a la depresión es genética, o lo de que los antidepresivos hacen que te sientas “feliz”…

      Tiempo después, cuando yo ya era paciente de Arturo y decía que iba al neurólogo, había gente que me decía: ¿al neurólogo? ¿pero lo tuyo no era depresión? Y yo decía, no, al final SÍ era DOLOR…

      No me des más coba Mar, que la depresión es otro de mis temas sensibles, junto con el estrés y el insomnio … entre todos, Mar, Ani, Joaquín… me estáis haciendo reflexionar más que nunca, 😉

      Por cierto, y esto es ya lo último que digo, tengo una amiga que está tomando antidepresivos para dejar de fumar… No sé ya si impera la ley del mínimo esfuerzo o si a los médicos se les está yendo un poco de las manos el uso (o abuso) de este tipo de medicación…Igual deberíamos volver a la Sabana una temporadita, cazar para alimentarnos y huir de los leones, y luego volver valorando un poquito más el “esfuerzo”, y bien seguro que con una gestión más razonable de las respuestas de protección del organismo.

    17. Cristina, querida, ya sabes que compartimos muchas cosas… No me tires a mi de la lengua con la medicalización_farmacologización de la vida cotidiana.

      Gracias por reflexionar tanto y tan bien.

    18. Yo tengo una duda, aparte de tener mi mareo contínuo durante casi 6 años, cuando estoy griposo se me dispara la sensación de malestar e intensidad de ese mareo, por que sucece esto? Algo parecido me sucede tras probar algo de alcohol…es muy extraño, antes de empezar con esta historia no me sucedian tales cosas, cuando cogia un catarro estaba malo pero sin mareo, y el alcohol me sentaba de otra forma.

    19. Jose: lo que te ocurre supongo que es lo habitual cuando el cerebro está alarmado y es hipersensible hacia lo irrelevante. En el caso de la gripe, hay un proceso vírico y se activa “justificadamente” el programa de respuesta de enfermedad, en algunas personas también se activa el programa mareo durante la gripe, en otras no, los síntomas no son exactos en todas las personas. Ahora bien, si tu cerebro te anda activando mareos sin ton ni son, sin haber una razón orgánica que lo justifique, pues cuando tienes, por ejemplo, gripe, es más probable que le dé por activar con mayor intensidad el mareo porque el cerebo está valorando mayor peligro para tu integridad física que de habitual. En mi caso lo hace, y también me proyecta dolor de espalda insoportable durante la gripe (hiperalgesia y alodinia), cuando antes recuerdo perfectamente que jamás me dolió la espalda con una gripe.

      Con el alcohol más de lo mismo, tomado con moderación, todos sabemos que no es dañino para el organismo, pero en tu caso, está valorado como un “peligro” por tu cerebro, viene a ser algo así como que el chocolate desencadene una crisis de migraña, pues el alcohol, aunque sea en pequeñas cantidades, desencadena o empeora el mareo de forma irracional. Te entiendo a la perfección porque a mí me ocurría lo mismo, estuve tres años sin probarlo, sólo imaginarlo me ponía peor, este último año me he ido exponiendo al alcohol, tomando algo de vez en cuando, y ya no le tengo miedo, pero aún así, sé que el efecto que tiene en mí una copita de vido o un zurito con limón, sigue siendo “excesivo”. Puse en un comentario no hace mucho que justo me dio un mareo cuando salía a comer y lo primero que me vino a la cabeza fue, ni se te ocurra probar el alcohol, y me dije que no, que eso es justo lo que no debo hacer, evitarlo, y me tomé el zurito con limón… mi plan de “darme a la bebida” (esto lo digo continuamente en broma para relativizar) no se va a ir al traste por los mareos ahora que yo ya he perdido el miedo… ¿Qué hay que hacer? Pues eso, darse a la bebida con moderación, 😉 Con esto quiero decir, introducir racionalidad, un zurito no es un león…

      En mi caso, todo esto que cuentas me ocurre también durante el síndrome premenstrual y la menstruación, me siento más mareada y me duele más la espalda, y es porque aumenta la sensibilidad en estos períodos, al igual que ocurre en la gripe. Pero en el caso de la menstruación sé que también todo lo que me ocurre es irracional…

    20. José: me quedé pensando sobre lo que te dije, recuerda esta frase: “el mareo es la expresión de la incertidumbre cerebral”. Proyéctala cuando te venga a la cabeza que hay algo “orgánico” detrás de todo ello. Sé que la situación es alarmante pero pensar en que algo terrible ocurre es contagiarse del miedo cerebral y empeorar aún más el síntoma.

