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Conceptos básicos sobre neurobiología del dolor

Dolor y cerebro es un escrito de 2007 que utilizaba en la consulta para hacer pedagogía sobre dolor. Es  probablemente demasiado extenso y, quizás, un poquito árido pero puede que sirva a los lectores curiosos e interesados en profundizar algo más en la gestión del dolor desde la perspectiva de los intereses defensivos del organismo. En 2009 me publicaron el libro “Migraña, una pesadilla cerebral” y ya dejé de utilizarlo pues el texto del libro cumplía mejor con la función pedagógica.

A bastantes pacientes les ayudó y a otros ya no les volví a ver el pelo. Puede que el escrito superara su disposición a prestarle la necesaria motivación y atención.


Este blog es solo la punta del iceberg, se puede hacer mucho más.

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15 comentarios en «Conceptos básicos sobre neurobiología del dolor»

  1. Muchas gracias Arturo por compartir esta información. A mi, por lo menos, no me va a ir nada mal, siempre hay mucho que aprender e infinidad de dudas por resolver. Además, dada la enorme complejidad de la materia en cuestión, tus divulgaciones son adaptativas para todos aquellos que como yo tenemos grandes limitaciones científicas y técnicas.

    un abrazo

  2. Lo veo colgado y aún no me lo creo, es que precisamente esta mañana he estado buscando estas fotocopias… a mí sí me ayudaron, incluso se las llevé entusiasmada a mi médico de cabecera… aunque él no mostró tanto entusiasmo. Es un escrito valioso también,como lo es el libro y como lo es, sin duda alguna, el blog. Gracias de nuevo por todo lo que escribes, es una gran ayuda.

  3. “Dolor y Cerebro” aunque es un poquito extenso, es muy sencillo y clarificador, D. Arturo.
    Lo descargué hace unos días, ya no sé de donde o si de este blog, lo cierto es que le sigo los pasos ahí donde Ud escriba, en la blogósfera.

    Los que me están resultando muy útiles es el el grupo de Fisios que siguen la misma línea que Ud y que tienen sus blogs o que le escriben comentarios, mi agradecimiento a ellos. Refuerzan lo que Ud escribe, con sus conocimientos prácticos, sus experiencias.

    Quien también es una excelente ayuda es Cristina, de tal profesor, tal alumna!
    Nos escribimos muy seguido y le comento cosas que ella me aclara y desmitifica otras, que yo siempre creía ciertas, como p.e. le contaba que creía que el yoga que estoy haciendo me está desmejorando y me explicó que a veces estos movimientos dirigidos, focalizados, no hacen más que recordarle al cerebro que ahí duele y generalmente dolió por casi todas las zonas de mi cuerpo.

    Que los músculos no tienen tanta urgencia de ser estirados, como yo pensaba. Que, de repente me convendría, algo más natural y espontáneo, como el baile. Y tiene mucha lógica lo que me dice.Tratamos el tema de alimentar el homúnculo, pero cuesta bastante.

    Gracias por el empeño que le pone por difundir esto, terminará por horadar esos cerebros que se resisten al cambio.
    Un abrazo.

  4. Ahora todavía me lo creo menos, otra casualidad, je, je… estaba buscando una entrada que recordaba haber leído hace tiempo para recomendar mañana, y al encontrarla (¡Ahá!, del 22 de junio de 2009), veo un comentario mío de hace varios años donde precisamente hablo sobre las fotocopias… y, cómo no, alabo el blog. Lo pego tal cual porque, aunque ni recordaba haber escrito esto, lo he leído y sigue “vigente” todo lo que digo, menos lo del libro de Moseley y Butler, que a día de hoy ya lo he leído (también es muy recomendable) y ya hay edición en español (“Explicando el dolor”).

    >Las fotocopias que das en la consulta no tienen desperdicio, en cada lectura que hago de ellas encuentro algo nuevo que se me había escapado en lecturas anteriores. Y, como complemento, el blog es un lugar fantástico para familiarizarse con estos conceptos que comentas y asimilar su significado e implicación en el dolor, yo imprimo hasta los comentarios y todo lo que leo me ayuda. Cuando hablas de colecistoquinina, automáticamente me viene a la cabeza el título de una de tus entradas (“Me sube la colecistoquinina”), y es que los títulos con ese toque irónico, y hasta las fotos que eliges para los artículos también ayudan a clarificar los conceptos. También estoy leyendo tu libro “Cerebro y dolor (esquemas en dolor neuropático)”, y el que recomendó Paco sobre el estrés (“Por qué las cebras no tienen úlcera”), que también es fantástico. ¿Alguna recomendación más? Sé que tengo que leer el de Moseley, pero como es en inglés, de momento me da más pereza… Gracias.

    Y ya que he mencionado la entrada que andaba buscando, por si a alguien le interesa pongo el link:

    ¡Ahá!

