Nuestras acciones y las de los demás están definidas por su relevancia, por el significado, por el impacto potencial sobre nuestra integridad y valores.
Cada acción, cada estado emocional, cada pensamiento contiene una atribución de relevancia.
La relevancia tiene acoplada la propiedad contraria: la irrelevancia, al igual que el recuerdo (lo relevante) acopla el olvido (lo irrelevante). Tan importante es dar como quitar importancia. Excitar como inhibir. Amplificar como filtrar.
Todas nuestras acciones pueden generar consecuencias. Todos lo estados, lugares, momentos y circunstancias tienen la propiedad de generar alguna o ninguna relevancia.
El cerebro de las relevancias, de los significados, gestiona el zoom de la atención enfocando la vigilancia hacia el lugar corporal en el que se teme pueda suceder algo porque se ha atribuído relevancia negativa, amenaza a su integridad.
Una crisis de migraña es un estado extremo de atribución de relevancia a la cabeza como lugar y momento en el que los sistemas de memoria han valorado peligro.
Duele, luego la cabeza se ha convertido en un lugar relevante. La actividad cerebral se centra en la vigilancia sensible, alarmada. Puede que haya sido por un cambio de tiempo, por un chupito de alcohol o cualquier otra irrelevancia.
La conciencia es una caja de resonancia en la que el individuo amplifica o filtra las propuestas cerebrales, entra en fase o se desfasa. En la migraña la caja de resonancia del individuo se adapta a los miedos cerebrales y hace que el dolor vaya in crescendo como un sistema de amplificación que se acopla y genera un ruido ensordecedor.
La relevancia cerebral debe encontrarse con la irrelevancia del individuo, con la indiferencia… pero esa indiferencia debe estar fundamentada, apoyada en un conocimiento sólido de lo que contiene la crisis: una resonancia entre cerebro e individuo en el ámbito de la consciencia.
Las propuestas del cerebro migrañoso deben encontrar un individuo desfasado, contrario. El columpio cerebral que ha iniciado la oscilación debe encontrarse con el empujoncito del individuo en un lugar-momento que acabará parándolo. Si el empujoncito se produce justo en el momento en el que el columpio invierte el movimiento, irá aumentando la oscilación.
Hoy recibiremos en San Martin al segundo grupo. Hace tres meses que iniciamos las clases. Nos contarán sus avances, retrocesos y estancamientos. Mañana les cuento.
Espero que hayan dado con las claves para desfasar las crisis, que el cerebro ya no les haga columpiarse.
Hace tiempo que no me moría de ganas de hacer algo, y hoy me muero de ganas de que llegue la tarde, aunque esta frase no vaya en consonancia con la bonita entrada de ayer del blog, pero ya me entendéis, 😉 No conozco personalmente a los padecientes del primer grupo, pero visto el avance de resultados, la tarde promete, llevaré (como siempre) un cuaderno para tomar notas, a ver cuántas irrelevancias han perdido su relevancia…
Cristina: suele ser una sensación agridulce. Unos bien y otros así así… Ya estoy preparando las tortillas de patatas. Ya que se ha cuestionado el mindfulness probaremos el gutfulness (tripa llena) 🙂 Puede que el secreto resida en eso: la merendola que les damos al final. No creo que haya muchos trabajos sobre el particular comparando resultados con y sin merienda final…
Nos vemos
Creo que tengo cierta experiencia con los resultados agridulces… los pacientes “milagro”, que los hay, no son lo habitual.
Como digo, tomaré notas sobre lo que cuentan, muchas veces no somos conscientes de que realmente se avanza porque sigue habiendo síntomas, lo importante ahora es saber que estamos en un “proceso” de cambio, de información, de esquemas, de creencias… y eso dará sus frutos pero la mayoría de las veces no es algo inmediato.
Como comentaba el otro día Sonia, alumna del tercer grupo, de dos crisis de migraña que había tenido, una la había afrontado desde la racionalidad y el dolor se esfumó, y la otra no lo había conseguido y se sentía “derrotada”, y es que tendemos a fijarnos sólo en lo que consideramos “fracaso”, cuando ser capaces de haber afrontado el dolor imponiendo racionalidad supone una batalla ganada. Hay que ser muy conscientes de ésto, una primera batalla ganada es un gran avance.
Lo de la merienda no vale, es “ruido”… 😉
Gracias Cristina y Arturo por vuestros comentarios, siempre intentáis dar sentido y racionalidad a este blog. Siento, de verás lo del “Affaire Mindfulness”, lo más triste de todo es que se confunda el rigor científico con el “Fundamentalismo científico”…… Vaya estrechez de miras!!! Aunque siendo positivo, solo hemos tenido una única censura, y un tanto innombrable, por cierto.