      Muchas veces creemos que hemos entendido la teoría, y de hecho, igual lo hemos hecho, “pero” no se han conseguido cambiar del todo nuestras creencias erróneas, no han llegado aún al grado de “convicción”, hay que detectar esas “lagunas” para taparlas con la información. Recuerdo un día en la consulta de Arturo hace mucho tiempo, le contaba muy contenta que los mareos ya no condicionaban “tanto” mi vida, y me preguntó: ¿cuál crees que es el motivo? Y yo contesté algo así: bueno, ahora que ya no estoy todo el tiempo pensando que voy a morirme por todos los síntomas que tengo, no estoy tan ansiosa… Y me gritó: NO!!!!!!!! Respuesta incorrecta!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! … Y Arturo, como siempre, tenía razón, pero yo todavía estaba por aquella época asimilando la información y con un batiburrilo grande en mi cabeza.

      No se trata aquí de que si funciona y el síntoma mejora o desaparece, entonces adquiero la convicción, y si no, dudo un poco, creo que es verdad “pero”… Es al revés, primero la información correcta, luego la convicción, y luego… lo que sea que tenga que ocurrir, creo que entenderás lo que quiero decir.

      Un saludo.

    21. Cristina me encanta leerte que bien te explicas¡¡¡¡¡
      No entiendo muy bien a que os referis con lo de la depresion…genetica??
      Yo llevo yendo al psicologo cerca de un año, tenia sensaciones muy raras, me ahogaba, me daba cada dos por tres vertigos, pocas ganas de vivir, incluso de acicalarme,engorde 12 kilos que llegue a perder ya, ya que ahora vomito por nada…el caso que todo esto empezo con la perdida de un ser muy especial para mi, mi abuelo, la primera muerte importante en mi vida, lo adoraba hasta tal punto que me cuesta imaginarme que ya no esta aqui, si a eso le sumas lo de la familia de mi marido, y si Cristina, uno de sus hermanos intento agredirme, de hecho deberia haberle denunciado, el caso es que despues de mi abuelo se fue mi abuela, una amiga de la infancia y tres dias despues de darme este primer aura despues de tantos años se murio otro de mis abuelos….he tenido unos años duros, muy amargos, llegando a cambiar mi caracter bastante…yo era muy alegre y ahora me estoy recomponiendo pero parecia una sombra….
      Tambien sufro de insomnio, desde pequeñita…el año pasado llegaba a dormir tres horas diarias…de ahi toda mi explosion cerebral me imagino….ahora tomo orfidal para dormir y lo noto bastante, puedo centrarme para estudiar, ya que he retomado estudios para tener mi cabeza entretenida y superarme un poquito….me encantaria pediros tanto a ti como a MAr que si podeis hablar de la depresion me encantaria saber todo lo que podais informar….yo estoy basatante mejor, empeore despues de estas dos crisis, llegando a mi el miedo a salir sola a la calle, y los vomitos cada vez que me pongo nerviosa o creo que algo va ir mal, tengo agorafobia pero os aseguro que aun asi entro a los centros comerciales, y por las calles con gente, me enfrento a ello aunque a veces me haga sufrir mucho…
      Intento entrenarme todos los dias y seguir mi camino, unos dias mejor que otros, me acuerdo mucho de tu frase Cristina…la de que prefieres morir en la calle y vivir….que encerrarte en casa y no vivir…bueno no era asi exactamente pero ese era tu mensaje…
      Gracias por siempre ayudar y tener explicaciones logicas para todos.
      Un besazoooo¡¡¡

