En el curso tenemos que derribar creencias, desactivarlas, desacreditarlas. Conseguido el derribo procederemos luego a edificar otras nuevas. No todos los pacientes facilitan el proceso.
Hubo una época en la que gran parte de lo que sentíamos en la cabeza era achacado a sucesos vasculares: constricciones y vasodilataciones, espasmos, mala circulación… Los Laboratorios competían en la oferta de vasodilatadores. No circula la sangre, no llega al cerebro, por eso se marea, por eso se le olvidan las cosas… Tome estas gotas para la circulación…
Se suponía que el dolor migrañoso era debido no a mala circulación sino a una dilatación de las arterias de la cabeza (dentro y fuera) excesiva. Desde esa lógica se prescribían vasoconstrictores, en concreto los ergóticos (Cafergot, Hemicraneal, Tonopan…). Se sabía que eran tóxicos potenciales si se abusaba pero la violencia del dolor de la crisis justificaba el riesgo.
Las arterias de la cabeza, como las de cualquier otra zona, no se contraen o dilatan porque sí sino respondiendo a determinados estímulos, estados y agentes. Sucede lo mismo con las pupilas del ojo: se contraen y dilatan según la luz que les llega. Si es mucha se contraen y si es poca se dilatan. Las arterias que llegan al cerebro hacen lo mismo: si hay poca presión se dilatan y si es excesiva se contraen. No existen (salvo en condiciones patológicas concretas) los espasmos y dilataciones espontáneos.
Los expertos sostenían que el problema de la migraña residía en esas arterias patológicas que por obra y arte de algún supuesto gen las había hecho así: hiperexcitables… ante desencadenantes. El chocolate, el estrés, las hormonas, el alcohol, los viajes… generarían alguna química capaz de excitar el músculo que hace que las arterias se cierren y abran. Primero se producía la constricción excesiva: llegaba poca sangre al cerebro, el paciente veía unas luces sobre una zona ciega que se iba ampliando y, al cabo de unos minutos se recuperaba la visión (se reabría la circulación) pero a costa de una vasodilatación compensatoria excesiva responsable del dolor. Lógicamente el régimen de arterias vasodilatadas se prolongaría durante horas o días… algo difícil de aceptar… El vasoconstrictor (cafergot, hemicraneal, tonopan…) corregía la dilatación, las arterias recuperaban el diámetro debido y el paciente encontraba alivio…
Hoy sabemos que la migraña no es cosa de circulaciones. Podemos medir flujos de sangre, diámetros arteriales y comprobar que nada tienen que ver con la generación de dolor y que, si bien se producen variaciones circulatorias durante la crisis, nunca llegan a ser significativas.
Los expertos clasificaban a la migraña como una cefalea (dolor de cabeza) vascular. Sabemos que era una sugerencia errónea. Con los nuevos datos se corrigió el término y se sustituyó por el de cefalea primaria, es decir, no secundaria a ningún proceso anómalo.
Desde lo que podemos saber no hay base para construir hipótesis vasculares. Bien hará el padeciente en librarse de cualquier imaginario de arterias que se contraen e impiden la circulación, en escasez de oxígeno para las neuronas…
Algunas de las arterias que van a regar el cerebro, discurren incluídas en la columna cervical. Atraviesan el canal óseo abriéndose paso a través de angosturas. Los defensores de la trascendencia cervical para la cabeza sostenían que ese paso complicado de la sangre por los desfiladeros y gargantas de “las cervicales” comprometía el flujo, máxime con los giros o flexoextensiones. Los mareos, los dolores y los olvidos eran por poco riego pero por obra y desgracia de las dificultades arteriales para aportar sangre a las neuronas debidas a los agostamientos artrósicos del cuello.
En definitiva, era la época de lo circulatorio. Todo lo desconocido era achacado a poco riego salvo en el caso de la migraña. Aquí teníamos el problema contrario: arterias demasiado dilatadas, hasta el extremo de generar dolor e inflamación…
Primera recomendación: líbrese de “lo vascular”, de los miedos que alimenta.
