Ayer una padeciente de Fibromialgia cayó en este blog y comentó:
“Me parece que acabo de aterrizar en otro planeta cuando leo sobre pedagogía para mejorar los síntomas. ¿De qué se trata exactamente? ¿Qué recomendaciones me puedes dar?”
Realmente vivimos ya en el planeta de la Pedagogía. Desde que nacemos estamos insertados en ella. Modelos a seguir, experiencias propias y ajenas, consejos, premios, castigos… No es posible evitar el aprendizaje guiado.
Las acciones, emociones, creencias, expectativas y percepciones estarán influidas por el proceso pedagógico de cada cual, un proceso fuertemente socializado.
La Fibromialgia es una de las muchas expresiones del devenir pedagógico. El cerebro ha aprendido a activar programas defensivos sin justificación porque el proceso de aprendizaje se ha desarrollado en una determinada Pedagogía, una Pedagogía que sensibiliza las áreas cerebrales que evalúan la probabilidad de enfermedad, los contextos en los que debe activarse el programa “respuesta de enfermedad”, responsable de los síntomas característicos de la Fibromialgia.
En el planeta políticamente correcto de la Fibromialgia no se considera el proceso pedagógico. Se da por supuesto que es una enfermedad como otras muchas en las que se buscan genes, virus, estreses físicos y emocionales que dejan huella psiconeuroinmunoendocrinológica, alimentos inconvenientes o cualquier otra causa potencial. No existe un cerebro escolarizado, adoctrinado, asustado.
La Pedagogía no se ofrece para mejorar los síntomas sino para modificar las redes de creencias, los programas que evalúan la conveniencia de activar la alerta a enfermedad. Lo que se ofrece es una posibilidad de interpretar la situación desde otra perspectiva. Confrontamos una nueva pedagogía para disolver activamente, con esfuerzo, la pedagogía automatizada, inconsciente, políticamente correcta, aparentemente creíble, responsable del encendido de los síntomas.
– Tengo Fibromialgia.
– Tenemos que revisar su Pedagogía y modificarla a favor de una convicción de salud.
– YO no tengo ninguna Pedagogía rara. Tengo dolor, cansancio, insommio… Eso es lo que necesito modificar, aliviar…
La Pedagogía de los diagnósticos y tratamientos nos impide ver la patología del proceso pedagógico, sus errores de bulto, su sensibilización injustificada.
En Septiembre dí una charla en la Asociación Española de Pacientes con Cefalea. Recientemente he repetido la propuesta pedagógica en Avila, en el Congreso de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga crónica. Tengo la sospecha de que el mensaje no ha llegado al colectivo en ninguna de las ocasiones. La Pedagogía Políticamente Correcta (PPC) no necesita un esfuerzo escolar para que funcione. Se refuerza a diario con cada incidencia de los síntomas. Reina y gobierna.
Hay una corriente muy incipiente, embrionaria, que promueve la pedagogía en Neurobiología para racionalizar la gestión cerebral del dolor. De momento a los pacientes les sugiere origen extraterrestre, alienígena.
De la Wikipedia… La alienación o enajenación es el fenómeno de desposeer al individuo de su personalidad, controlando y anulando su libre albedrío, para hacerle dependiente de lo dictado por otra persona u organización.
Una expadeciente de Fibromialgia, Lurdes, escribió en este blog el relato de su curación a través de la Pedagogía (“El milagro de Lurdes”). Para sus antiguas compañeras de sufrimiento el proceso curativo no podía entenderse mas que como una enajenación mental…
– Se ha apoderado de su mente…
El mundo de la mente da miedo. Tememos sus desvaríos, el que alguien se apropie de la libertad de decidir y nos controle. Por eso buscamos el refugio en la Pedagogía Políticamente Correcta, la del grupo que nos da identidad, esperanza, derecho, legitimidad en la lucha.
