Ayer reunimos al segundo grupo de migraña. Una ausencia no justificada y otra con motivos pero que confesó que iba mejor.
Iniciamos la ronda. Recordamos que el objetivo no es quitar migrañas sino aportar conocimiento para una gestión más racional del dolor.
Encantada, muy bien, encantada, encantada. Una vez tuve que tomar el calmante. Sentí vergüenza… No me privé de nada en Navidad. Le digo a mi cerebro… Muy bien… Recuerdo lo aprendido, pienso que no pasa nada… sigo con mi actividad… Así hasta el último testimonio: no me va tan bien… aunque tengo menos veces dolor y no es tan intenso…
Recordamos conceptos básicos:
Dolor no es igual a daño…
El dolor forma parte del sistema de defensa…
Componente congénito, componente adquirido (aprendido)…
La migraña es un error evaluativo cerebral…
Sistema de recompensa…
La estructura fóbica. No hay que colaborar con el miedo fóbico. Evitar evitar…
No hay soluciones mágicas. El conocimiento de la Biología os protegerá. Cuidado con el mercado de las terapias…
– Eso es todo. Hemos preparado una merienda…
No disponemos de los datos precisos pero se mascaban en la reunión. Con toda seguridad mejoran los del primer grupo.
Qué quieren que les diga…Fue emocionante. Cristina estuvo presente y tomó muchas notas de lo que se habló. Ya comentará.
Vendrán más grupos. Haremos el estudio estadísticamente correcto. Algún día los profesionales tendrán que aceptar que tras el dolor no hay ninguna enfermedad cerebral sino un aprendizaje de un órgano defensivo biológicamente alarmista, alarmado con los cuentos de terror que oye: genes y desencadenantes… y cándidamente confiado en las promesas no cumplidas de remedios cada vez más eficaces…
– Me han contado…
Los poetas lo dicen mejor que nadie…
“SÉ TODOS LOS CUENTOS”
Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
Que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan
con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre…
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos…
y sé todos los cuentos.
LEON FELIPE
¡No sabéis cuánta envidia me dáis ! Me encantaría vivir de forma presencial esta experiencia y, por supuesto , probar las tortillas de Arturo.
Sería curioso que al final de curso organizaseis una merendola con todo aquello que los padecientes consideraban prohibido, con todos aquellos alimentos y bebidas que evitaban. Sería el colmo de la exposición ! Me recuerdo a mí misma comiéndome un plátano (alimento prohibido) a propósito para retar a la migraña.
Crsitina decía ayer en un comentario que parece que el grupo acelera el proceso de aprendizaje, ¡ni lo dudes!. Probablemente muchos habéis experimentado esa sensación de soledad e incomprensión por parte de los demás después de haber elegido la opción de la racionalidad y abandonar la doctrina oficial. Desmigrañarse con otros y de la mano de unos profes tan especiales confiere a la experiencia un valor añadido.
Gracias nuevamente por vuestra generosidad .
Un abrazo.
Como últimamente intentamos complementar la teoría con alguna herramienta que ayude en el afrontamiento, voy a utilizar una que me parece muy importante, el HUMOR, es algo que perdí durante demasiado tiempo y que agradezco mucho haber recuperado. Nos sirve, entre otras muchas cosas, para poder quitar el impacto emocional a los recuerdos de las malas y “dolorosas” experiencias vividas y reemplazarlos por esos mismos recuerdos pero mirados desde otra perspectiva.
Ya sabemos todos que cuando nos reímos se liberan endorfinas y que eso es un analgésico “natural” del propio cuerpo que produce bienestar, en base a esto, voy a hacer una pequeña reseña de la clase de ayer, resaltando los cotilleos, eso que Arturo no os ha contado y que, como me ha dado vía libre para comentar lo que yo quiera, pues le tomo la palabra y voy a asumir esta vez el rol de comentarista “cotilla”.