    22. Joaquinwct: yo soy incapaz de relajarme,lo que quieres decir si te entendido bien es como cuando te dicen…no pienses en un oso blanco y es lo primero que te viene a la mente???? Quieres decir que si te enfrentas a la ansiedad y la combates ganaras mas que si intentas rehuirla???porque de esta forma la apartaras menos de tu mente??? te he entendido asi…quizas no sea lo que tú hayas querido decir…pero si es asi lo comparto indiscutiblemente…
      Cuando abro los ojos al despertar lo primero que me viene es te toca vomitar, o hoy vendra el aura…antes me asustaba y me bloqueaba, ahora lo que hago es vale¡ a ver si es verdad…..
      Y lo voy llevando mejor, hay dias que lo consigo y no vomito y otros no lo puedo remediar eso si…el aura que no vuelva jamás¡¡¡¡¡
      un besazo¡¡¡

    23. En estos tiempos se habla de depresión de una forma bastante ligera y se utiliza el término para describir cualquier estado anímico que tenga que ver con la tristeza, la desesperanza, la frustración o el fracaso.
      Muchas de las personas que acuden a las consultas de los psicólogos lo hacen con esa etiqueta autoimpuesta , colgada por parte de algún profesional o no, al que han visitado previamente, o de algún vecino, amigo o compañero de trabajo que se atreve a “diagnosticar” y ponerle nombre a algo que tiene que ver con la respuesta a una pérdida o a cualquier contrariedad de la vida cotidiana.
      Estoy de acuerdo en que el término se ha popularizado de tal forma que se emplea con mucha frecuencia confundiéndolo con otra cosa.
      También creo que cuando alguien padece un dolor crónico (y por tanto ha tenido una pérdida importante , el sentirse sano ) y ha peregrinado por cientos de sitios en los que lejos de tratarlo (con la información adecuada) han contribuido a que se cronifique aún más se produce en el padeciente un cuadro que tiene que ver con la indefensión aprendida de Seligman y cuya expresión conductual, emocional, fisiológica y cognitiva es no moverse, no actuar, no hacer nada, no tomar decisiones, no afrontar, no alimentarse, sentir desesperanza, miedo, no tener ilusión…. y sumirse en un estado de aislamiento y desconexión con el exterior. Esto también ocurre cuando se produce una pérdida y es una de las tareas o de los trabajos del duelo , que no ocupa todo el proceso de duelo.
      Que esto suceda o no tiene que ver con otras muchas cosas además de con la información y la cultura de la que uno haya bebido (aunque efectivamente tiene un peso fundamental) , otros factores como la personalidad previa, las estrategias de afrontamiento, el apoyo familiar y social, la edad, la naturaleza de lo que se pierde , tienen que ver con como se procesa la pérdida.
      Es cierto también que se utilizan y prescriben con mucha alegría psicofármacos para evitar “sufrir”. Los usuarios demandan antidepresivos porque es mucho más fácil tomarse algo que nos regale la ilusión de sentirnos felices que pasar a pelo las frustraciones, las desilusiones, los agravios, y las pérdidas que vivimos todos los días y, desafortunadamente siempre hay alguien dispuesto a recetarlos o una amiga que tiene en su casa o los toma ella misma y te los posibilita.
      Hay un término muy utilizado en psicología positiva , la resiliencia, la capacidad que tiene el ser humano de rehacerse y sobreponerse a las adversidades . Yo “escucho” mucha resiliencia en muchos de los que escribís aquí pero sin duda la habéis alimentado con la valiosísima información que aquí se ofrece. El paso previo ha sido perder el miedo, dialogar largo y tendido con nuestros cerebros y tomar la decisión del cambio.
      Un abrazo.

    24. Carmen: lo que he dicho exactamente es que es errónea “la creencia de que la tendencia a la depresión es genética”. El psicólogo suele preguntar: ¿hay alguna persona en tu familia que haya tenido algún episodio de depresión? Y si la respuesta es sí, te transmiten esta creencia. Y, al igual que ocurre con la migraña, la depresión, de por sí, no se transmite vía genes.

      Decirte también que yo no soy experta en la materia, hablo siempre desde mi experiencia y, sobre todo, refieriéndome a los casos de dolor sin daño relevante que se relacionan directamente con estados de ansiedad por estrés o depresión, cuando en realidad no existe una relación directa entre ansiedad y dolor, y depresión y dolor. Y ahí nos transmiten un montón de información errónea que hace que el bucle se cierre y nos atrape aún más.

      Ya comento también que hay estados depresivos “justificados”, como me parece que es tu caso por todo lo que has comentado, pero lo que no está justificado desde la Biología es que, tras los períodos de duelo tras las muertes, quedes embuclada en un estado permanente de depresión y síntomas invalidantes.