– ¿Pedagogía? ¡Qué bobada! Lo que necesito es una solución. Me sobra Pedagogía. Si sabré YO lo que es esta enfermedad…
Como siempre claro y certero. Te adjunto el enlace de una viñeta que me ha recordado a todas esas personas a las que haces referencia que “no quieren aprender”. Un saludo.
http://elestafador.com/wp-content/uploads/2011/10/martirena-hipocondria-2.jpg
Raúl: la viñeta es muy gráfica pero me temo que puede ser, una vez más, malinterpretada. Tiende a considerarse la mente como algo innombrable. Saludos
Precisamente esa es la idea Arturo. Se tiende a considerar la mente como algo etéreo e intangible, situado dentro de nuestra cabeza. Al mismo tiempo, mucha gente considera sinónimo cerebro y mente, y de ahí los numerosos rechazos a la explicaciones sobre el origen del dolor de muchos pacientes. Cuando se les explica que su dolor puede ser algo erróneamente provocado por su cerebro, argumentan que no están locos, que no tienen problemas psicológicos y que su mente no es la culpable de su dolor. Al menos estos son muchos de los comentarios que diariamente veo en consulta (cabe mencionar que soy fisioterapeuta).
Al hilo de tus últimas entradas en el blog, hace tiempo intenté dar mi punto de vista en un grupo de Facebook sobre fibromialgia. Sinceramente no pude hacer más que un par de comentarios pues la respuesta no fue en absoluto satisfactoria. Pero me gustaría destacar dos comentarios que leí que reflejan claramente algo de lo que has expuesto sobre este tema. En primer lugar el caso de una chica (sin un diagnóstico oficial de fibromialgia) que llevaba meses peregrinando por diversos especialistas sin que hallaran la causa de su dolor crónico. En uno de sus comentarios decía textualmente: “Estoy harta de tanto sufrir. Tengo tantas ganas de que por fin me saquen algo…”. En segundo lugar, un comentario de una persona diagnosticada de fibromialgia hacia un par de años que relataba todo su cuadro clínico y finalizaba diciendo “… y cuanto más leo y me informo, pero me encuentro”.
Un saludo y gracias por tus magníficas aportaciones.
Raúl: hasta ahora todos mis intentos de transmitir mis propuestas al colectivo de Pacientes (migraña o fibromialgia) o a páginas web de pacientes han sido infructuosos. Afortunadamente siempre aparecen pacientes individuales que lo entienden, aceptan y se ponen las pilas. Hay un efecto, en mi opinión potencialmente pernicioso, en la información que se difunde y, lo que es peor, no se toman las debidas precauciones. Siempre hay expertos que asesoran y facilitan esa información pero me temo que para ellos tampoco existe el mundo evaluativo del cerebro, con su patología del error.
Cuando se rescata a alguien de ese infierno kafkiano se justifican los esfuerzos.
Saludos
Arturo, no me queda claro lo que propones. No puedo quitarte la razón pero tampoco puedo dártela. ¿Pedagogía? Sí, pero qué es pedagogía. Pedagogía es todo y no es nada. ¿Basta con informar para cambiar redes neuronales? El paciente no sabía algo y ahora ya lo sabe. Eso cambia sus redes neuronales. Probablemente. ¿Es suficiente? ¿De verdad es suficiente? Puede ser. Pero hay que concretar. Qué elementos son los fundamentales para conseguir qué efectos.
En mi opinión la información, por muy cierta que sea no basta. El cómo es tan importante como el qué. Eso hay quien lo sabe desde hace tiempo. Entramos en precampaña electoral. La información de los políticos no es gran cosa, siempre la misma, pero han cuidado el escenario, el color del fondo, el movimiento de los brazos… Todos creemos que tenemos libertad de decisión, pero cuando vamos al supermercado acabamos comprando las marcas que anuncian por la tele. El anuncio es una chorrada, pero cala y de forma sutil. Los publicistas se preocupan poco por la pedagogía. No compramos el mejor producto sino el que mejor nos venden. La publicidad no deja nada al azar. Y estoy seguro que la publicidad cambia nuestros cerebros.