Para empezar, no os podéis imaginar el buen rollo que reinó durante todo el tiempo, eso sí, no había chicos en el grupo, sólo Iñaki y Arturo (los profes). Al final va a ser verdad eso de que a las mujeres nos afecta más lo del dolor sin daño, yo pensé que eso era muy evidente en la fibromialgia, pero en la migraña, no sé, pensé que estaba más igualado el tema. Aun sin chicos, lo pasamos muy bien, Iñaki y Arturo “llenan” con su presencia, de hecho, Arturo habla más que cuatro mujeres juntas, 😉
La ronda contando cómo había sido la evolución de cada una desde la última sesión, a mí personalmente me dejó impresionada por los relatos en positivo, en general habían entendido los conceptos, menos medicación, menos crisis y de menor duración, menor intensidad del dolor, vida normal…
Otro hecho curioso, hay lazos de parentesco entre las personas de los distintos grupos, padre en el primero con hija en el segundo, hermanas en el segundo y tercero… esto me parece super positivo, señal no de que la migraña sea una enfermedad genética, QUE NO LO ES, sino de que esto se puede difundir muy rápido a través del boca a boca de los cada vez más numerosos expadecientes.
También me gustaría contaros, para quien lo desconozca, al igual que lo desconocía yo, que los cacahuetes también están en el listado “oficial” de desencadenantes de migraña, no sé cómo se les ocurrió esto a los neurólogos, igual hay algún estudio “científico” sobre una especial incidencia de migraña en monos… por Dios!!!! También merece especial mención una cámara de vigilancia “ruidosa”, que era el desencadenante para una de las alumnas del segundo grupo, esto lo comento para que tomemos conciencia de hasta qué punto los desencadenantes pueden llegar a ser absurdas e irrelevantes cosas que nuestro cerebro convierte es relevantes vete tú a saber por qué.
Se proyectaron también unas diapositivas para recordar los conceptos más importantes, que todas las alumnas daban muestras de conocer y entender a la perfección. Aquí señalar que las diapositivas que se utilizan como material de apoyo se han actualizado y mejorado, y es que el material pedagógico del curso está en continuo proceso de cambio, como el cerebro… Iñaki nos habló después sobre un vídeo que había encontrado para ayudar a entender precisamente esto de la plasticidad neuronal, con profes así da gusto la verdad.
Y cuando terminó la clase… ¡SORPRESA! Era verdad lo de la merendola, Arturo había preparado tortilla de patata, exquisita de verdad (mejor aún que la que hace mi made, lo digo porque no lee el blog, je, je…), este hombre es una caja de sorpresas, y el resto de profes aportaron también ricas viandas, jamón, queso, vinito… Os sonarán algunos alimentos de estos como desencadenantes migrañosos, pues os cotilleo que todos nosotros comimos de todo…
También, que no se me olvide esto, fue elogiado el blog y, en especial, la entrada de Mindfulness, de Joaquín Campabadal, también la labor de los comentaristas, y cómo no, el libro de Arturo.
Nos hicimos una foto todos juntos para recordar el momento levantando las copas (vasos de plástico) en honor a los prometedores resultados y las buenas perspectivas, mi vaso con vino, esto lo cuento porque durante mucho tiempo me dio miedo beber alcohol.
Un poco de charla y buenos propósitos por parte de todos para colaborar en que esto se extienda a todo el colectivo médico, por no hablar de la buena disposición de las padecientes a colaborar en próximas ediciones en calidad de “ex”… Y es que se vio que la colaboración de Gotzone (expadeciente) había sido muy valiosa para el resto.
Y para finalizar, un último cotilleo, una de las alumnas al despedirse de Arturo le dijo que le había hecho la mujer más feliz del mundo… Y es que Arturo, y lo que es lo mismo, la información que transmite, nos cambia la vida… a mejor por supuesto. También le adjudicamos calificativos como “mago” ó “gurú” (este es el mío cariñoso hacia él), pero el “bueno” es el primero, Arturo no hace magia, todo lo contrario, nos desvela el “truco” del dolor sin daño…
Espero que os haya divertido un poco mi reseña. Un saludo.
