Todos los contenidos de la conciencia, lo que percibimos, es lo que el cerebro propone, selecciona, en base a sus evaluaciones y programas.
El cerebro propone… ¿ y el individuo..?
El individuo hace lo que puede. No manda pero tampoco es un mandado. En el escenario de la conciencia el individuo tiene voz, puede influir sobre sus contenidos a través de la imaginación guiada, la voluntad. Hasta cierto punto, podemos controlar el curso del pensamiento, los impactos emocionales y las conductas. El cerebro hace sus propuestas y el individuo expone las correspondientes contrapropuestas, a veces aprobando lo sugerido perceptualmente por el cerebro y otras rechazándolo de plano, por falta de racionalidad o inadecuación social.
Cuando duele el cerebro propone temor, amenaza, peligro, incertidumbre, en un determinado momento, lugar y circunstancia. Sus motivos tendrá. En ausencia de daño relevante consumado o inminente esos motivos emergen de los sistemas de memoria-predicción, de las “corazonadas” probabilísticas cerebrales.
Los sistemas defensivos se mueven en la probabilidad. No pueden esperar a que se consume el daño. Si consideran amenaza, al menos, avisan.
En la migraña y fibromialgia, el dolor emerge de las memorias incitando al miedo injustificado al daño y desbaratando los planes del individuo.
¿Hacemos caso al dolor? ¿Pensamos en otra cosa?
Al cerebro no le gusta que se le ignore…
– Piensa que no duele… No hagas caso… distráete con cualquier cometido…
No funciona. Si alguien te llama por teléfono y considera que lo que debe comunicar es importante insistirá en la llamada, tanto más cuanto la despreciemos…
– Suena el teléfono… ¡cógelo!
– ¡Bah! Ya se cansará de llamar… YO a lo mío… No estoy en casa…
El dolor es el modo de solicitar la atención del individuo. Desatender el aviso lo intensifica. Hay que descolgar e interesarse por el motivo de la llamada.
– Has dormido mal. Anda con cuidado con la cabeza. Está amenazada…
La convicción del individuo de que el hecho de pasar mala noche no pone en peligro la integridad física de la cabeza contiene tácitamente la respuesta a la llamada cerebral
– Recibido el aviso. No te preocupes. No va a suceder nada por dormir mal…
Al dolor no se le puede engañar. No funciona, a medio y largo plazo, el mirar hacia otro lado, el dribling. El cerebro te roba el balón con facilidad.
Si los programas cerebrales exigen el ritual del alivio, la evitación o el castigo, estamos siempre tentados a claudicar para librarnos del sufrimiento. Damos la razón a la sinrazón cerebral. Por la paz un Ave María…
Al dolor hay que atenderlo. Hay que transparentar el despropósito cerebral, exponerlo en el teatro de la consciencia y concentrarnos en la actividad prevista. Lo que hay que desatender son las evaluaciones catastrofistas irracionales del cerebro.
– Atiende, cerebro. No pasa nada. Créeme…
Claro que… uno, previamente, tiene que creerse lo que contrapropone a su cerebro.
No basta decirse algo creyendo, en el fondo, lo contrario…
Hola Arturo te escribo para decirte, que ayer tuve que “atender al teléfono”.. he tenido migraña. No lo he ignorado, porque evidentemente estaba ahí, pero he seguido haciendo mis planes, mi rutina, y una vez más NO he tomado la pastilla y el dolor ha desaparecido. He recomendado tu libro a mucha gente, es fantástico. Yo llevo dos meses sin tomar la pastilla, y me parece como un milagro. Ayer hubo momento bastantes intensos, porque me entraba naúseas, “la bola en el estómago”. Hoy he amanecido con un run run por la mañana y ahora estoy perfecta!!!!
Muchas gracias por todo lo que escribes.
Un abrazo
Gracias Sofía por alimentar con tu testimonio la confianza en las propuestas del blog.
Saludos