Músculos exhaustos y contracturados, acortados o elongados, atróficos o hipertróficos. Articulaciones desgastadas, artrósicas, con pinzamientos de partes blandas, con grados de movimiento limitados, miembros situados en ángulos inadecuados, huesos osteoporóticos, asimetrías, curvas…
¿Qué pasa con las neuronas?
Las neuronas son cables, nervios, ríos por los que fluye la información y que deben atravesar una orografía complicada, con todo tipo de estrecheces y obstáculos formados por esa estructura músculoesquelética alterada. Son sujetos pasivos, simples testigos de las penurias de los tejidos, notarios del estres mecánico, sufrido en sus propias carnes (hilos).
Lo bio neuronal acaba cuando la neurona desagua la información en la médula espinal. A partir de ahí no queda sino trasladar el relato de la peripecia mecánica, de las dificultades de la vida en los tejidos, a las oficinas centrales de la penuria física pero eso ya no es bio. Es el mundo psicosocial, un mundo de altas y etéreas esferas.
Lo bio pertenece al mundo de las cuentas, lo tangible y ponderable. Lo psicosocial es puro cuento, narración imaginada, política. Las neuronas de la periferia, las que patrullan los barrios de la vida real, son bio. Las neuronas del recinto protegido del raquis y cráneo van perdiendo según ascienden su condición material, tangible y ponderable y se transmutan en algo demasiado intangible, demasiado alejado de la realidad como para ser tenido como bio.
Estar pinzada o no estarlo. Esa es la cuestión.
Si duele sin que haya penosidad, estrés, en los tejidos, si no hay neuronas pinzadas, el dolor musculoesquelético no es tal. Habrá que pedir cuentas a las neuronas de lo psicosocial.
Hasta la médula todo lo neuronal es bio, medible y manipulable. En el más allá medular sólo hay memoria atemporal en la que no se sabe bien lo que es pasado, presente o futuro. Imaginación, probabilidades, virtualidad, credos, miedos, filosofía…
En el más acá de la médula está el mundo de las cuentas. En el más allá… el de los cuentos.
Eso parece.
Habría que invertir el relato.
Erase una vez un cerebro…
Antonio Damasio ha escrito un libro: Y el cerebro creó al hombre. Probablemente es el título que más me ha ilusionado y el libro que más me ha decepcionado. Confieso que lo he dejado hacia la página 150 en dos intentos. Me quedo sólo con el título.
Las neuronas surgen evolutivamente como células de memoria. Recordar para predecir, ganar tiempo a la penosidad potencial. El sueño neuronal ha creado la percatación somática, los sentimientos corporales.
Las neuronas pueden estar o no pinzadas. También se les puede ir la pinza a la hora de imaginar la realidad somática desde el miedo al daño e invalidez.
Soñar, emular la realidad, es una función biológica.
– Cuénteme. ¿Cómo imagina su cuerpo, sus músculos, sus huesos, sus articulaciones? ¿Cómo interioriza el movimiento? ¿Siente su cerebro..?
– YO no tengo cerebro. Sólo espalda…
Y el hombre (la cultura) creó al cerebro…
Hola Arturo,
Muy interesante la entrada. Dices que es importante saber si un dolor proviene de un nervio pinzado “real”, o sin embargo, de un error de información del cerebro. Mi pregunta es: cómo un padeciente de dolor crónico puede saber cuál es su situación? Es decir, si su dolor proviene de un nervio pinzado de “verdad” o si su cerebro le está jugando una mala pasada? Qué prubas existen?
Un saludo,
Imanol
Hola Imanol,
se trata de aprender a identificar patrones clínicos. Una radiculopatía por hernia de disco o debida a una estenosis de canal lateral o un dolor radicular crónico presentan unas manifestaciones clínicas que una vez conocidas son identificables.