Sol, en una de las sesiones del tercer grupo Arturo nos contó que uno de tus desencadenantes era el “plátano”, me sonó surrealista a más no poder, también será que hay algún estudio “científico” sobre incidencia de migrañas en chimpancés, je, je… Todavía me cuesta entender cómo se pueden incluir los alimentos en listados de desencadenantes “oficiales”.
Lo que propones de la merendola con los alimentos que eran desencadenantes me parece genial, de hecho, se me ha olvidado cotillear que todas las alumnas del segundo grupo querían “repetir” la sesión, para volver a intercambiar experiencias y también por la merienda.
Os aseguro que me fui a casa feliz y contenta, de hecho, me di un largo paseo por Vitoria antes para despejarme de los efectos del vino…
Os contaré más cosas porque tomé un montón de notas, esto era un anticipo de lo que recuerdo con lo más divertido, 😉
Cristina: el contagio de padre a hija y de hermana a hermana en nuestros grupos es uno de los aspectos más gratificantes de la experiencia. También es importante que las madres hayan aprendido la trama migrañosa y desde ese conocimiento, puedan criar a sus criaturas desde la racionalidad y no desde el miedo a la transmisión genética. Alguien comentó que ya había cambiado el modo de atender los dolores de su hijo…
Cristina, acabo de leer que lo del plátano te pareció surrealista… y recuerdo que para surrealista el motivo de las migrañas de una paciente mia. – Atención al punto de humor negro – Según ella su problema de migrañas acabó cuando se quedo viuda!!! … “¡Ostras! – pensé – A tener en cuenta, vale la pena profundizarar en el tema y si es necesario contrastarlo empíricamente, pues nada, se contrasta!” Porque puestos a probar, los migrañosos en nuestra desesperación como sabeis muy bien, siempre hemos estado dispuestos a probarlo todo.
Bromas a parte, sigo con vosotros dia a dia. Todas las aportaciones a este blog me parecen estupendas. Sinceramente, nunca me he sentido tan comprendida como cuando me sumerjo entre vuestros comentarios y experiencias. Todo un regalo.
Un abrazo a todos.
Marta: algo habrá que investigar en la dirección que propones. La abuela de una amiga mía se libró de las migrañas también cuando enviudó. El varón no padece migrañas… ¡las genera!
Saludos
Marta: los cambios producen con frecuencia migrañas (cambios de tiempo, cambios de calendario, viajes, cambios hormonales…) En las transiciones de escenarios se activan las alertas y es más fácil que se active como desencadenante la propia transición. Al igual que un contexto mantiene la actividad migrañosa… cuando desaparece la migraña también se disuelve pues estaría muy condicionada a los elementos de la condición anterior. El cerebro funciona muy ligado a hitos, circunstancias, escenarios, memorias de lugar…
Arturo: eso que comentas es una de las cosillas de esas que apunté en el cuaderno y que guardaba para comentar cuando tenga tiempo… Ojalá tuviera tiempo ahora para comentar más cosas pero no lo tengo, aunque no puedo evitar entrar al blog cada dos por tres a echar un ojo a los comentarios…
Dr Arturo, Cristina,
no saben la alegría que me produce ver la foto de Uds y el grupo. Y yo, tan lejos!
Mas alegría saber de los progresos de los alumnos.
Y risa, al leer los comentarios anteriores sobre los diferentes “generadores” de la migraña.
Me hizo recordar que el primer dolor de cabeza que tuve en mi vida fue , mas o menos cuando tuve el primer enamorado, que casualidad! ja,ja
Felicitaciones y un abrazo fuerte a TODOS!
Ani: seguro que tu cerebro valoró “peligro de daño” en tu primer enamorado y no nos cuentas cómo acabó la historia, ¿fue una evaluación errónea o tenía razón el cerebro en prevenirte? Je, je… Me alegro de que los comentarios de hoy sean en un tono tan alegre y divertido, y es que ya he dicho que el humor es otra buena “herramienta”. Y ya que haces referencia a la foto, para que me pongas cara, soy la chica de pelo largo que está sentada al lado de Arturo, ya sé que a estas alturas debería haber puesto una foto para acompañar mis numerosos comentarios, pero me he acostumbrado a mi cuadradito color morado…
Cristina, ahora que recuerdo no fue el primer enamorado, fue el segundo y sí, mi cerebro se equivocó en la evaluación de peligro, pues me casé con él y ya tengo 27 años de casada.
