Desde Dawkins sabemos que la gallina es algo que construye el huevo para generar más huevos. Los genes se valen de los cuerpos para reproducirse. Los genes van a lo suyo. Son egoístas.
Los cuerpos van de aquí para allá buscando sustento, cobijo y pareja, cosas fundamentales para los genes. El instinto de conservación del individuo no es mas que una argucia del instinto de conservación de la especie, de individuos genéticos.
El cerebro es un órgano complejo al servicio de los objetivos de los genes, su replicación a través del sexo. Es responsable de buscar sustento, cobijo (físico y social) y pareja. El poderoso sistema de recompensa gestiona las ganas y las desganas del individuo con incentivos y penalizaciones. El cerebro está al servicio de los genes egoístas.
La cultura tiene la apariencia engañosa de ser un activo del hombre liberado de la tiranía de los genes. A través de la cultura pensamos que trascendemos el mundo de los instintos, los esquivamos y dosificamos a nuestra conveniencia y oportunidad. La cultura nos da la dimensión añadida inmaterial, espiritual, con sus propias reglas y códigos morales.
La cultura contiene también el egoísmo consustancial a lo genético. La genética humana desarrolla un cerebro especialmente pre-dispuesto a empaparse de la cultura del barrio que le toca habitar. Los genes humanos necesitan cultura humana y la promueven. Una buena cultura es aquella que garantiza la supervivencia del individuo al servicio de la supervivencia de la especie.
Todas las culturas sirven para ese propósito egoísta de los genes. Todas tienen la apariencia de ser óptimas, elegidas. Cautivan y someten al individuo.
La interacción entre cerebro y cultura genera la última argucia para teledirigir al individuo: el YO, el universo falaz de la toma de decisiones desde el ámbito liberado ya de instintos y servidumbres biológicas.
El cerebro gestiona a través del Yo la navegación del organismo. Objetivo: la búsqueda de sustento, cobijo (físico y social) y pareja.
Los genes quieren garantías, probabilidades. El cerebro las busca. La cultura las ofrece y el YO las acepta.
– Me duele.
– No tienes nada.
No es el individuo el que se pone el dolor con Dios sabe qué objetivo. Son los genes que expresan su miedo ancestral a través del cerebro y la cultura proyectándolo sobre la pantalla de la conciencia para conseguir que el YO se meta al cuarto oscuro, vomite, se tome la pastilla y no vuelva a comer queso curado o chocolate, irse de viaje, descansar o salir a la calle un día luminoso o ventoso.
– Es una migraña. Es genético.
– Me han dicho que los neurólogos las padecen más que nadie…
– Es la cultura de la migraña…
– ¿Qué puedo hacer YO?
– Desandar el camino. Deconstruir. Racionalizar. Ser consciente del egoísmo cerebral y recuperar la dignidad como individuo aparentemente libre.
– ¿Cómo?
– Nadie lo sabe. No hay métodos ni pautas para conquistar la libertad.
Genes, cultura, el YO…
– ¡Cuídese!
No se si estoy desandando el camino, o caminando como los cangrejos…lo cierto es que ya no puedo ir en dirección contraria. Las recaídas son más duras porque he llegado a ver el camino correcto. Antes vivía en una carretera cortada, ahora veo la autopista aunque mi cerebro solo se atreve a ir por una carretera secundaria con baches. El miedo acecha y me sigue apresando.
Susana: siento que andes por esos caminos tan duros. Puede que pongsa excesiva carne en el asador. El rendimiento en un objetivo necesita la ansiedad justa: ni poca ni mucha. Me da mucha rabia no poder ofrecerte fórmulas mágicas. Por un lado está el conocimiento y por otro su aplicación, la batalla contra la memoria del dolor, del miedo consolidado.
Deja que el tiempo corra y rebaja un poco la tensión por conseguirlo…
Suerte.
OK, relax…me siento responsable del fracaso, y eso no ayuda.
También he puesto el listón muy alto. Tengo que volver al inicio.
Toma de decisiones equivocadas del cerebro, y el mismo miedo al fracaso las potencia.
Susana, creo que ponerte de meta volver al inicio significaría que no has aprendido nada. Deja que el paso del tiempo deje sus cicatrices. Cuando venzas te recordarán lo fuerte que fuíste. Cuídate.
Gracias por el apoyo Marga, tiempo al tiempo.
Susana, te comprendo, pues no son pocas las veces que me he sentido desquiciado e impotente con la maldita migraña, pero a tu cerebro poco le importa todo este sufrimiento. El va a lo suyo, como dice Arturo… es egoísta!!!