  5. Ani, no creo que los ejercicios de Yoga te hagan ningún daño. Sí, es cierto que aumentan la conciencia de tu cuerpo y de tu esquema corporal,….luego, depende de como interpretes tus sensaciones y de como reaccionas a ellas obtendras determinadas respuestas. No podemos huir de nuestro propio cuerpo, mente o conciencia. Para bien o para mal hemos de vivir con lo que tenemos. Las bases para vencer el miedo son; afrontamiento, racionalidad y aceptación de aquellas sensaciones desagradables que nos impulsan al bloqueo y a la huida.
    A parte de la pedagogía del cerebro que se preconiza en este blog, y que es del todo esencial.
    Yo te recomendaria el Mindfulness (concienca plena), como herramienta para aprender a sentir sin reaccionar, a observar sin identificarte a aquellos pensamientos inconvenientes. El cuerpo, la respiración y los pensamientos son partes de esta observación que además de aligerar el diálogo interno, te ayudan a vivir el instante, el momento presente sin tantos agobios y ansiedades. Es francamente liberador!.
    (Llevo años practicándolo y hay estudios realizados que avalan su eficacia).
    Link: http://andresmartin.org/2011/11/evidencias-cientificas-de-mindfulness/

    Un saludo

  6. Gracias Joaquin por tus palabras.
    Hace unos meses estuve en lo del mindfulness, me ayudó bastante porque soy un poco ansiosa, le puse mucho esfuerzo, leí, investigué bastante y fui a algunos talleres sobre el tema , y fue porque leí un comentario que le pusiste a Nesi sobre el afrontamiento de la ansiedad, que el mayor esfuerzo es nuestro y no de ninguna clase maravillosa o tratamiento.

    Pero, era una época tranquila en la que no tenía dolor, ahora cada vez que debemos hacer 15 minutos de meditación luego de las posturas, me cuesta concentrarme, por el dolor al estar sentada derechita y la verdad, me frustra bastante no poder hacer bien las posturas como las hacía hace unos años.

    Ayer, amanecí ” en pedacitos” , seguí pensando que es el yoga, pero, hoy, milagrosamente, jaja, estoy como si nada.
    Gracias por el link, lo veré lueguito.
    Un abrazo.

  7. Ani: gracias por tus palabras, ya dijo alguien en un comentario que le gustaba el blog porque es un lugar donde los pacientes y los expertos se unen en equipo, me encantó esa frase. Y teniendo en cuenta que no es nada fácil encontrar esta información en las consultas de los médicos de atención primaria, ni en las de los supuestos especialistas en la materia, con la ayuda de Arturo y de todos los profesionales que escriben o comentan en el blog, y compartiendo las experiencias de cada uno de nosotros (padecientes y ex-padecientes), las dudas que nos surgen, los avances, las recaídas, lo que más nos ha ayudado … ganamos todos en conocimiento, en convicción y en experiencia.

    Y, como bien dice Joaquinwct, no necesitamos tener formación científica previa para poder asimilar todos los conceptos e ideas que se presentan, puesto que las explicaciones son sencillas y asequibles para todos nosotros, que acabamos siendo más “expertos” en “buena” información que muchos especialistas en la materia.

    Un abrazo.

  8. Sobre mi conversación con Ani a cuenta del yoga, por si le sirve a alguien más mi experiencia, mi comentario fue que si le gustaba de verdad hacer yoga (en cuyo caso tenía que esforzarse por desactivar las alarmas y penalizaciones de su cerebro ante un ejercicio no peligroso para la integridad física de su organismo, como es el yoga), o si lo hacía “obligándose” porque dicen que es bueno y recomendable “para la espalda”.

    Le conté que a mí personalmente me gustaba mucho más cualquier tipo de ejercicio donde el movimiento fuera espontáneo, como el baile, ya que en ejercicios dirigidos, especialmente en el suelo, donde estoy pensando qué movimiento voy a ejecutar en cada momento, me resultaba mucho más difícil “despistar” a mi cerebro, por decirlo de alguna manera, y me penalizaba cualquier estiramiento o movimiento que yo quisiera hacer, por más que yo supiera que eran todos movimientos irrelevantes, inofensivos (mi cerebro no pensaba lo mismo). En cambio, el baile o hacer ejercicios libres al ritmo de la música y sin que nadie me dirija, es decir, dejándome llevar, me ha permitido ejecutar muchos movimientos que antes no podía ni tan siquiera imaginar por lo dolorosos que me resultaban.