      No soy quién para darte consejos a otro nivel que no sea el referido a tus síntomas sin daño relevante, pero sí te diría que le hablaras a tu psicólogo, si no lo has hecho ya, de toda esta nueva información que has encontrado en el blog y en el libro de Arturo, y que él te diera su opinión al respecto. Si tu psicólogo no conoce todo esto y no está trabajando contigo desde la idea de que tus síntomas en la actualidad no son el resultado de las desgracias que hayas podido vivir en el pasado o de los problemas familiares, sino el resultado de una valoración errónea por parte de tu cerebro que ve peligro en la integridad de tu organismo, pues no sé si estás en buenas manos Carmen. Si ya le has hablado de todo esto y lo entiende, y estáis trabajando el afrontamiento desde esta perspectiva, pues entonces genial porque seguro que te va a ayudar.

      Por lo general, y disculparme por generalizar pero creo que esto es verdad, los psicólogos no contemplan todo este planteamiento de la disfunción evaluativa en el tema del dolor, la ansiedad y la depresión, y muchas veces, más que ayudarnos, sin ellos quererlo, empeoran la situación. El ejemplo de Mar, que no contemplaba esta información, es la clave para que lo entiendas Carmen, ella se dio cuenta de que estaba equivocada, que lo que sabía sobre dolor crónico y otros síntomas no era correcto, fue honesta consigo misma y con sus padecientes, y decidió partir de cero, aprender, y enfocar el afrontamiento desde esta nueva perspectiva.

      A mí no me cuesta nada escribir si te ayuda, pero tampoco quiero condicionar tus decisiones y, además, no conozco el tipo de psicoterapia que estás haciendo, igual es la adecuada, pero no separes unos síntomas de otros, trabaja todo junto, no creas que la depresión y la ansiedad la tienes que trabajar con el psicólogo, y la migraña y el aura con este planteamiento.

      Espero haberte ayudado un poquito, y espero también que Mar o Arturo o Sol de Val te echen también un cable, seguro que mejor que yo porque dominan más el tema.

      Sobre el insomnio, ya te hablaré, que si empiezo no acabo, es otro de mis temas “sensibles”…

      Un abrazo.

    25. Sol del Val: tienes toda la razón en lo de que muchos de los lectores del blog hemos aumentado aquí nuestra capacidad de “resiliencia”, yo creo que el papel de los psicólogos es fundamental hoy en día, pero en el tema del dolor sin daño relevante, si los contenidos informativos no están actualizados, más bien acaban o distorsionan nuestra capacidad de resiliencia.

      Al menos en mi caso, intentaron convencerme una y otra vez de que, aunque yo creyera que era una persona capaz de afrontar los problemas más o menos y de gestionar medianamente bien mis emociones, “algo” fallaba en mi personalidad, algo fallaba precisamente en mi capacidad de resiliencia, y se me mostraba a través del dolor y los mareos, y previamente, a través del insomnio (aunque yo no le hubiera hecho mucho caso a este primer síntoma o “señal” de aviso). Y esa “teoría” era incorrecta, me di cuenta yo misma antes de haber acudido por primera vez a la consulta de Arturo, puesto que me dejó mi novio porque no soportaba más la “situación” de mi dolor crónico y resto de sintomatología, y yo, lejos de hundirme aún más, le entendí, fui consciente de que yo no era la misma persona que él había conocido, y que la situación era muy difícil para él también y yo no quería atarle a ello, y mucho menos, estar con una persona que tenía dudas sobre la relación, así que le facilité el camino, y lo pasé muy mal (durante un tiempo), pero sé que lo supe afrontar con racionalidad, y ahí me di cuenta de que no podía ser verdad eso de que todo mi pasado ahora me estuviera pasando factura por mi personalidad e incapacidad de afrontamiento.

      Está claro que Arturo supuso para mí desde el primer momento una liberación de todo esto que cuento aunque yo ya me lo cuestionaba bastante, aún así, tres años peleando por imponer racionalidad sin conseguirlo me hicieron pensar muchas veces que, teniendo la solución ante mí y habiendo tenido la gran suerte de encontrarme con esta información, jamás lo iba a conseguir, y sentí en muchas temporadas aún más indefensión que cuando me decían que todo era psicológico. Pero bueno, al final, parece que también mi cerebro empezó a entrar en razón.