Hay que concretar. Si no, no hay conocimiento. Yo soy fisio. Algunos de mis pacientes tienen dolor crónico. ¿Trato al paciente de tú o de usted? ¿Qué uniforme llevo? ¿Cómo es la sala de tratamiento? ¿Mejor una sesión larga o corta? ¿Hacen falta muchas sesiones? ¿Toco al paciente o no? ¿Tratamiento activo o pasivo? Esas son preguntas concretas que tienen que ver con la interacción con los pacientes, que son susceptibles de ser investigadas y de ser aprendidas por los sanitarios. Si pedagogía del dolor equivale a informar al paciente de que no debe buscar más allá de su cerebro para explicar el dolor, puede valer como comienzo, mejor desde luego que las chorradas que se han dicho durante años a los sufridos padecientes de dolor crónico. Pero si nos quedamos en suplicar al paciente un ejercicio de introspección que le “libere” de sus ataduras, poco sacaremos en claro.
En resumen: más persuasión y menos pedagogía.
Anónimo fisioterapeuta: comprendo tus reservas pero no las comparto. Es evidente que la forma influye en el éxito de la transmisión de conocimiento pero éticamente debemos intentar facilitar al paciente lo que la evidencia señala como veraz y lo que señala como falaz. El proceso pedagógico aporta un marco interpretativo que permite a quien lo entiende y acepta modificar las evaluaciones cerebrales sobre vulnerabilidad somática y, por tanto, la percepción dolorosa. En el dolor evaluado como músculoesquelético es importante el complemento de la pedagogía funcional, la corrección de disfunciones detectadas en la exploración… Ese es vuestro terreno. Empiaza a haber estudios que demuestran la eficacia de un curso breve en el que se explica la Neurobiología del dolor. La aplicación de la Pedagogía no rechaza otras herramientas. Se limita a corregir las falsas creencias sobre estado y vulnerabilidad somática y las conductas de miedo al movimiento.
El origen de la fibromialgia reside, en mi opinión, en un error evaluativo cerebral, en la activación de lo que se entiende como programa “respuesta de enfermedad”. A través de la Pedagogía se puede modificar la gestión cerebral del programa, su modulación.
Entiendo la resistencia a creer que sólo con eso podamos conseguir nada, Eres libre de desconfiar de lo que sostengo por haberlo comprobado. No existe la no Pedagogía, los sistemas de creencias y expectativas, el placebo y el nocebo. No se trata de conseguir un buen efecto placebo sino de disolver el nocebo.
Saludos
Ya, ya. A lo que me refiero es a la concreción. Mira, los estudios de Fabrizio Benedetti sobre placebo consciente e inconsciente son concretos. Se genera en el paciente una expectativa y se observan los efectos. Cuando la naloxona bloquea el efecto placebo consciente se puede determinar que existe un efecto placebo que está mediado por la vía de los opiáceos. Eso es algo concreto. Y alguna consecuencia clínica tiene: cuando el personal sanitario pone una medicación a un paciente ingresado tiene que decirle qué le pone y para qué se lo pone porque eso tan simple ayudará a que sea eficaz. Eso es una conclusión práctica que procede de la investigación científica, que es ética, y que no es vaporosa. Un estudio sobre “curso breve” o “pedagogía” frente a otros tratamientos a mí me aporta poca información (¿curso audiovisual? ¿curso en grupos o individual? ¿quién hace el curso? ¿qué se dice y qué no se dice en el curso?). Hay que sacar conclusiones de las que todos nos podamos aprovechar.
Benedetti les dice a un grupo que ha aplicado una crema inerte que es una crema analgésica y los estímulos duelen menos A otro grupo le dice que es una crema algésica y duele más.
A un grupo de padecientes les convences que tienen una enfermedad misteriosa incurable y si se lo creen tienen más dolor. A ese mismo grupo puedes tratar de convencerles de que están sanos y les dolerá menos.
No sé qué tiene que ver la naloxona con todo esto o la administración oculta de analgésicos que resulta ineficaz….
No he hecho un trabajo de material y métodos. Me limito a exponer una teoría basada en conceptos demostrados de Neurofisiología básica. Puede hacerse un trabajo de teorización de búsqueda de hipótesis. Más adelante vendrán las comprobaciones y refutaciones.
Hemos iniciado un ensayo preliminar con pacientes de migraña. Más tarde procederemos a diseñar un trabajo con material y métodos cuidadosamente definidos para demostrar o refutar que la Pedagogía, tal como la apliquemos, funciona.