Menos mal que aun nos queda el Blog y la Pedagogía!!!!
Un abrazo
jooooo yo tambien quiero ir¡¡¡¡¡Me encantan vuestras palabras y mil veces Gracias…….yo no quiero columpios en mi vida…a quitarlos todos¡¡¡
Joaquin: los rifi-rafes también nos sirven como herramienta para fortalecer convicciones, ¿no te parece? Cuando argumentamos se fortalecen nuestras convicciones, sobre todo si lo que escuchamos al otro lado no nos convence… Tu entrada ha sido una aportación valiosa para el blog, estoy segura de que lo pensamos la gran mayoría de los lectores.
Un abrazo.
Pues si Crisitina yo tambien lo creo….a mi me aportais mucho…parezco un disco rayado, pero es cierto, yo no puedo ofreceros gran cosa a vosotros pero vosotros me estais dando muchisimo a mi,
Un besazo¡¡¡
Carmen: TODOS aportamos!!!!!!!!!! Un abrazo.
Joaquín: Gracias por tu fantástica aportación. me ha recordado a mis comienzos cuando me formé en psicología gestalt cuyas técnicas me han servido de pilar fundamental en terapia y que completé con otras muchas valiosísimas de otras orientaciones.
Desmigrañarse es un proceso, no llega de la noche a la mañana , tiene sus luces y sus sombras pero uno se siente avanzando en el camino, uno se sorprende pensando en su cerebro, en sus neuronas espejo, en sus conexiones y se da cuenta que ha dejado atrás las miles de cosas que conformaban una lista inútil cargada de miedo que no llevaba a ninguna parte.
Acabar con una migraña , aunque sólo sea una vez al comienzo ,desde la racionalidad no tiene precio . Es el principio del camino. Yo también comencé así.
Cristina, me encanta como completas con tus comentarios las entradas de Arturo. ¡Vaya entusiasmo!
Un abrazo.
Pues ahora, más que un complemento, voy a hacer un pequeño prólogo a la entrada de la de mañana: los resultados del segundo grupo, valorados a nivel general, no han sido agridulces ni mucho menos, a mí me han sorprendido muchísimo… Parece ser Sol, que esto de desmigrañarse “en grupo” agiliza el proceso, tenemos ante nosotros otra “herramienta”: el curso en sí. Es normal sentir entusiasmo, un curso organizado e impartido por profesionales en su “tiempo libre” con toda la buena voluntad del mundo y transmitiendo toda esta información tan poco accesible por otras vías, no podía no ser algo “GRANDE”. ¿Que los resultados a día de hoy no se pueden considerar todavía “científicos”? Y a quién le importa… si ha mejorado la calidad de vida de todas estas personas, lo otro ya llegará. Lo importante es que esto se extienda, que se empiecen a impartir los cursos dentro del horario laboral de los profes y que se organicen muchos muchos más… Por cierto, Arturo es igual de hábil haciendo tortilla de patata que escribiendo… pero eso lo dejo para contaroslo mañana más detenidamente, 😉
Gracias Sol de Val, estoy de acuerdo completamente en lo que dices. Es cierto, estás herramientas que hemos propuesto; visualizaciones, mindfulness, Psicología positiva o Gestalt, son grandes herramientas que sirven mucho como elementos integradores de la persona. Como ayuda en el sufrimiento. No podemos ver al ser humano solamente como un puñado de átomos, moléculas y células. Somos seres que se emocionan, sienten, sufren, imitan, interactuan, se informan……
Dile a un enfermo de Cáncer (por ejemplo,a los del estudio exploratorio de Andrés Martín) que está aliviando su sufrimiento con Pseudociencia:
Si no lo matas del susto… o lo dejas depresivo del todo..
– Te dirá: Pues bendita sea!!!!
– No le importa la ciencia ni la Pseudociencia , le importa su vida, sentirse lo mejor posible con su sufrimiento. Aceptarlo de alguna manera. vivir lo que le queda, tal vez mucho….con calidad de vida.
En cambio, estoy totalmente de acuerdo contigo, y lo he experimentado en persona, éstas técnicas o herramientas, “No sirven para solucionar las migrañas”. Te pueden ayudar a sobrellevarlas con aceptación, a soportan el dolor y la incomprensión, pero No Sirven para acabar con ella, necesitamos esa pedagogía que propone Arturo, que desactive la evaluación irracional, las visualizaciones de peligro inminente o futuro. Necesitas cambiar el Software, eso es lo más importante, es el ABC del problema.
Gracias Carmen!!! tú también tienes mucho que ofrecer. No tengas dudas de eso!!!
un abrazo