      Te agradezco enormemente Sol todo lo que nos aportas a los lectores del blog, porque yo, ya lo he dicho, hablo desde mi “humilde” experiencia como padeciente, no tengo los conocimientos que tú tienes a este nivel, si ves que digo algo incorrecto en mis comentarios a este respecto, te agradecería por favor que lo señalaras o lo matizaras, lo mismo le digo a Mar. Me ha dado un poco de miedo contestar a Carmen, espero vuestra ayuda también.

      Y, para quitar un poco de seriedad al comentario, sólo decir que ahora pienso que mi exnovio “se lo perdió”, porque ahora soy una persona “mejor” que la que él en un primer momento conoció…

      Un abrazo.

    26. Cristina: Mi psicologa conoce todo esto del blog, es decir le he hablado de esto del libro es más le he dado la direccion y todo porque ella cree que leer esto me va a servir para afrontar mis miedos al aura…y demás…ella me dice que mientras más información tenga sobre el tema mejor para mi …ella imparte terapias a pequeños grupos de personas con fibromalgia y por eso le intereso el dia que empece a hablar de Arturo y de vosotros, es más le he de prestar el libro pero para mi es tan importante tenerlo cerca…ella me habla mucho de una liga reumatologica o algo asi en la que ella tambien da terapia y he ido a algún curso que el ayuntamiento da al servicio de la mujer en mi ciudad e imparte ella el último fue como enfrentarse al estrés y hablo de eso que comentas del león…es decir que en cierto modo el estrés es bueno porque es un modo de supervivencia pero ya es un problema cuando nos alteramos por lo minimo, por lo que creemos o valoramos que es peligroso y no lo es, la verdad que ella me esta ayudando mucho y veo que no es un “timo” porque es servicial y me recomienda leer muchos libros de autores que me ayudan…con ella descubri a Jorge Bucay…sus cuentos para no pensar y demás, ahora estoy leyendo la Inutilidad del Sufrimiento de MAria Jesús Alava y tengo en la cola el libro de Ahora YO o algo asi de un tal Alvaro Puig…puede ser?
      El caso es que creo que ella me esta apoyando mucho en este tema, en el de los pensamientos distorsionados, en el de la autoestima, en el famoso “y si…..”
      Ella y todos vosotros…y tú Cristina me estas ayudando muchisimo…no es hacerte la pelota si te digo que eres un ángel…yo ya dije en su momento que poco podia aportar en este blog, nada más que mis angustias y problemas…a veces me veo tan impotente leyendoos y viendo que yo poco puedo aportar….
      En resumen, que me ayudais muchisimo, que yo me esfuerzo cada dia e intento que este bache se vaya olvidando, intento centrarme en mis estudios, en querer ser madre, y en todo lo positivo que me rodea, aunque cierto es que hay dias que amanecen muy nublados….
      Un abrazo de esos muy muy fuertesssss guapa¡¡¡

    27. Cristina: porsupuesto que tu novio se lo perdio….anda qué……..todos tenemos derecho a sentirnos perdidos alguna vez en nuestra vida y si la persona que tenemos al lado no nos entiende o intenta entedernos…quizás no es la persona adecuada, no crees? un beso¡¡¡

    28. Indudablemente tu exnovio se lo perdió, no hay mas que leerte para comprobarlo.
      Creo que desde aquí es complicado contestar a Carmen aunque lo que tu le cuentas siempre lleva implícito el mismo mensaje en la linea de este blog y en el motivo de su existencia : cambia la información, cambia la creencia, dale valor al conocimiento nuevo y desacredita y discute con el viejo.
      Hay personas que sí se quedan “embucladas” (utilizando tu expresión) tras pérdidas significativas. Es lo que los expertos en duelo llaman duelo patológico o complicado y se da aproximadamente en el 10% de todos los procesos de duelo. El proceso que habitualmente es normal y adaptativo se convierte en estos casos en algo que deja sumido al que lo padece en un estado de duelo permanente que se puede prolongar a lo largo del tiempo y que requiere de una ayuda profesional especializada.
      No puedo ni quiero entrar a valorar cómo trabaja Carmen con su psicólogo y si este es buen profesional o no. Igual estaría bien que le hablase de lo que está aprendiendo y le ofreciese la posibilidad de acceder a esta información.
      Creo que la mejor ayuda que le podemos ofrecer a Carmen es seguir remitiéndonos una y otra vez a la biología del dolor y, por supuesto, acompañarla en el camino.
      Y, por cierto, tus comentarios y disquisiciones son estupendos. Hay bastante poco que matizar.
      Un abrazo.

