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Supermoléculas

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Todo es química. Todo contiene química. ¿Todo es sólo química? Eso parece, eso dicen algunos…

La complejidad de los procesos vitales parece que pueda ser explicada por obra y gracia de los superpoderes de unas pocas moléculas: SEROTONINA, DOPAMINA, ENDORFINAS, ADRENALINA…

Ahora está de moda la OXITOCINA, la «molécula del amor», de las relaciones estables, de la fidelidad, de la monogamia, del sosiego, del abrazo.

La OXITOCINA es un nanopéptido (con ese nombre, cualquiera), es decir, un péptido, una molécula formada por la unión de 9 (nona) aminoácidos, moléculas formadas a su vez por la unión de… a su vez formadas por la unión de átomos… a su vez formados por la unión de partículas… Todo son partículas…

Esa particular secuencia de partículas de los átomos de esos 9 aminoácidos, la OXITOCINA, es la que consigue convertir (inyectándola en determinadas zonas cerebrales) a un promiscuo topillo de montaña, ocupado sólo en fecundar topillas y despreocuparse de la descendencia y la potencial relación de pareja una vez ha desocupado, en un solícito amante y responsable padre, monógamo, como la OXITOCINA manda. 

El topillo de montaña tiene un pariente, el topillo de pradera, que da gusto. Monógamo, abrazador, carantoñero, paternal, sociable, sosegado… La única diferencia con el primo promiscuo de las montañas está en la densidad de receptores de OXITOCINA en su cerebro. El montañés no es mal chico. Le falla la OXITOCINA. Está enfermo. Se le inyecta OXITOCINA y mejora. Vuelve al redil.

La OXITOCINA establece el pegamento social de los grupos. Cada abrazo y cada encuentro amoroso refuerza los lazos intragrupales… y las murallas intergrupales. 

La OXITOCINA compadrea con otra supermolécula, la DOPAMINA, encargada de memorizar conductas juzgadas como convenientes o detestables. La OXITOCINA favorece la memorización de todo aquello que resulta deseable para la cohesión intragrupal y su compinche, la DOPAMINA, se encarga de mover (motivar) al individuo en la conducta debidamente etiquetada, cada vez que aparezca el contexto relevante.

Realmente las supermoléculas lo único que hacen es transmitir órdenes a las células: ¡hazlo! Ni siquiera saben el contenido de lo que ordenan y menos aún el por qué ni el para qué. Son simples dedos que activan botones en los correspondientes receptores celulares. Una vez que el poderoso dedo de la OXITOCINA ha apretado el botón de la compleja molécula de su receptor (una proteína, también una «simple» secuencia de aminoácidos pero mucho más larga que los nueve del nanopéptido) se pone en marcha una compleja cadena de reacciones intracelulares que acaba haciendo que el individuo desee abrazar a su moza.

La química que refuerza los lazos intragrupales (pareja, familia, manada) refuerza las conductas de evitación y recelo de lo extragrupal. La OXITOCINA promueve abrazar a la pareja pero también incita a defender la relación de otros posibles pretendientes. Eres sólo mía…

Las supermoléculas son caprichosas, contradictorias. Pueden hacer un día esto y otro lo contrario. Depende. Dependen de cuándo, por qué y para qué, se decide que hagan de corre-ve-y-diles a las células que hagan lo que ellas saben.

¡Abrete, Sésamo! no tiene el poder de abrir ninguna puerta sin un lector de voz (receptor de ¡ábrete Sésamo!) que inicia el proceso de abrir la puerta. La OXITOCINA es uno de los muchos mensajes que circulan por los organismos comunicando decisiones de complicados circuitos de memoria-predicción. 

Los tiempos que corren promueven la esperanza en la provisión de supermoléculas para la solución de cualquier contrariedad. Puede que consigamos la provisión de supermoléculas a demanda pero ello no soluciona las grandes cuestiones:

¿Cuándo, cuánto, dónde, por qué, para qué… qué pensarán de mí?

La red neuronal evoluciona para solucionar el arduo problema de la toma de decisión, de cara a uno mismo y a los demás. Puede que el cerebro tenga serios problemas de aprovisionamiento de supermoléculas, que andemos con las dopaminas, endorfinas y oxitocinas por los suelos y que todo se solucione con la decisión exteriorizada de reponerlas con inyecciones, sprays nasales o ingeniería genética, a demanda. Puede. En la esquizofrenia y el autismo la oxitocina anda escasa y quizás baste una ayudita externa… Puede…

¿OXITOCINA?

Menos lobos… menos lobbies… 

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6 comentarios en «Supermoléculas»

  1. >hola Arturo, no puedo evitar un sonrisión despues de leerte. Da gusto el enfoque que das a los temas. ¿Donde hay que votarte?. Un abrazo, Patricia

  2. >Yo tambien lo he votado,hay temas interesantes tambien,aprenderemos un poco de todas las cabezas pensantes,me gustan más los temas del Dor,saludos,domi

Los comentarios están cerrados.