Como me he acordado hoy de este blog….Hoy fui al medico porque llevo unos dias con bastante ansiedad y me duelen bastante las piernas…sobretodo los muslos,como agujetas a lo bestia,pues no va el medico y me dice q no tiene ni idea de porque me duelen las piernas,he perdido la mañana para nada….me siento frustrada….pero sin ninguna explicacion y como si fuera un dichoso numero mas al q hoy tenia q atender mi medica,la cual no entiendo pq ella es muy buena medica y no la despota q me atendio hoy…Ahora entiendo mejor q nunca a todas aquellas personas como Ani o cualquiera de los q solemos leer este blog….un medico q no sabe lo q tengo???tendria q haberle preguntado a la peluquera de mi barrio q quizas me hubiera dado respuesta….Sr.Arturo gracias por su labor….por todo lo q comparte con nosotros,pq se molesta en ayudarnos sin nada a cambio…y pobres de todas las personas q sufren sin ser entendidas,no hay derecho!!!
estoy siguiendo día a día lo que usted comparte del curso, quisiera cruzar el charco del Atlántico todos los días para poder estar ahí (vivo en Ecuador, sudamérica), ya he encargado su libro para que me lo traigan, sospecho que leyéndolo se me irán los mensuales dolores de cabezas o cefaleas primarias llamadas migraña que vienen aparejados a los niveles hormonales (según me han dicho unos y/o a las pocas horas de sueño, según me han dicho otros), lo cierto es que yo quiero educar a mi cerebro para que no ordene a nadie que me den esos dolores que muy a pesar mío me tumban toda un día de mi agitada agenda y milagrosamente al día siguiente han desaparecido.sin tomar ni una sola pastilla porque ninguna de las que he probado me la quita.
gracias por ser una alternativa para nosotros migrañosos padecientes.
Jeannette de Valencia
Hoy hablo como padeciente y no como fisio. Arturo, no sabes que recuerdos me trae tu entrada de hoy (y lo que contaste ayer) sobre los vasodilatadores: A mis 15 añitos, empezaron a darme de todo para mis “migrañas para toda la vida”, las mismas que hicieron a mis padres y a mi plantearnos una pausa en mi bachillerato porque, por culpa del “estrés” iban a peor (tengo grabado en la mente el frío de la botella de oxígeno apoyada entre mis piernas, sentado en una silla de ruedas, esperando un par de horas en el pasillo de urgencias, mientras pensaba ¿Y si vomito con la mascarilla puesta?). Recuerdo pensar que me comía las pastillas como gominolas, y que no me hacían nada (o prácticamente nada).
Recuerdo alguna conversación con uno de mis 4 neurólogos en 4 años. Uno hasta se rió de mi en la consulta.
Recuerdo la primera vez que escuché lo de “vascular”. Y los primeros triptanes (de esos de 3 en una caja, y si te tomas más de uno, al hospital). Me tragué aquel cuento como un pato se traga el pan que le echan los paseantes. Y me lo seguí tragando a los 19, ya estudiando la carrera, el año en el que tuve dolor de cabeza 29 días seguidos (un memorable mes de octubre). Y me lo seguí tragando hasta que me encontré este blog, hará dos años (creo).
No sé como lo haces, pero hace un momento, leyéndote, hasta me he reído. Por cierto, hace un par de días que no me duele la cabeza. Igual es eso.
Realmente Dr. es un buen resumen de mi vida con la migraña. Yo empece a los 14, con lo vascular, lo que la abuela tb. tenía, los nervios…estudie enfermeria y alli se empezo a liar todo, todos opinaban todos medicaban…acudi a consultas de todas las especialidades, todas, será que no ve bien, será el oido, el aparato digestivo….hice una intoxicación por Cafergot que si no llega a ser por mi profesión creo que hago una episodio de embolia vascular seguro, me ponia un sup dia si, y dia tb. y claro si no me lo ponia me moría..en fin que les voy a contar que no sepan…
Este lunes me moria textualmente de dolor, hice un poco de deporte con cuidado, dormi vomite…el martes algo mejor hice cosillas, y hoy miercoles bien(????) no he tomado anlgésicos, no he tomado nada, más que manzanilla..Será la GENETICA Dr.?????
Carlos como te entiendo….para mi tambien fue una pesadilla,mis estudios eran una meta muy lejana con esa amiga tan maja q se me habia acoplado,me conocian todos los profes de tanto llevarme a casa por las malditas auras…sabes…yo nunca tome nada,bueno miento sibelium durante poco tiempo,mi madre me daba ina tila y ya….soy muy mala de tomar nada y he aguantado dolores con lagrimas….el problema q mi miedo es el aura y no el dolor….pero tenemos q decir q esto no va a poder con nosotros,decir no…pensar….durante 15 años no tuve auras,pero si dolores de cabeza y fui feliz solo con ello,despues de dos auras recientes,estoy asustada pero gracias a este blog tengo una gran esperanza.
A mi me han diagnoaticado hoy cefalea en racimos después de doce años de crisis (no muy frecuentes, por suerte). Ya al menos tengo un diagnóstico, que no es poco.
Nunca le he tenido miedo al dolor, realmente, porque tenía bastante claro que iba a ser pasajero, y como nunca tuve diagnóstico, pues no sabía la “causa”. Además el 90% de las veces el dolor realmente intenso comienza cuando llevo una o dos horas durmiendo, lo que me hace despeetar sin haberme acordado (literalmente) de que tengo cefaleas frecuentes en todo el día. Así que tampoco nunca tomé medicamentos.