    29. Carmen: Entiendo que el profesional con el que trabajas sabrá lo que está haciendo pero no puedo ni quiero valorarlo.
      Todos los psicólogos deberíamos aprender mucho más sobre cerebro de lo que nos enseñan.
      Ofrecer al tuyo la posibilidad de obtener la información que se vierte aquí es una opción que puedes contemplar. En todo caso sigue aprendiendo.
      La información que ofrece aquí Arturo te servirá para cambiar tus creencias y darle una explicación razonable a algunos de los sintomas que experimentas entre otros esa alerta permanente de la que eres víctima. Tu cerebro está en “alerta máxima” y te procura un estado de ansiedad que te acompaña, como tu describes.
      Hay que seguir nutriendo nuestros cerebros con este nuevo manjar que hemos descubierto en el restaurante de Arturo. Así que, ¡ a comer!
      Un abrazo.

    30. Carmen:

      Llego ya tarde pero no quisiera dejar pasar el día sin, al menos, escribirte algo. Creo que tanto Cristina como Sol del Val te han dicho todo lo que se te puede decir. Yo todavía estoy en el camino de integrar la información no sólo en el tema del dolor sin daño sino también en la ansiedad y la depresión. Sí te puedo decir que ha cambiado bastante mi forma de interpretar las historias que escucho y me doy cuenta de muchos errores cometidos. No podemos valorar el trabajo de tu psicóloga pero sí te insistiría en el consejo de Sol: invitarla a leer el blog. Esta entrada en concreto es muy relevante para el día a día de un psicólogo. Y, por supuesto, seguir leyéndolo y empapándote tú. Comentarle tus conclusiones… Y con el tiempo, tendrás que valorar si vais en la misma línea o no.

      Ánimo. Un abrazo.

    31. Cristina, ¿como pordria contactar contigo? me iria de perlas un par de consejos de primera mano porque el tema de los mareos no lo supero….
      Muchas Gracias por tus testimonios

    32. Carmen: eres afortunada, supongo que lo sabes, lo digo por haber encontrado el blog, y con él la información “buena”, y que profesionales que ahora han o están integrando este nuevo conocimiento en su práctica diaria con padecientes, te aporten también su opinión. Me alegro que estés en buenas manos con tu psicóloga, aún así, insiste en que conozca toda esta información, en este consejo hemos coincidido Sol, Mar y yo, préstale el libro, aunque sea durante un fin de semana, o como dice Mar, dile que lea expresamente esta entrada de estrés y dolor, y también alguna otra que a ti te haya llamado especialmente la atención, y que te dé su opinión al respecto. Yo creo que tienes que tratar todos tus síntomas de una forma conjunta, como ya te he dicho en mi anterior comentario, no esta información para el aura y la migraña únicamente.

      Yo no he hecho un relato de todos los síntomas que he llegado a tener, pero te puedo asegurar que muchos de los tuyos son también viejos conocidos míos, y la mayor parte de ellos han desaparecido, y no por la psicoterapia, sino por haber integrado esta información en el afrontamiento.