El pasado domingo tuve una inesperada crisis migrañosa después de una agradable caminata familiar por el campo.. rodeado de apacible y saludable naturaleza. Un precioso marco más allá de toda amenaza…. No advertí evaluaciones ni peligros hacía mi cabeza pero poco a poco y sin apenas consciencia se fue fraguando una sutil migraña de curso imparable. La tarde y la noche se me complicó sin dejar por ello de realizar mis actividades. La noche ya fue a peor y acabé picando un nolotil (un tiempo atrás hubiesen sido dos). Me quedo con esto último y con haber podido seguir funcionando… dolorido y fastidiado… pero funcionando. El lunes por la mañana, después de una noche bastante tortuosa y ya sin migraña, solo me quedaba espacio para un pensamiento pro-activo: A seguir !!! (El camino es el correcto aunque mi “yo” desearía que fuese más fácil y definitivo ). Hubiese sido mejor no haberme tomado nada, y por supuesto, aun mejor no haber tenido migraña….pero hay lo que hay y no queda otra que seguir regando, abonando, cambiando el chip por duro que sea. Aportando información racional y aceptando que después de muchos años hay mucho de memoria del dolor en este equivocado proceso, que no es fácil erradicar.
Además, hay que recelar del “Yo” y de sus inoportunos deseos y juicios de valor… Definitivamente no ayudan!! Son un obstáculo….mejor dejar FLUIR la información y por supuesto los acontecimientos, libremente, sin intervenir demasiado.
Mucho Ánimo!!!
Un saludo
Muchas gracias Joaquinwct, seguiremos caminando juntos convencidos de que es el camino correcto. Cuando he leído FLUIR, me ha venido a la mente la fuerza y entusiasmo de Bruce Lee cuando dijo “…. water can flow or it can crash… be water my friend”.
Intentaré que fluya.
Sabía que mis nuevas creencias y mis convencimientos sobre mis dolores de cabeza aprendidos en este blog y en el libro de Arturo pendían de un hilo y sabía que un simple pensamiento podía romperlo. Después de 4 meses en que mis migrañas se habían convertido en meras molestias (eso sí, semanales como siempre), una simple conversación rompió ese hilo. Desde entonces, y de esto hace 4 semanas mis migrañas han vuelto a ser las de siempre, la última especialmente fuerte y duradera. Ha vuelto el miedo, la espera, la angustia, los pensamientos negativos…y los dolores. Estoy enfadada conmigo misma y quiero releer el libro buscando de nuevo ese equilibrio perdido, pero hay algo que en mí que rechaza esa vuelta al principio de todo. Procuro no desesperar…
Joaquinwct: supongo que al recomendar FLUIR haces referencia al libro de Mihaly Csikszentmihalyi (FLUIR). Ya William James hablaba de esa propiedad de la conciencia. El impronunciable autor de la Universidad de Chicago tiene otro recomendable texto: El YO evolutivo. Ayuda a situarse como individuo en estos tiempos alienantes.
Saludos
INMA, Susana: las recaídas son frecuentes pero no implican refuerzo necesariamente. La estructura de la migraña es la misma que la de las adicciones. Podemos volver a fumar con más fuerza que antes pero la cuestión sigue siendo la misma: la guerra contra nuestros propios circuitos, nuestras memorias…
Gracias Arturo, Sí, en el libro de este innombrable autor, se profundiza en los estados de experiencia óptima. La idea de fluir con control pero sin esfuerzo, superando las limitaciones del Ego…haciendo desaparecer con él los conflictos emocionales para alcanzar una genuina calidad de vida. Puede describirse como un estado en el que la atención, la motivación y la situación se encuentran, dando como resultado una especie de armonía productiva.
Fluir con el dolor es muy difícil, pero mientras hay Flow, calidad en la experiencia, no queda demasiado espacio para las intromisiones del “Yo”. No basta con no querer sufrir para dejar de hacerlo.
Es lo que en el Taoísmo se conoce como “wu wei” la forma más adecuada de enfrentarse a una situación es no actuar (forzar), que no es lo mismo no actuar que no hacer nada.
También significa “sin esfuerzo” y “crecimiento” las plantas crecen por wu wei, es decir no hacen esfuerzos para crecer, simplemente lo hacen. El Wu Wei sería, pues, una forma natural de hacer las cosas, sin forzarlas con artificios que desvirtúen su armonía y principio.
saludos
Joaquín: son buenas reflexiones las que aportas. El innombrable autor es un buen ejemplo de sensatez y sabiduría. Recomendable.
A mi también me pasa, cuando el dolor vuelve, y siempre vuelve, se me olvida todo lo aprendido, solo veo el intenso dolor, la cama , la oscuridad y mi medicación.
Ya comente una vez que en sin dolor se entiende muy bien a Arturo pero como ahora que llevo dos días con migraña, intentando esquivarla, pero acabando tirada en la oscuridad, cuesta, la verdad es que cuesta. Porque el dolor es INSOPORTABLE……….lo siento hoy estoy negativa, lo veo negro, dificil salida del tunel……
Nesi. siento mucho lo que te sucede. Lo comprendo perfectamente y agradezco tu testimonio. El camino sigue estando ahí aunque a veces nos abandonen las convicciones. El cerebro tiene sus razones y en ocasiones no conseguimos modificarlas. El dolor tiene ese poder especial de anular todo. Ello es así porque está vinculado a la evitación de lo que los seres vivos más temen: la muerte celular violenta (necrosis).
Sólo me cabe desear que se invierta la situación.
Saludos
consideremos la monogaamia como una respuesta inequivoca de que no son los genes los unicos determinantes de conducta, sino un proceso mas complejo de eventos que culminan con la autorrealizacion y no con un monton de hijos.