El doctor que me ha atendido hoy no ha hablado de vasodilatación o vasoconstricción, sino de una señal anómala del hipotálamo que provoca el dolor y la respuesta vegetativa que lo acompaña. Pero por vez primera tengo medicamentos para “acortar el periodo de crisis” y para “los momentos de dolor agudo”. Y tomar prednisona sí que me da respeto. Y además me ha recetado un hipotensor, a lo que no veo mucho sentido.
Y aquí me tenéis, con una periodo de dolor intenso comenzando y planteándome si tomar o no la medicación que ya he comprado.
Buenas noches a todos.
Carmen: conozco bien lo que cuentas de tu consulta reciente porque podía muy bien ser yo ese médico desconcertado que no tiene explicaciones para el dolor y se encoge de hombros o niega la realidad de los síntomas. Eso fue así hasta hace unos quince años. Afortunadamente la Neurociencia va aportando conocimiento que nos permite entender los procesos tanto a los profesionales como a los pacientes y trabajar en una dirección con posibilidades de éxito.
Saludos
Carlos: tu relato lo podrían firmar miles, decenas de miles de padecientes. La idea errónea de “vascularidad” ha hecho y sigue haciendo estragos. Los triptanes surgieron bajo el soporte argumental de esa supuesta vascularidad (son agonistas de receptores de serotonina 1B/1D, es decir, vasoconstrictores). Se presentaron en 1992 como antídotos específicos de la migraña que acabarían con ella para el 2000 (primera noticia de Telediario).
Bueno, ya sabes que existe la risoterapia. Dicen que reir es analgésico. También lo es echar tacos y proferir gritos.
Un abrazo
Nesi: siempre hay genética por medio pero siempre va acoplada a otras cosas. De eso voy a hablar en la entrada de hoy.
Saludos
FisioSta Cruz: la cefalea en racimos es una forma terrible de cefalea primaria, por tanto sin un sustrato de lesión. Se ha descrito, efectivamente, una señal en Resonancia Magnética funcional en hipotálamo. Eso no indica que esté allí el problema y que el dolor sea debido a una disfunción de hipotálamo. Las señales de Resonancia funcional (en ausencia de lesión) siempre son complicadas para buscarles una explicación. Como en todas las formas de dolor primario, la sensibilización central, el error evaluativo, conforman el núcleo fundamental que descarga y mantiene las crisis.
En la cefalea en racimos (y en otras formas de dolor terrorífico como la neuralgia del trigémino) es difícil evitar la medicación (corticoides, antagonistas del calcio, triptanes, oxígeno). Yo tambien prescribía fármacos pero lo hacía asociando pedagogía sobre biología del dolor. Es fundamental desactivar los sistemas de memoria del dolor. No es tarea fácil pero es importante. De eso va este blog…
Saludos
Me ha pasado como a Carlos Castaño que al leer la entrada me ha dado la risa en varias ocasiones.
Recuerdo un tiempo en el que hablaba con mis arterias cuando llegaba el dolor y les pedía muy amablemente que se constriñeran de nuevo y volvieran a la normalidad.
-Por favor, relájate, vuelve a tu estado normal.
Y la arteria que nada.
Conclusión: mi cuerpo no respondía a mis súplicas. Definitivamente era una enferma condenada de por vida al terrible sufrimiento de la migraña por obra y gracia de unas arterias locas que había heredado ( ¡ menuda herencia!, decía siempre mi madre) de mi familia materna y paterna.
Yo derribé esa creencia hace mucho tiempo , por eso , supongo, sonrío cuando leo esta entrada.
¡ A seguir derribando!
Un abrazo.
Sol del Val: recuerdo a una residente de Psiquiatría que rotaba conmigo. Escuchaba las explicaciones de migraña a los padecientes. Un día tocó hablar de las arterias que se contraían y dilataban. Al cabo de unos días me confesó que tenía (la residente) migrañas con auras y que creía (tal como le habían enseñado a creer) que el aura era por vasoconstricción. Uno de esos días había tenido un aura visual y, según observaba los destellos visuales pensaba: Arturo dice que no es un problema de vasodilataciones… El aura acabó pero, esta vez, ya no hubo dolor. La supuesta vasodilatación ya no era creible y el dolor no vino. Dejó de tener migrañas, al menos durante unos cuantos años. Luego le perdí la pista.
Un abrazo.
Doctor, buenos días. He leído los comentarios, pero quisiera que me explique el comportamiento de las arterias para que duela la cabeza… se contraen, se dilatan? presionan los tejidos? Por ansiedad por enfermedad, sea cual sea el motivo, pero qué sucede en el cerebro? Gracias.