Ya te tenía casi identificada en la foto, guapa como todas las alumnas.
La asistente del profe tiene que estar a su lado, no?
Un abrazo
Cristinaaaaa pero que wapa eresss!!Que envidia me daisss….pues Sol tiene mucha razon,en la proxima reunion que reine el chocolate,que ricooo!!pues yo si creo que los maridos devuelven a las migrañas…yo creo que a mi me volvieron por mis problemillas con su familia en realidad.Si estuve tantos años sin ellas,sin el aura,lo voy a conseguir…lo vamos a conseguir!!
Creo fielmente en este blog,en Arturo y en todos vosotros…a mi todavia me esta costando hacer vida normal,salir sola,o despertarme en medianoche creyendo que tengo un aura.
Os prometo que me esfuerzo dia a dia,que a mi lo que mas me esta ganando es el pensamiento irracional,el y si….
El y si….se tiene que acabar y tengo que volver a ser yo,y no esta Carmen asustada.
Muchas Gracias a Tod@s!
Marta: yo siempre he sido muy “incrédula” hacia los tópicos estilo a si te enfrías coges catarro, si te bañas se te corta la digestión, si te depilas con cuchilla el vello crece más fuerte, y demás, por eso, los desencadenantes de la migraña muchas veces me resultan graciosos por su absurdez, y eso que yo tenía dolor de cabeza siempre después de llorar, casi siempre con viento sur y también durante los últimos años la dichosa migraña “premenstrual”. Esta última ya comentó Arturo ayer que parecía ser la más difícil de disolver, y ya que estamos en un día donde vale contar experiencias que nos parecen absurdas o divertidas, os cuento lo que a mí me ayudó con la migraña premenstrual, es tan absurdo y poco “científico” (je, je…) que no me atreví a contarlo en la clase. Como yo pensaba que el dolor de cabeza era el menor de mis males (porque al menos este dolor termina desapareciendo en algún momento), cuando aparecía, simplemente lo dejaba estar, pero como Arturo (y Asier) insistían en que era un dolor absurdo y que también tenía que “trabajarlo”, me puse un poco a la tarea también con esto (y con el dolor de tripa de la regla), y un día que iba en el tren con un dolor de cabeza bien potente a cuenta de estar premenstrual, me puse a pensar en que realmente no tenía sentido, me dije, a ver, sólamente por lo lejos que están los ovarios de la cabeza… ¿por qué demonios me tiene que doler? ¿qué relación biológica podría haber? Supongo que no fue la frase en sí, sino el momento ¡Ajá! en este tema, lo que me ayudó. Ya sé que la teoría de las subidas y bajadas de estrógenos es la que explica esto desde la doctrina “oficial” pero es que yo en esos momentos no había oído lo de los estrógenos, cuando lo leí ya estaba “curada” de espanto en relación a esto.
Hoy me ha contado una compañera de trabajo (que no conoce nada de todo este planteamiento) que el otro día le dolió la cabeza por vez primera y que había bajado donde el médico de empresa y éste le había hecho repasar lo que cenó la noche anterior, ella enumeró el vino y el chocolate y el médico le dijo que ahí estaba el origen de su “cefalea”. Y yo digo, ¿cómo alguien pudo molestarse con aquella entrada de Arturo sobre la “crianza”? No hay más ciego que el que no quiere ver.