      Una persona de referencia que te guíe, sea tu médico, un psicólogo, fisioterapeuta…, me parece fundamental, “pero” tiene que trabajar en la línea de lo que se cuenta en el blog. La teoría del estrés que tiene tu psicóloga, también la tenía la mía y me la transmitió, sé que ahí no había errores, pero sí los había en relacionar directamente dolor (y otros síntomas) con el estrés. “Tu cabeza te ha parado porque no eras capaz de afrontar la situación”, “tu dolor es puramente psicológico”, “tienes estrés post-traumático por “eso” que te ocurrió en la adolescencia”, “las consecuencias del estrés se pagan, te durará como mínimo entre seis meses y un año todo el cuadro clínico” y otras perlas similares me las soltaba día tras día, y yo no tenía recursos para saber que estaba equivocada, que el dolor es SIEMPRE real, que lo genera el cerebro, y que el cerebro se puede equivocar en sus valoraciones y predicciones y que mucha culpa es precisamente de la información alarmista. La última de las frases que comento que ella me decía, ¿no crees que pudo ayudar a cronificar mi situación…? Consulté muchos más especialistas (traumatólogos, osteópatas, fisios, reumatólogo, etc.) y me nutrí muy bien de información alarmista, no culpo para nada de la cronificación de mis síntomas a los psicólogos a los que acudí, yo me encargué de llenar bien mi mochila yendo de médico en médico y con mi búsqueda activa a través de Internet. Pero sí creo que es necesaria una actualización urgente en los contenidos sobre dolor de “todos” los profesionales de las Ciencias de la Salud con todo este conocimiento avalado por la Biología y la Neurociencia.

      Sobre muchos de los síntomas que tienes Carmen, te recomendaría leer las entradas del blog sobre la respuesta de lucha-huída, te mandaré un correo con enlaces a ellas, porque también me parece fundamental que le enseñes alguna de éstas a tu psicóloga, para mí fueron de gran ayuda.

      Termino ya Carmen, con todo esto que te digo quiero transmitirte ESPERANZA, los cambios se acaban dando, recuerda la plasticidad neuronal, toda esta información cambia las conexiones… Aprovéchala, interiorízala, habla sobre ella con tu psicóloga, que te ayude a entender mejor y a afrontar en esta línea…

      Un abrazo enorme para ti también y muchas gracias por tus palabras hacia mí. Yo sigo aprendiendo, aprendo de todos, profesionales y padecientes, también aprendo de ti.

    33. Jose: yo no soy “profesional”, no creo que te pueda ayudar más en la línea de lo que tú necesitas, que me parece entender por tus anteriores comentarios en el blog (no los de esta entrada), que es adquirir la convicción de que no hay nada orgánico detrás del síntoma. Creo recordar que te recomendé hace algún tiempo mis entradas preferidas del blog sobre “mareos” y ya las habías leído todas. No hay mucho más que “eso” para afrontar los mareos, la información correcta y adquirir la certidumbre de no enfermedad. Tirar a la basura todo eso que nos dicen que producen los mareos: las cervicales, la tensión, el oído, el estrés, la ansiedad, la depresión, el insomnio… y, poco a poco (o de golpe y porrazo), ir perdiendo el miedo. Por poner un ejemplo, conocer lo de la respuesta de lucha-huída fue toda una liberación para mí, por fin una “explicación” como Dios manda… desde la Biología.

      Ya te han “mirado” lo suficiente y ya ha pasado mucho tiempo para que haya algo orgánico que nunca detectaron, esto sería posible pero no probable. La información es como una vacuna, ponértela no te asegura al 100% que no vuelvan a aparecer ni que se eliminen del todo los mareos, pero sí dejan de condicionar tu vida, se rompe el “bucle”.

      Así como tuve que trabajar mucho el tema del movimiento (debido a los dolores del aparato músculoesquelético y de todas las restricciones que mi cerebro imponía a cualquier movimiento), con los mareos, mi única herramienta ha sido la información, a través de ella pude adquirir el convencimiento de que no hay nada orgánico (ya te he dicho eso que me encantó de que los mareos, en ausencia de daño relevante, se podrían definir como “la expresión de la incertidumbre cerebral”), y cambió también mi modo de afrontamiento, no refugiarme en la cama, no evitar, sino todo lo contrario, moverme, seguir con mi vida cotidiana. La habrás leído, aún así, te pongo mi entrada favorita sobre este tema, lo que aquí se dice me ayudó enormemente a enfrentarme a los desvanecimientos (mareos creo conocerlos de muy diversos tipos, pero éste era el más alarmante para mí):

      Relájale… no respires hondo…

      Un saludo.

