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El error con Descartes

Hasta René Descartes (1596-1650) las propuestas sobre origen y significado del dolor contenían espíritus, energías, dioses airados, desequilibrios humorales…

Desde Descartes, el dolor tiene que ver con tejidos en apuros que estimulan los nervios vigilantes:

Si los filamentos que componen la médula de estos nervios sufren una tensión con fuerza tal que llegan a romperse, separándose de la parte del cuerpo a la que estuvieron unidos y de forma que toda la estructura de la máquina se viera, en cierto modo, deteriorada, entonces el movimiento que causarán en el cerebro dará ocasión para que ese alma, interesada en que se vea conservada su morada, sienta dolor.

Algo nocivo (por ejemplo una llama de fuego) destruye tejido y los nervios detectan la perturbación, informando al cerebro. Desde este se organizan respuestas defensivas. Los animales gritan, huyen, se defienden. Pura maquinaria. Mecanismos reflejos. Todo indoloro. Para Descartes el dolor es patrimonio del alma y el alma es sólo de los hombres. Sin alma no hay dolor.

Probablemente Descartes estaba equivocado. No hace falta ese algo inmaterial, adimensional, esa entidad pensante (rex cogitans) para justificar las emociones, la percatación del sufrimiento, la consciencia. Sabemos que el alma cartesiana puede reducirse al cerebro, algo material, dimensional, cuantificable, experimentable… Los animales con los que Descartes investigaba gemían de dolor porque tenían un cerebro… interesado en que se viera conservada su morada… los tejidos que René viviseccionaba.

Las propuestas de Descartes, ilustradas con dibujos, fueron curiosamente malinterpretadas. Acabó diciéndose que Descartes decía que el dolor surgía de los tejidos y se conducía por los nervios al cerebro.

Descartes anduvo errado en lo del alma exclusiva humana … El error de Descartes…

La Medicina erró al interpretar la propuesta cartesiana. Convino en sostener que, tal como dibujaba Descartes, el dolor surgía en los tejidos y nervios mortificados y que al cerebro sólo le correspondía recibir noticia de él y darle significado, relevancia emocional y respuesta.

Los cartesianos erraron con Descartes en el dolor… El error con Descartes…

Actualmente subsisten y conviven los dos errores:

1) En ausencia de daño relevante, el dolor es cosa si no del alma cartesiana, sí de ese algo inmaterial, psicológico, emocional, psicosomático, funcional… El error de Descartes actualizado…

2) El dolor, en presencia de lo que cada cual considere como relevante para los tejidos, proviene de allí donde se siente: de la columna si lo sentimos en la zona raquídea, de la nariz, del codo… El dolor no se proyecta a los lugares sino que proviene de ellos… El error con Descartes está servido…

El cerebro es un artista. Consigue engañarnos fácilmente. Nos hace creer que sucede lo que teme. Así consigue las conductas que desea. Parece que algo mecánico impide y penaliza el movimiento:

– Me duele la columna (El error con Descartes)

– Es psicológico (El error de Descartes)

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7 comentarios en «El error con Descartes»

  1. Iba a decir que recomendaras la lectura de El Error de Descartes de Antonio Damaso, pero veo que en 2009 ya lo hiciste: http://arturogoicoechea.blogspot.com/2009/04/antonio-damasio-el-error-de-descartes.html

    Así que recomendaremos otro de sus libros, En busca de Espinoza.

    Y a propósito de tu entrada de hoy, anoche comentaba yo en el blog algo sobre adoctrinar a los pacientes en el «daño estructural», como seguimos haciéndolo aunque sea sin querer, y como destacan en esto los «quiroprácticos» americanos. http://estonotienebuenapinta.blogspot.com/2011/09/lavando-cerebros-y-rompiendo-columnas.html
    Si echas un vistazo a los dos primeros vídeos, entenderás a lo que me refiero. Los demás, a no ser que quieras pasar un mal rato, puedes ahorrarte verlos.

    Un saludo

  2. Yo no creo en la separación de cuerpo y alma. Sí creo que si te das un golpe, duele. El cerebro te dice: «ponte una tirita, mira si te has hecho algo gordo». Si te das una serie de golpes en las circunstancias de la vida, duele. Incluso físicamente. Igual que el cuerpo te obliga a tumbarte si te encuentras mal físicamente, si llevas una vida desgraciada y llena de «palos», el cuerpo te dolerá, y te obligará a pararte y pensar: «mira a ver si la vida que llevas está mal, si hay algo en tu conciencia que te come por dentro». Todo lo físico es físico, pero a veces también tiene raíces en la propia mente. Después de todo, estamos encerrados en nuestro cerebro y a veces su forma de hablar es manejando nuestro cuerpo. En realidad el dolor siempre es «psicológico» (lo encarga el cerebro). A veces nos llega el encargo por motivos más allá de lo puramente físico. Yo lo entiendo así. Los problemas del coco, tienen factura física, cómo no.

  3. Carlos. Suscribo la entrada de tu blog. Los vídeos son… no encuentro la palabra… Creo que cada cual tenemos una cuota de barbaridad incluida en nuestras teorías y aplicaciones. Toda prevención sobre el rigor biológico de lo que proponemos, justificamos y hacemos es poco pero estos individuos se pasan mil pueblos…

    En mi opinión el libro fundamental de Damasio, menos conocido, es «La sensación de lo que ocurre». Puede que esté agotado.

    Saludos

  4. Carola: con todo mi respeto no comparto tu reflexión. Sucede tal como tú indicas que «lo emocional» pasa facturas en forma de dolor. Lo hace, pero no debiera hacerlo. En la entrada de mañana me extenderé en esa cuestión.

    Saludos

  5. Apreciado Arturo, no debiera, pero es eso, que «lo hace». Será un caso minoritario o raro, pero ¡ocurre!. Ya ya puedes visitar decenas de consultas porque nadie encuentra que un dolor de espalda o de cabeza, es eso, pero también puede ser una depresión, o ansiedad, que no debería tener nada que ver con tu espalda, o con tus rodillas, pero ocurre.

  6. Carola: hay que ayudar al cerebro a minimizar los errores en sus decisiones. Activar la percepción de dolor en ausencia de daño físico relevante es un error. Aceptarlo facilita el error. En mi opinión deben detectarse problemas en todos los planos posibles y tratarlos separadamente. Creo que los padecientes lo agradecen. Es una cuestión muy interesante, abierta a los posicionamientos. Espero definirla, desde mis propuestas, mañana

    Saludos

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