    La idea clave en todo esto es que primero hay que desactivar las falsas alarmas, los miedos irracionales del cerebro, para que éste autorice el movimiento. Si con sólo saber que no te estás dañando y que todo es una falsa alarma, se consigue que el movimiento que se quiere realizar esté autorizado, adelante, si se percibe dolor todo el tiempo, igual hay que ayudar al cerebro con alguna otra estrategia para que vaya perdiendo el miedo y autorice el movimiento sin que haya penalización (dolor, rigidez…) constantemente. De ahí derivó nuestra conversación “virtual” hacia la representación también virtual del cuerpo en el cerebro (homúnculo) y cómo trabajar mediante visualizaciones el movimiento natural y espontáneo.

    Si no hemos conseguido eliminar el miedo del cerebro al movimiento, seguirá penalizándonos y acabaremos por tener miedo nosotros también, que es lo que le estaba ocurriendo a Ani, que ya se estaba planteando la posibilidad de dejar las clases de yoga.

    Yo tampoco creo que Ani debe dejar el yoga (porque le gusta), pero debe conseguir autorización de su cerebro para poder disfrutar haciéndolo (además, me dijo que las clases iban a ser frente al malecón, que eso sí que suena genial…).

    No entro a valorar si el yoga es bueno o el yoga es malo y no se me ocurriría jamás recomendar a alguien qué tipo de ejercicio debe hacer, sólo digo que hay muchas formas de hacer ejercicio y que cada cual elija el que más le guste, que no ha de ser precisamente el que le hayan recomendado los profesionales (estiramientos, yoga, natación y caminar todos los días una hora creo que son los más recomendados “para la espalda”, y que no se me olvide el pilates). Yo doy largas caminatas pero porque me encanta y os aseguro que tuve que pelear un montón para conseguir que mi cerebro me autorizara algo tan irrelevante y vital como el andar… Y ahora ya estoy pensando en volver a patinar… que cualquier persona con dolor crónico “de columna” entenderá que es un gran logro… el sólo pensar en volver a hacerlo…

    Y ya puesta, ahí va otra recomendación, para Ani en particular, y para quien le apetezca profundizar en este tema del movimiento:

    El miedo cerebral al movimiento

    ¡A mover el esqueleto!

    Un saludo.

  9. Ani, Cristina, Joaquínwct: prefiero no intervenir en los debates entre lectores. Simplemente deciros que me encantan y que, en vuestro caso, el debate está rebosante de buenas razones.

    Gracias

  10. Cristina, no tengo experiencia propia con la fibriomialgía, y estoy seguro que tú como expadeciente puedes aportar tus conocimientos y experiencias mejor que yo.
    Estoy prácticamente de acuerdo en todo lo que comentas respecto al movimiento.
    No se debe obligar a nadie a hacer aquello que no quiere hacer, como mucho recomendar (caso del Yoga). Estoy de acuerdo contigo que el movimiento espontaneo le puede producir mayor placer y desconectarla de esos pensamientos inconvenientes, pero no hemos de olvidarnos de los aprendizajes, y de que tarde o temprano hay que afrontar aquello que no nos gusta pero que no podemos evitar; y ahí también se encuentran esos movimientos como los de (lavar platos, arrastrar y tirar bolsas de basura, cargar pesos, permanecer agachado,fregar, planchar….) y supongo que desde una buena conciencia se afrontan mucho mejor.

    Te propongo que hagas un experimento simple:
    – La próxima vez que tengas que fregar platos, prueba de hacerlo con conciencia, sintiendo el agua, su temperatura, tu mano acariciando el plato, toma conciencia de como lo haces sin pensar en ello. Luego pregúntate sobre esa experiencia: ¿Como te sentiste? ¿Lo hiciste con prisas por acabar y pensando en lo aburrido que era? ¿En que cambió la experiencia respecto a otras veces?
    ¿Dejaste espacio para pensar en tus dolores y preocupaciones, o fuiste absorvido por la propia experiencia de vivir en contacto con eso, sin más?. En definitiva, la vida es también un problema de actitud hacia como la vivimos, hacia como la queremos vivir. Todo es un coste de oportunidad que nos llevará a pagar uno u otro precio. El autoconocimiento, no solo del cerebro, sino también de las Bio-actitudes también tienen mucho que decir.

    Un saludo

  11. Joaquinwct: lo primero, gracias por tu consejo. Sólo decir que, aunque el ejemplo era el yoga, me refería al movimiento cotidiano, irrelevante, el que está “penalizado” cuando no hay absolutamente ningún peligro real.

    Aunque resulte difícil de creer, todos los movimientos de la vida cotidiana que comentas (fregar, limpiar, planchar, la fregona, el aspirador, sacar la basura, meter la ropa en la lavadora, agacharme…) estaban absolutamente penalizados por mi cerebro (y aún lo están aunque en un grado menor), incluso estar de pie sin hacer nada, estar sentada, sostener un libro… Lo que mejor define a la fibromialgia para mí es eso de “cuando lo cotiano se convierte en un infierno” (esto es de Arturo).