De la misma manera un síndrome de dolor crónico no asociado a nocicepción también se puede identificar
Un abrazo
Imanol: ya te ha contestado Rafael Torres. Disponemos de la clínica (historia y exploración) y los estudios complementarios. Antes de pensar sólo en el cerebro hay que descartar daño relevante que explica bien el problema. Sólo después debemos considerar la participación acoplada o exclusiva del error evaluativo.
Saludos
El articulo y la entrevista a Volpi vienen que ni al pelo. Copio entero el artículo del diario aunque es un poco largo, y no se pierdan la entrevista.
Jorge Volpi: “El cerebro no está hecho para almacenar información”
“La literatura no sirve para entretenernos ni para embelesarnos. La literatura nos hace humanos” escribe Jorge Volpi en su nuevo libro Leer la mente (Alfaguara). Un ensayo en el que analiza el funcionamiento de nuestro cerebro, uno de los grandes campos para la investigación científica del siglo XXI. En particular, el autor concede especial importancia a la relación entre los procesos mentales y la ficción.
¿Cómo funciona nuestro cerebro cuando creamos o apreciamos una novela o un cuenta? ¿Qué consecuencias positivas tuvo en nuestra evolución? O ¿por qué somos capaces de saltar por encima de la mentira del teatro o de la literatura para entrar de lleno en una historia? Son algunas de las preguntas que Volpi responde caminando entre las palabras y al ciencia.
En esta entrevista en Periodista Digital, el autor cuenta que
“El cerebro es una máquina de futuro que produce escenarios a partir de recuerdos. Esa previsión de futuro es a lo que llamamos imaginación e implica una actitud que es la base de la ficción”.
Tomando como ejemplo la ficción literaria en particular, Jorge Volpi expone que no nos permite colocarnos en escenarios no necesariamente probables pero sí posibles. Escenarios muy similares a situaciones que nos podamos encontrar en nuestra propia vida.
“La literatura nos permite ensanchar nuestra idea de lo humano. Estar entre ficciones no nos hace mejores pero sí nos permite conocernos a nosotros mismos y a los demás”.
Escribe Volpi en Leer la mente que la ficción no es sino fruto del proceso que nos permite concebir las ideas que tenemos de los demás y de nosotros mismos.
“Invento mi ‘yo’, así como los ‘yos’ de los demás, mediante un procedimiento análogo al que me permite concebir una narración en primera persona o describir la conducta y los pensamientos de un personaje en tercera persona”.
(…)
“Mal que nos pese, todos somos ficciones. Ficciones verdaderas. Si no fuese así, tendríamos que conformarnos con encarnar las palabras del poeta: “polvo y arena”.
Aquí la entrevista
Victoria: gracias por la referencia. Pongo el link: http://goo.gl/DGsZx
Eso me parece!!… Que en este largo o corto trayecto (según como se mire) de la médula al centro de decisiones hay mucha tela que cortar (imaginación, memoria, miedo… ) que acaban falseando lo que es con lo que parece ser. Pueden ser dos historias completamente distintas. Algo parecido a lo que nos ocurre cuando tergiversamos la realidad exterior a nuestro antojo.
Saltada la barrera de lo “Bio” sin dañarse, una cosa es la realidad y otra la interpretación.
saludos
Este documental de informe semanal va como anillo al dedo. “Viaje al interior del cerebro” :
http://www.rtve.es/alacarta/videos/informe-semanal/informe-semanal-viaje-interior-del-cerebro/701180/
Sabemos que los sentidos nos engañan, que el cerebro no siempre distingue entre lo que ve y lo que imagina, pero…¿qué huella química deja un recuerdo?, ¿se puede manipular nuestra memoria?. Dicen los expertos que la inteligencia no es sólo conocimiento y genética sino aprendizaje y pasión. Cada ser humano puede esculpir su propio cerebro, una máquina biológica que se modifica con el sufrimiento, el aprendizaje y la enfermedad. Informe semanal se adentra en los secretos de la mente, de la mano de científicos españoles que trabajan en el proyecto internacional Blue Brain.
saludos
Para Rafael Torres:
¿Podría por favor decir cómo dianosticar el dolor crónico, cuál es su patrón clínico reconocible?