Lo que se dice y no se dice se corresponde con lo que se expone en el blog adaptado a cada paciente.
Dolor no es igual a daño… No hay correlación entre dolor y hallazgos radiológicos… el dolor no surge de los tejidos sino del cerebro… existe un sistema de recompensa… el efecto nocebo… la importancia de las creencias y un largo etcétera.
Siento de veras que conozcas poco el trabajo de Benedetti. Te invito a escuchar o leer la entrevista en el Brain Science Podcast. Muy interesante y concreto.
http://www.brainsciencepodcast.com/bsp/neurobiology-of-placebos-with-fabrizio-benedetti-bsp-77.html
http://www.brainsciencepodcast.com/storage/transcripts/year-5/77-brainscience-Benedetti.pdf
Sin nombre: conozco perfectamente los trabajos de Benedetti.
Antes de tomar contacto con lo que expone el Dr Goicoechea , que tengo entendido no ha inventado él , yo no tenía mas que explicaciones embarradas y confusas acerca de lo que era una migraña, cómo se producía y que la desencadenaba. Me sentía absolutamente culpable de no acertar a saber cuáles eran mis desencadenantes o de saltarme las normas y desobedecer a mi neurólogo. Me daba miedo todo y llego un momento que mi peregrinaje en busca de una solución tocó a su fin porque lo último que me explicaron fue que todo tenía que ver con “algo ” psicológico que residía en mí (como ya no había nada más que prohibirme o prescribirme los ojos del neurólogo se posaron sobre mi personalidad, ansiedad, una depresión , un hecho traumático o sabe Dios qué ) y entonces si que me asusté porque conozco bien el DSM IV y me olía que no iban por ahí los tiros.
Las clases sobre neurobiología del dolor me han servido para tener un marco interpretativo y explicativo acerca del por qué de la migraña y puedo asegurar que han cambiado para siempre mis creencias acerca de este tema y la forma de afrontar el problema.
Gracias mil por darnos esta información aunque cada uno la aplique con su propio método. Gracias por difundir de forma fácil y comprensible conceptos tan complejos y tan desconocidos tan generosamente.
Los que hemos tenido la oportunidad de aprender ya no SOMOS “migrañosos” , ahora hablamos con un lenguaje nuevo con el que expresamos conceptos que explican a la perfección lo que hemos padecido o padecemos y que a muchos nos ha liberado del miedo , la culpa y la indefensión.
Gracias por las clases magistrales. Son impagables.
Un saludo.
Sin nombre: recomiendo a los lectores la lectura de la entrevista cuyo link adjuntas. Benedetti estudia el o los efectos placebo y nocebo en laboratorio. Hay un aprendizaje inconsciente, pavloniano y otro consciente (o preconsciente) basado en expectativas. No toca el tema de la cultura, la construcción de significados (tal como lo hace Moerman) que es lo que a mí me interesa y ocupa.
Benedetti sí remarca, de pasada y al final, la importancia del diagnóstico, su etiqueta y relevancia. Diagnosticar Migraña o Fibromialgia activa todas las expectativas que ese etiquetado contiene. Esas expectativas provienen de la enculturación. Son efecto nocebo. Desde esa perspectiva ya no se trata de optimizar el efecto placebo con diversas terapias y expectativas sino luchar contra el nocebo, es decir, trabajar la acción antinocebo. A eso me dedico, construyendo teorías, hipótesis, apoyadas en lo que la Neurociencia nos va enseñando.
Vale. A mí me interesa mucho el efecto nocebo de las terapias manuales (que son pasivas) en dolor crónico. A los fisioterapeutas nos cuesta mucho renunciar a ellas porque nos han enseñado que son la esencia de la profesión.
Defiendo que hay que tocar poco y hacer participar mucho al paciente. Las terapias activas, sobre todo el ejercicio terapéutico es un buen camino. Sin embargo, el cumplimiento de los pacientes con los ejercicios es un problema, por eso hago tanto hincapié en las capacidades de comunicación y persusión de los profesionales de la salud. La pedagogía se me queda corta, mejor “información + terapia activa”. El paciente tiene que hacer algo concreto para curarse.