    34. Me uno oficialmente a la “causa” de enderezar mi cerebro hipersensible. Se aprende mucho en este blog y sus comentarios, y desde hoy, sé que a mi cerebro no le pasa nada. Mi neurólogo acaba de enseñarme al culpable por dentro, y me dice que “es normal”. No hay nada inusual. Tampoco hay “nada” en mis lumbares. Así que va a costar, pero hay que doblegarlo y convencer a la maquinaria de lo que yo ya sé: que no le pasa nada. Y que si tenemos una época un poco dura, esconderse en la cama a la fuerza no va a servir para arreglarlo. Es un poco loco hablarle a la cabeza de una como para convencerla, pero no me importa.

    35. Carola: todos hablamos con la cabeza aunque no seamos conscientes de ello. El problema no es si lo hacemos o no. Lo hacemos. El problema es si le damos la razón, colaboramos con sus propuestas aun cuando sean irracionales o nos ponemos a disolverlas.

    36. Gracias Arturo. A mi manera de verlo, es como si nuestro cerebro respondiese con tácticas aprendidas hace millones de años a pequeños problemas modernos que nada tienen que ver con esas respuestas. Mata moscas a cañonazos. Y eso le digo ahora, a veces de viva voz: “No va a pasar nada si discutes con esa persona. No va a pasar nada si las cosas no son como esperabas, mejores, peores o diferentes. De hecho, no importa como sean, por todo se pasa y se aprende, no dramatices”. Al principio no entendía muchas cosas que leía por aquí. Pero un día lo lees y es claro y cristalino. Me equivocaba de camino, ya estoy dando la vuelta.
      Gracias a todos, de verdad.

    37. Gracias Cristina, me he leido y releido todas las entradas de mareos, y siempre me ocurre lo mismo, al principio me tranquilizo mucho pero con el tiempo vuelvo a las andadas y siempre me ronda por mi cerebro las siguientes reflexiones..”Si claro los demás se marean y han conseguido librarse de esos mareos, pero es que mis mareos son diferentes, son como una sensacion de borrachera o resaca constante, algo malo debe de haber por aqui dentro, no se no se…..” y cosas asi
      ¿comprendes lo que mei cabeza me dice y me tortura?

    38. JOSE: yo también he sido un mareado crónico desconcertado y angustiado. Afortunadamente fueron cayendo en mis manos (allá por los 80) artículos que me ayudaron a racionalizar, sosegar y disolver la cuestión. ¿Cómo? Sabiendo que, con una alta probabilidad, no tenía nada. El cerebro no renuncia jamás a plantear hipótesis contrarias. Siempre lo hace: y si…

      Es un ronroneo habitual que tienes que tomarlo como algo consustancial al cerebro. Sucede igual con cualquier otra función que se proyecta a la consicencia: latidos cardíacos, respiración, motilidad intestinal… Si prestas atención angustiada a la percepción somática el Y si… cerebral de la duda se convierte en un como si… para tí.

      Corte de mangas con argumentos. No hay otra.

      Hazlo de una vez y no te pases la vida requisado en la duda.

      Suerte

    39. Jose: Si piensas que te puede pasar algo, visita a un especialista. Pero si ya lo has hecho y no hay nada que resaltar, ¿entonces qué? Si no hay nada, no te pasa nada. Dile a tu cabeza que se calle, que tienes otras cosas que hacer. Que no tiene sentido sentirse mal “gratis”. Que apague las alarmas y guarde los extintores, que no hay lobo.

    40. Jose: no necesitas más que hacer caso a lo que dicen las entradas, creerlo de verdad, y también hacer caso a los comentarios, lo que te dice Carola de que no hay lobo es una forma muy buena de proyectar racionalidad, yo también la uso desde que leí la entrada “El primer cerebro del día”, mi preferida sin lugar a dudas si tuviera que elegir una única, la que me ha ayudado a levantarme por las mañanas y afrontar todos los síntomas en los peores momentos y también a día de hoy. De todas maneras, aunque mis mareos tampoco han desaparecido “del todo”, hace un tiempo que soy expadeciente de miedo, no tengo miedo y hago vida normal, no me dejo condicionar por algo irracional cuando aparece el síntoma, pero mucho menos por la idea de “y si me ocurriera…”, no voy a perder absolutamente nada más en mi vida… por el miedo.

      Si ves que hablar conmigo te puede servir de ayuda, aquí es donde puedes contactar conmigo: cristinaarenaz@gmail.com, pero recuerda que yo no te voy a aportar ninguna fórmula mágica, lo único que hay es la información y perder el miedo.

      Un saludo.

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