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Dolor de cabeza “de tipo tensional”

 

Los neurólogos distinguen dos tipos de dolor de cabeza primarios (no asociados a patología orgánica): el tipo migrañoso (dolor muchas veces en un hemicráneo, intolerancia digestiva y sensorial, auras) y el tipo tensional (dolor no lateralizado, sin intolerancia digestiva ni sensorial, sin auras).

Al tipo migrañoso se le han buscado orígenes genéticos, vasculares y neuronales y desencadenantes hormonales, meteorológicos, alimentarios, químicos… mientras que en el tipo tensional se ha puesto el punto de mira de las causas en “lo muscular” o “miofascial” con desencadenantes posturales, sobrecargas mecánicas, contracturas musculares, es decir, físicos

En ambos tipos, por supuesto, el estrés, la influencia de “lo psicológico”, con más impacto para el tipo tensional.

El término tensional es entendido como tensión muscular, ubicada para unos en la musculatura pericraneal y para otros en el cuello o en la articulación témporomandibular.

Un mal día lo puede tener cualquiera y no tiene nada de particular que duela la cabeza con el ajetreo, el mal dormir o las preocupaciones aunque no se den explicaciones de cómo se genera el dolor en esas circunstancias. La cefalea tipo tensional esporádica es normal, comprensible en sí misma. Un paracetamol, una aspirina o un ibuprofeno y a correr…

Otra cosa es la reiteración del dolor (cefalea tipo tensional frecuente) o su cronificación (cefalea tipo tensional crónica). Aquí ya hay que buscar origen y remedio no analgésico-antinflamatorio (los analgésicos ya no funcionan y se corre el peligro del abuso y de las complicaciones). Los nervios y el desánimo se suponen y justifican el uso de tranquilizantes y antidepresivos. Otros suponen la contractura muscular y disponen masajes relajantes. Otros detectan puntos gatillo y/o sensibilidad aumentada a la presión del cráneo y recomiendan punciones secas o húmedas (botox).

No queda claro, por electromiografía, si los músculos presuntamente responsables, presuntamente contraídos, lo son y están, realmente. Parece que la sensibilidad a los estímulos está aumentada en general, donde duele y donde no. Puede que eso explique el dolor o no sea mas que una consecuencia del bombardeo reiterado previo de señal nociceptiva proveniente de unos músculos (o tejidos miofasciales) tensados, unas uniones neuromusculares hiperexcitadas (puntos gatillo) o unas piezas osteoarticulares con sobrecarga mecánica.

El cerebro anda preocupado, hipervigilante, sensibilizado ante tanta señal de inconveniencia osteoartroneuromiofascial. Si silenciamos las señales en la periferia, allá donde duele, puede que el cerebro recupere el sosiego y se rompa el círculo vicioso. El caso es aliviar el dolor. Si lo conseguimos es que la terapia es adecuada.

En el universo de “lo tensional” caben todas las propuestas, desde las estrictamente periféricas (nociceptivas) a las puramente centrales (evaluativas). Hay sitio para huesos, articulaciones, músculos, nervios, fascias, miofascias, placas motoras, angustias, desánimos, catastrofismos e hipervigilancias.

Es tarea del profesional dar con la medida de cada factor en cada padeciente después de conocerlos y considerarlos todos y decidir la estrategia más adecuada, pensando en el corto, medio y largo plazo.

Debe darse a los tejidos lo que está en los tejidos y al cerebro lo que le corresponda como responsabilidad.

No se trata de esto o lo otro sino de esto, lo otro y lo de más allá… y más acá. La nocicepción es una función sistémica, integrada, con flujo bidireccional de información, sometida al riesgo de lo circular, retroalimentado, reverberante.

No sólo hay tejido. Siempre hay cerebro.

No sólo hay cerebro. Siempre hay tejido.


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    4 comentarios en «Dolor de cabeza “de tipo tensional”»

    1. “No sólo hay tejido. Siempre hay cerebro. No sólo hay cerebro. Siempre hay tejido”

      Creo que es una frase sencilla, pero para enmarcar. Refleja todo un pensamiento ponderado a tener en cuenta en nuestras estructuras cognitivas de razonamiento clínico y un golpe certero en la línea de flotación del pensamiento dualista, tan propio de la medicina y la fisioterapia.

      Genial. Un abrazo!

    2. Océano Mar: en las diatribas viene bien recurrir al gran Perogrullo. No existen los tejidos no representados-evaluados históricamente en el cerebro ni esas representaciones han podido construirse “sin noticia de los tejidos”. El dolor siempre contendrá una narrativa que contiene realidad y virtualidad integradas.

      Gracias y un abrazo

    3. Hola Arturo:
      Parece que esta entrada me viene como anillo al dedo… Desde hace algun tiempo, como ya te he contado, tengo la etiqueta de padeciente de “Cefalea tesional cronica”, creo que de tipo II que dicen algunos, por cursar con escaso o a veces inapreciable dolor, pero con una sensacion de presion en la cabeza importante, acompañada de inestabilidad (yo antes lo llamaba mareo o vertigo, pero parece que llamarlo inestabilidad es mas adecuado)… y que se prolonga a lo largo del tiempo…
      Tras un periodo de mejoria, he vuelto a las andadas, y como bien dices, “el cerebro anda preocupado, hipervigilante, sensibilizado ante tanta señal de inconveniencia osteoartroneuromiofascial”, y esto dispara mi ansiedad, que alimenta la sintomatologia…
      El osteopata al que he visitado una temporada, no se explica que esto no remita, que no haya llegado a mi aun a la “liberación” que experimentan algunos padecientes, y que a pesar de los masajes, estiramientos, desbloqueos y explicaciones esto no termine de remitir… Reconociendo una cierta anormalidad osea y muscular (contracturas, inflamaciones, etc…), considera desmedida la respuesta, con lo que se postula la labor del cerebro, como amplificador de todo esto…
      Tras un largo año y medio , mi medico de cabecera me ha enviado a fisioterapia… Casi mas de lo mismo… hay contractura, e inflamacion, pero la tension esta generada un palmo mas arriba del cuello, en el cerebro: el stress deshidrata, lo que produce tensiones y contracturas, el cerebro tambien alimenta el proceso… La respuesta es una suma de sintomas fisicos, objetivos y subjetivos, y una desazon por volver a las andadas… Y la busqueda de la respuesta y del remedio
      Posturas, ejercicios, amitriptilina, tranquimazin… Si pero no, funcionan, mas o menos, a dias… Esa es la percepcion, aunque es posible que sea el cerebro el que decida cuando estoy mejor o peor… Cuando retomé la amitriptilina, sentí mejoria, no se si por la confianza en el medicamento, pasado un tiempo y algunas crisis, vuelvo a estar peor, posiblemente por la perdida de fe en el medicamento…
      Curiosamente, las fiestas de mi pueblo mantuvieron la sintomatologia a raya un par de dias o tres… Curiosamente creo que mi cerebro tambien estaba de fiesta…
      Gracias por poner un poco de luz en este mundo de padecientes que claman en el desierto.
      Un abrazo desde estos calurosos campos…

    4. Jaime: no sé qué pueda decirte que no te haya ya dicho ni tú desconozcas. Siento rabia e impotencia por ver que sigues viviendo en una continua zozobra residiendo como probablemente (perdón, con toda seguridad) lo haces en un organismo razonablemente sano.

      En verano hay muchas fiestas por los pueblos. Tendrás que multiplicarte.

      Un abrazo

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