Me alegro de que te ayude el blog, estoy convencida, al igual que Sol del Val, que en grupo el proceso, si no más fácil, al menos sí es más agradable y llevadero, y parece que más eficaz, ya sabes, eso de que “compartida, la vida es más…”, 😉
Ani: es que muchas veces el cerebro se equivoca en la “predicción”, acuérdate de esta anécdota para proyectarla en las clases de yoga, je, je…
Carmen: qué pena que no vivas más cerca, pero que te quede bien claro que nos aportas mucho con tu experiencia y con la ilusión que transmites en tus comentarios. La semana que viene creo que se va a tratar el tema del miedo y la estructura fóbica de la migraña, ojalá te sirva todo lo que se cuente para afrontar aún mejor tus miedos y poder “vivir”. Por cierto, espero que uno de tus “desencadenantes” no sea la sidra, 😉
Un abrazo.
Sol del Val: ya había sugerido a Iñaki hacer una merienda con desencadenantes (chocolate, queso curado, plátanos (por supuesto), frutos secos, alcohol… ) pero resultaba menos apetecible que la composición tradicional.
La experiencia de los grupos está siendo fantástica. Estoy impaciente por tener más resultados que permitan abrir los ojos a muchos si es que optan por quitarse primero la venda.
Un abrazo
He estado revisando mis apuntes y la verdad es que ya os hemos contado lo más destacable de la sesión, pero como había prometido más, pues cuento alguna otra cosilla interesante.
Arturo en su comentario ya ha adelantado eso tan importantísimo que dijo una de las alumnas sobre que había empezado a transmitir todo esto a su hijo, que cuando el niño decía que le dolía la cabeza ella ya no le preguntaba por posibles desencadenantes (si había visto la tele durante mucho rato, qué había comido…), sino que intentaba darle otras pautas, como que fuera a jugar a la calle, quitando relevancia. Sobre esto os hablaré más detenidamente cuando me llegue el libro “Cuentos analgésicos” (de Carlos López Cubas) y lo lea, ahora sólo recordar que el proceso de aprendizaje se pone en marcha desde que nacemos, hay que tenerlo en cuenta, los niños no son tan inocentes como creemos, se enteran de todo… son como “esponjas”.
También, como no podía ser de otro modo, se habló del tema del estrés, ese gran “desencadenante”, ese que no nos parece tan absurdo como lo pueden parecer los cacahuetes o el plátano, porque estamos muy habituados a escuchar culpar al estrés de todo lo “malo”, incluido el dolor. Se volvió a repetir que el estrés por sí mismo no produce dolor, puesto que en una situación de estrés no hay destrucción violenta de tejidos (a no ser que te haya mordido un tiburón, atacado un león, etc.). En las situaciones estresantes “cotidianas” no hay necrosis y no tiene por qué doler, no se pone en peligro la integridad física de la cabeza.
Y para Carmen en especial, que sé que apunta frases en su libreta, ésta que dijo Iñaki sobre la ansiedad me pareció genial: “la ansiedad es el miedo al miedo”, lo dijo para terminar su explicación sobre lo absurdo que es que se active un programa como el ataque de ansiedad, por ejemplo, al asomarse a un piso décimoquinto, cuando ese programa (taquicardia, hiperventilación, etc.) debería encenderse únicamente ante situaciones que requieran la lucha-huída, como puede ser enfrentarse a un león. También se habló aquí del papel de la Cultura en todo esto…
En relación con lo anterior, también se dijo que “la vida normal es no tener dolor”, esto lo resalto para que se nos quede bien grabado. Es que a veces se nos olvida que el dolor es un programa que se debería activar únicamente en situaciones de destrucción de tejidos (necrosis) y tendemos a pensar que cosas cotidianas, como estar demasiado tiempo mirando el ordenador, una discusión familiar, un disgusto, un poco de estrés laboral, y un largo etcétera de acciones irrelevantes, justifican por sí mismas el encendido del programa dolor, sea en la cabeza, el estómago, la espalda… Una de las pacientes (casi “ex” diría yo) dijo esta frase que resume muy bien la idea: “cuánto tiempo he estado engañada”.
Y esto es todo por hoy, espero poder haberos transmitido con todos los comentarios eso que señala Arturo de que la experiencia está siendo ¡FANTÁSTICA!
Un saludo.