Está muy extendida y cultivada, tanto por profesionales como padecientes, la idea de que la columna es algo muy delicado, una estructura vulnerable que sufre las consecuencias del bipedismo. Liberar las manos, dicen, nos pasa la factura evolutiva de la sobrecarga lumbar, con el consiguiente dolor. ¿Duele? Está claro: sobrecarga mecánica, tejidos estresados.
¡Siéntese bien! ¡No coja pesos! ¡Cuidado con la columna! ¡Fortalezca la musculatura! ¡Reposo!… En definitiva: miedo
El miedo al daño somático está implícito en el dolor. El padeciente teme al dolor porque teme al sufrimiento pero da por sentado que si duele en un momento, lugar y circunstancia es porque la zona doliente está sufriendo físicamente. Cualquier acción terapéutica que alivie el dolor será interpretada como una acción que protege los tejidos. Cualquier conducta evitadora del dolor será también interpretada como una acción protectora preventiva de la integridad física.
Se da por segura la equivalencia entre dolor y daño. El dolor es lo que informa del daño actual. Modificar el dolor con cualquier acción modifica el estado de los tejidos. Duele menos… luego los tejidos han obtenido alivio de lo que les mortificaba.
Falso. Radicalmente falso. Peligrosamente falso.
La columna es robusta, muy robusta y, en ausencia de situaciones excepcionales de lesión aguda, soporta perfectamente las cargas mecánicas cotidianas, incluido el acarreo de pesos… El miedo al movimiento no está justificado. Más bien está contraindicado. Un cerebro que valore columna vulnerable activará programas defensivos de mala calidad funcional y con facilitación de dolor. El padeciente concluirá, erróneamente, que su columna no está para muchos trotes, cerrando así el círculo vicioso.
Investigadores daneses y noruegos han comparado la evolución de dos grupos de padecientes con dolor crónico lumbar. A unos les educaban en la confianza en la robustez de la columna y a otros en el santo temor al movimiento. Al menos iban igual los dos grupos y, probablemente, mejor los del grupo educativo.
No es infrecuente en la práctica médica que se actúe de forma generalizada en dirección opuesta a lo que la evidencia señala. Si duele la zona lumbar, haga caso a las evidencias: tenga miedo al miedo. Muévase confiado. Si lo hace con miedo al dolor-daño sufrirá usted y su columna, su cerebro reforzará en cada acción la idea de vulnerabilidad y se convertirá usted en uno más de la legión de convictos y confesos de “padecer de la columna”.
Es necesaria la escolarización en dolor de columna. Hay muchas escuelas de espalda. Mucha pedagogía para evitar el dolor y el daño. Infórmese antes de matricularse sobre los contenidos…
– Cuide su columna… está hecha un asco…
o…
– Confíe en su columna… es robusta a pesar de las apariencias…
Muy buena la entrada, Dr Arturo.
Con su blog adquirí la certeza de que , generalmente, cuando la espalda duele, no es para tanto.
Siempre había tenido la idea, luego de los hallazgos en las resonancias, que suenan impresionantes, que mi espalda era casi una zona de desastre.
Ahora, cuando me duele, ya no me asusta.
Sigo en la lucha.
Gracias, por enésima vez
Saludos
La convicción de habitar en un cuerpo perfectamente capacitado para el movimiento
es fundamental para apartar el miedo, lo has expuesto muy claro, el miedo a esa fragilidad puede ser de lo más paralizante. Gracias Arturo, un abrazo.
Ani: encantado de saludarte de nuevo. Espero que sigas arañando espacio al miedo, que, en defnitiva, es lo que alimenta el dolor.
Saludos
Lurdes: cuesta, muchas veces, convencer a los pacientes que residen en un organismo raonablemente sano y capaz de afrontar, sin riesgos, el trajín de cada día. Ese es el factor que facilita la aparición y cronificación del dolor…
Saludos
Padezco Espondilitis Anquilosante. Segundos después de escuchar el diagnostico, se dijo: “NO movimientos rápidos ni fuertes, NO domir boca abajo, NO barrer, NO limpiar el piso, NO usar almohadas, domir de costado, NO peso”… etc, etc, etc.
Leyendo esta entrada, puedo copiar y pegar esta parte: “Si lo hace con miedo al dolor-daño sufrirá usted y su columna, su cerebro reforzará en cada acción la idea de vulnerabilidad y se convertirá usted en uno más de la legión de convictos y confesos de “padecer de la columna”. Es cierto!…
A moverse sin miedo!
Gracias por estos datos Dr. Arturo G.
Ruth: en la espondilitis anquilosante se recomienda el ejercicio como parte del tratamiento y se desaconsejan aquellos deportes o actividades físicas violentas que pudieran contener un riesgo de fractura de componentes raquídeos. Cada caso requiere una evaluación distinta y siempre hay que considerar la opinión del paciente, el impacto psicológico de la enfermedad y de las recomendaciones.
En mi opinión, hay que diferenciar las recomendaciones prudentes del miedo al movimiento o las posturas sostenidas. Si se aplica el modelo del miedo se corre peligro de asociar a las limitaciones físicas de la enfermedad las inducidas por un patrón sostenido de programas cerebrales defensivos, alarmistas. La incidencia de fibromialgia en enfermedades reumáticas es alta. La fibromialgia puede ser más invalidante para el paciente que la propia enfermedad. Las propuestas alarmistas alimentan la aparición de dolor cronificado con una dinámica propia.
Saludos
Yo creo que es mas facil convencerse a uno mismo que cuando hay dolor sin daño no pasa nada ,que hacérselo creer a otra persona aunque sea de tu entorno que se encuentre en esa situacion,a mi por lo menos me está costando mucho,allá ellos yo por la confianza que me dán sus argumentos me los pienso aplicar,(complejo el dolor sin daño por eso eh!!!!!),saludos!!!!!
gracias Dor. Arturo.
Domi: al menos, el intento de explicar los conceptos a los demás te servirá para entenderlos mejor tú misma.
Saludos
Gracias Dor.en eso estoy,espero sacar todo el provecho posible.
Yo que pensaba que cuando tenia dolor provenia del lugar dolorido!!!!!!! y ahora resulta que es nuestro cerebro que envia señales equivocadas,
infinitas gracias,
Buen fin de semana a todos ………Domi
Esto refuerza la idea de ” Cuando te duele, has que te duela mas” por así decirle o sea si algún movimiento con tu cuerpo hace que te duela cualquier parte del cuerpo es mejor que no temas hacerlo es cierto pero yo opino que con mucho cuidado yo tuve una lesión en mi rodilla la cual no se sabe bien que es lo que tengo pero aun así hago todos los movimientos posibles ya que practico deportes de contacto pero a la vez con mucho cuidado y no teniendo miedo si no respeto a mi propio cuerpo ya que el dolor también es una señal de que algo estas haciendo mal, algo no se encuentra bien en tu cuerpo, un poco de reposo no seria mala idea y sobre todo TENER EL RESPETO a nuestro CUERPO y las SEÑALES que nos envía.
Saludos