Si el dolor es un output en el que intervienen un montón de factores, de los cuales hay varios psico y sociales, hay un patrón común a todo paciente con dolor crónico, o cada paciente puede presentar un patrón diferente?
Podría también darme una definición de qué es dolor crónico, ya que la literatura es tan poco concreta? Cómo podemos descartar el dolor en ausencia de nocicepción?
David Butler, en su modelo de las “twin peaks” habla de la tolerancia del tejido, y de la protección del tejido por el dolor para evitar su daño. También habla, que en caso de disminución de la tolerancia del tejido, parece que el dolor protector de la nueva tolerancia aparece mucho antes para asegurase que no hacemos un daño, y que debemos trabajar en ese nuevo “gap” con el dolor para ir aumentando la tolerancia.
Es esa tolerancia alterada cosecuencia de una lesión siempre, o puede que el tejido si estar dañado (necrosado) esté débil por desuso, abuso, carga irregular del mismo, fatiga,….
Eso es dolor, nocicepción daño. Si ese dolor se prolonga en el tiempo es crónico, o hasta que no produce una sensibilización central no lo es. Puede haber sensibilización central provocada por periférica. Es decir que existan cambios centrales, pero que persista ese daño/alteración relevante porque la tolerancia del tejido está disminuida y por lo tanto no puede cumpir su función.
Y si es así, cómo podemos detectar la tolerancia de cada tejido, en cada paciente y ver si entra o no en un patrón reconocible. Es mejor un abordaje que otro?
Siento el aluvión de preguntas y si puede me contesta, porque le agardecería que me ayudara a entender esta compleja situación, que de forma tan simple parece que se puede reconocer y yo desconozco. Me sería de mucha ayuda para con mis pacientes.
Un saludo
Joaquinwct: gracias por la referencia al video. No creo que exista la función o actitud de engaño en el cerebro. Simplemente, el cerebro se equivoca pues hace cálculos probabilísticos que contienen error. Con el aprendizaje se abre la posibilidad de disminuir la cuota de ese error.
El reportaje habla de cuestiones muy básicas cerebrales que debieran formar parte de lo que se enseña en escuelas y univesidades pero no es así. Se sigue haciendo pedagogía sobre un modelo dualista descerebrado. Por eso los contenidos tienen aire futurista, casi mágico como si ahora estuviéramos descubriendo gracias a poderosas máquinas lo que ya científicos y filósofos del siglo XIX habían propuesto. Prometen, por supuesto, fármacos para todo, sin referirse a la cultura.
Viene bien la divulgación de cerebro pero hace daño a las expectativas de los ciudadanos si no hay una buena pedagogía acoplada.
Gracias. Saludos
Gracias a ti Arturo por todas tus aportaciones!
Creo que la ciencia por su enorme tendencia a mirar siempre hacía el futuro, al vanguardismo, se obsesiona demasiado en la divulgación de aquello que puede rentabilizar (robots, farmacos, máquinas…) dejando demasiado de lado la utilidad del conocimiento en los aprendizajes.
Otro buen ejemplo de futurismo, es este documental muy interesante:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-noche-tematica/noche-tematica-inmortal/1247820/
Sobre la llave de la eterna juventud, el verdadero elixir de la vida. Una enzima, llamada telomerasa, mantiene el ADN joven y permite que las células puedan duplicarse infinitamente. Con este descubrimiento se podrá retrasar el envejecimiento. La mala noticia es que al activar las células cancerígenas también puede matar. En 2009, el descubrimiento del mecanismo que mantiene jóvenes nuestras células y activa el cáncer recibió el premio Nobel de Medicina.
Saludos