    He tenido que trabajar mucho el movimiento natural y espontáneo, ese que está autorizado por el cerebro, filtrado por la copia eferente y donde no se activan las posturas de protección y los programas motores inadecuados constantemente. Para ello, tuve que cambiar la imagen de mi esquema corporal, que yo tenía completamente distorsionada, y aprender sobre músculos, vértebras, nervios… Y luego, pasar a la acción, perder el miedo al dolor, a la penalización, “recordar” cómo moverme de forma natural (no como un robot), etc.

    Todo este trabajo no lo hice sóla, sino ayudada por Maite Goicoechea, con ella reaprendí a moverme de nuevo (te aseguro que lo había olvidado, había perdido el movimiento natural), tu comentario me ha recordado que el primer día que empezamos con la parte “práctica”, me preguntó Maite a ver con qué actividad cotidiana quería yo empezar a trabajar, y yo le dije que quería fregar, porque no conseguía estar de pie haciendo algo, y allí estuvimos, fregando… yo me movía como un bloque y Maite intentaba (sin corregirme directamente) que yo tomara conciencia de los “errores” que cometía … Desde entonces ha llovido mucho. Igual ahora puedo poner en práctica eso que comentas de sentir el agua, mis manos y demás, para que, además, me resulte agradable fregar, lo que pasa es que cuando has dejado de poder hacer esas pequeñas cosas cotidianas que para el común de las personas son aburridas, el sólo hecho de poder volver a hacerlas hace que a mí me resulten maravillosas, pero te aseguro que voy a poner en práctica tu consejo.

    Y sólo decirte que no me refería a si el baile es más placentero que el yoga, sino que hablábamos de cómo ayudar al cerebro a perder el miedo al movimiento cotidiano para que no nos penalizara lo irrelevante. Por supuesto que yo empecé a trabajar lo que consideraba para mí básico, poder estar de pie, sentada, limpiar, etc. y te aseguro que he sido muy muy consciente del aprendizaje que ha supuesto para mí, y también la pérdida del miedo al dolor y enfrentarme a movimientos irrelevantes que sólo imaginar me revolvían es estómago. Supongo que Maite no olvidará la cara que puse el primer día que llevó un esqueleto de esos articulados e hizo un movimiento con las vértebras de la zona lumbar… realmente mi esquema corporal estaba “atrofiado”, ahora eso va cambiando, aunque sigo trabajando.

    Con este comentario, que mira que sólo iba a escribir un parrafito para darte las gracias a ti … pero ya puesta, quiero dar las gracias a todos los fisios que explican la pedagogía del dolor a sus pacientes. Gracias Maite, gracias Asier, y gracias a todos los demás que también lo hacéis, no hay más que echar un vistazo al blog, por ejemplo de Oceano Mar, para ver la cantidad de fisios que trabajan en esta línea, y con tantísima ilusión. Gracias a todos.

    Un saludo.

  12. Gracias a ti Cristina por tus comentarios y experiencias. Resulta todo un placer poder aprender y compartir juntamente en este maravilloso Blog. Suscribo todo lo que cuentas. Estás en lo cierto.
    Siento haberme ido un poco con lo del yoga. Soy un sencillo monitor de Yoga, y en contra de lo que mucha gente cree, el yoga no es solo movimiento, ni la realización de una determinada postura, ni es una técnica para estar más sano o más guapo.
    Yoga significa “Yugo = unión” y está mucho más allá de cualquier connotación exclusivamente física, religiósa o dogmática (absolutamente innecesaria), es una actitud de integración, un proceso semejante al que has explicado con la nueva conciencia de tu esquema corporal.. y eso abarca la conciencia de sentirse unido a todo aquello que somos, que hacemos, que compartimos como seres humanos y como planeta, como Biología (como bien dice Arturo, hasta la información es Bio).
    Dicen los indios Quechuas que somos como “Tierra que camina”.

    Es en el marco de esa visión holística (que a algunos les gusta tan poco), dónde se esconde algo de verdad:
    – Si coges una mosca viva y la pones dentro de una bolsa de plástico y le quitas la cabeza, las alas, las patas: Tienes una mosca… pero no vuela, la suma de sus partes no es igual a la totalidad de ella”. En otros ámbitos, si analizas nuestras vidas, nuestras acciones, economia, política, intereses… necesitamos mucho de esta visión constructiva de organismo, la otra ya sabemos por dónde nos está llevando…

    Un abrazo

  13. Joaquinwct: soy partidario de abrir el blog a las colaboraciones de los lectores. Quedas formalmente invitado a escribir algo sobre, por ejemplo, Mindfulness-Yoga para publicarlo como una entrada. Espero que así sea.

    Saludos

  14. Muchas gracias Arturo por la invitación!!! Aunque no sea tarea fácil, intentaré redactarla con dignidad, y en consonancia a lo que representa y se divulga en este Blog.

    un abrazo
    Joaquín

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