Sin nombre: nada que objetar. A lo largo del blog lo he dicho varias veces: no sólo tejidos; siempre cerebro. No sólo tejidos; siempre cerebro. Los fisios tenéis las manos y la palabra… y el encuentro con un paciente con expectativas, condicionamientos y creencias. Gestionar todo eso es un acto complejo que cada profesional oficia desde su responsabilidad. Si quieres llamar a la Pedagogía información vale. No veo la diferencia. La terapia activa también contiene información y/o pedagogía al organismo
Sin nombre: perdón. Corrijo. No sólo tejidos, siempre cerebro; no sólo cerebro, siempre tejidos
Soy elena y sigo sin entender nada. Veo que los comentarios son enfocados a gente que trabaja en medicina porque yo no saco nada en claro. Me sigue pareciendo otro planeta. ¿Puedes hacer una explicación sencilla y directa por favor diciendo de qué se trata lo que propones?
Gracias
Elena: no es fácil dar una explicación sencilla convincente. No es fácil exponer en unas líneas cómo funciona el cerebro humano, cómo gestiona los programas defensivos. No es fácil disolver explicaciones previas que impiden entender y aceptar lo que aquí se propone.
La idea no es tan complicada. El cerebro humano aprende a valorar peligro y activa las alarmas cuando así cree que debe hacerlo. Protege el organismo como podemos proteger los padres a nuestros hijos. La valoración de peligro puede desviarse hacia el exceso y hacer que se activen programas de enfermedad cuando realmente el organismo no está amenazado. Esto sucede tanto en el sistema inmune como en el sistema nervioso, dando lugar a enfermedades como la alergia, artritis reumatoide (por parte del sistema inmune) o la migraña o fibromialgia (por parte del sistema nervioso).
Los errores por exceso (hipervigilancia, hipersensibilidad) se pueden corregir teóricamente. Los del sistema inmune con vacunas y los del sistema nervioso con pedagogía, con información.
El cerebro construye una idea o esquema sobre el estado del organismo, su vulnerabilidad y procurará que el individuo ajuste su conducta a esa idea. Si ese esquema no se corresponde con la realidad, a través de la información: exponiendo la idea de organismo sano-cerebro equivocado frente a la de enfermedad misteriosa (organismo enfermo).
Es una nueva vía que se está abriendo paso: la “educación en neurofisiología del dolor” y que está dando frutos en el dolor crónico “músculoesquelético”, en la fibromialgia, migraña… En unas pocas sesiones se explica la estructura neuronal que vigila y defiende los tejidos, la participación cerebral con dos ideas básicas: 1) no siempre hay correlación entre dolor y daño y 2) los programas cerebrales equivocados pueden reeducarse.
Habitualmente la información que se da es: 1) es una enfermedad misteriosa, incurable 2) tiene que sobrellevarla con dignidad y tratar de vivir a pesar de la enfermedad.
Desde nuestra perspectiva decimos: 1) el organismo está sano pero el cerebro activa falsas alarmas. 2) se puede reprogramar, reeducar.
Por el blog, con libros es, a veces, complicado explicarlo. Con el paciente enfrente es más fácil aunque no siempre se acepta algo que, realmente es fácil de entender pero no de dar por válido.
Me temo que seguimos igual. Quizás si me concreta algo las dudas puedo ayudarle.
En el libro que he escrito: “Migraña, una pesadilla cerebral” se explica de modo más comprensible.
Estoy a su disposición. Saludos
Elena, te aconsejo, sin ninguna duda, el libro “Migraña, una pesadilla cerebral”. Es un libro escrito para los que padecemos y no entendemos. No entendemos el porqué de nuestro sufrimiento ni entendemos de medicina, ni de neurología, ni de farmacología. Las explicaciones son claras y sencillas y se ilustra con ejemplos y metáforas muy amenos y con cierto humor. Yo me lo he leido en dos dias con auténtica pasión y puedo decirte que no sólo me ha ayudado a mi, sino que como profesional de la psicologia veo en él una herramienta terapeutica muy útil que sin duda trabajaré y recomendaré.
Aprovecho para felicitar y agradecer al Dr. Goicoechea esta inestimable aportación.
Un abrazo.