Si padeces dolor u otros síntomas podemos ayudarte en GoiGroup, la nueva plataforma que hemos creado con Arturo Goicoechea dedicada a pacientes y profesionales.


>A vueltas con el mareo

>

Estamos acostumbrados a percibir el mundo (incluído nuestro propio cuerpo como parte de ese mundo) como algo estable, ordenado, con sus objetos bien diferenciados, algunos quietos y otros moviéndose, a una distancia y movilidad controlada (en velocidad y dirección). 


Podemos navegar por una calle muy poblada por ciudadanos que se desplazan con prisa sin que colisionemos con ellos. Sutilmente anticipamos la intención de la dirección del otro y hacemos una leve corrección en dirección contraria. El otro, a su vez, capta nuestra intención y refuerza su decisión previa de desviarse de forma correcta, complementaria. 

En raras ocasiones aparece el extraño fenómeno de elegir la corrección en la dirección equivocada amplificando el error: “uno mismo” y “el otro a esquivar” nos empeñamos en actuar en espejo, provocando una situación cómica potencialmente irresoluble, con un desplazamiento erróneo in crescendo.

Cada vez que movemos los ojos, el cuerpo o la cabeza, se provoca un desplazamiento del mundo en la retina en dirección contraria y se activa un reflejo ocular que arrastra los ojos en la misma dirección. La vista y los receptores de aceleración y gravedad del oído aportan datos a diversos centros neuronales que permiten, junto a los registros de memoria de movimientos previos en esos mismos entornos, construir una hipótesis probabilística de dónde está nuestro cuerpo en el espacio, con una garantía aceptable de no caída. 

Todo este barullo de procesos se realiza sin que nosotros tengamos ninguna constancia. No sentimos nada mientras navegamos por el mundo (habitación, renglones de un libro, calle, supermercado…) hasta que un mal día percibimos una extraña, confusa y preocupante sensación de falta de garantía de estabilidad. Sentimos mareo.

El mareo expresa la incertidumbre cerebral respecto a las garantías de estabilidad. El cerebro no las tiene todas consigo. No es necesario que suceda nada. Es como un presagio, un pálpito, una corazonada (bueno, una cerebrada), un mal augurio. 

El cerebro nos mezcla el pasado, presente y futuro y nos lo presenta como si sólo existiera el momento actual. Con su extraordinaria capacidad de simular la realidad nos hace creer que está sucediendo, o está a punto de hacerlo, lo que él construye como posibilidad-probabilidad temida. 

……………………………………………..

             – ¡Bájate de ahí que te vas a caer y te vas a matar! ¡Agárrate bien! ¡Mira bien dónde pisas! 

………………………………………………..

Los angustiados padres observan preocupados a sus niños y desearían, a veces, que se estuvieran quietos para poder recuperar ellos el sosiego. Si dispusieran de un mando a distancia que indujera en el niño la sensación de mareo, apretarían el botón: 

………………………………………………

               – ¿Qué te pasa? ¿Por qué no sigues jugando?

               – Estoy mareado. No sé qué me pasa… 

               – Siéntate un poco y descansa…

………………………………………………….

Si la preocupación procede del cerebro de la criatura el diálogo sería algo distinto:

               – ¿Qué te pasa? 

               – No sé. Estoy mareado

               – Tienes mala cara… ¡Vamos a urgencias!

………………………………………………….

Es muy raro que detrás del mareo haya un cerebro lesionado. Generalmente sólo hay un cerebro preocupado, inseguro… alarmado

El paciente con mareo acude a buscar explicaciones y soluciones donde su médico de cabecera. No es fácil explicar y solucionar en unos pocos minutos el tema del mareo. Habitualmente no se da una explicación, probablemente porque no se dispone de ella, y se soluciona el espinoso tema de “la solución” con un producto imprescindible (para el médico y para el paciente): Dogmatil. Es el equivalente a la aspirina en el dolor. 

Afortunadamente, dispongo de tiempo y (eso creo) de respuestas sobre el origen del mareo. Con calma, intento explicar el complejo tema de la percepción, la integración de datos sensoriales con los archivos cerebrales, el cálculo de probabilidades, el alarmismo cerebral… 

La cara del paciente expresa un cúmulo de vivencias, comprensibles pero desesperantes. Muchas veces estoy tentado a cambiar de actitud y dejarme de complicaciones pedagógicas…

             – No se preocupe. Son los nervios, quizás el oído, o, a lo mejor, las cervicales. No, no creo que tenga nada en la cabeza. Va a tomar Dogmatil… Le pido unas placas del cuello y consulta al Otorrino. 

             – El Dogmatil no me hace nada. Ya me lo dió el médico de cabecera y el Otorrino me ha dicho que no es del oído…

……………………………………………

Las veces que se ha tambaleado mi vocación de neurólogo probablemente ha sido cuando he comprobado mi icompetencia y/o impotencia para conseguir contentar a los pacientes con mareo.

        – No deje que el mundo le dé vueltas; dé usted vueltas por el mundo… En libertad, sin cargos… Está usted sano. 

        – No me convence. Pediré una segunda opinión…  

Este blog es solo la punta del iceberg, se puede hacer mucho más.


En GoiGroup (el equipo de Arturo Goicoechea) enviamos consejos de lunes a viernes para desactivar los síntomas desde la raíz.

Además, al seguirnos recibes un audio de 10 minutos que para muchos de nuestros pacientes supuso un gran alivio.

Si esto te interesa, nos sigues aquí abajo con un click. Si cambias de opinión, dejas de seguirnos con otro click. Así de fácil:

    Información Básica sobre Protección de Datos (GoiGroup)

    Responsable: GOIGROUP SC. Finalidad: enviarte newsletter informativa con contenidos relacionados con la salud y promociones comerciales personalizadas automáticas. Derechos: Podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación y suprimir los datos, así como el derecho a presentar una reclamación ante una autoridad de control. Información adicional: En la Política de Privacidad de Goigroup.org


    14 comentarios en «>A vueltas con el mareo»

    1. >Los teoricos de la comunicación dicen que las explicaciones que se le ofrecen al paciente tienen que aportarle algo nuevo pero al mismo tiempo no alejarse demasiado de su concepción del mundo para que sean aceptadas o simplmente consideradas como explicaciones razonables. Tus pacientes mareados reaccionan igual que si les dijeras: su problema es que usted quiere desmayarse para ser pasivo y femenino.Prueba con eso y verás.Lo que tu les planteas está demasaido alejado de su visión de las cosas., creo yo.la vurdad por si misma no cura, ¿no damos anovulatorios para engañar al ovario?

    2. >Paco: el problema es la falta de explicaciones en muchos casos y la falsedad de las ofrecidas en otros. El acto médico se reduce a una receta y una etiqueta (migraña, cefalea tensional, "no se sabe", depresión, ansiedad, "cervicales", contracturas, desgastes…). Los pacientes que yo veo han hecho ya la tournée de las consultas y vienen medicados, con antiinflamatorios, antidepresivos, antiepilépticos etc. Mi labor es la de quitar fármacos y poner información. Estoy de acuerdo en que no todo el mundo tiene la cabeza amueblada para recibir esas informaciones pero creo que debo intentarlo en todos los casos y lo seguiré haciendo así, aun siendo consciente de que un porcentaje de los pacientes saldrán decepcionados o indignados de la consulta.No veo ninguna razón para dejar con vida a todo tipo de especulaciones que se tejen en torno al mareo.Existe una teoría evolutiva sobre los síncopes que sostiene la ventaja adaptativa de desmayarse cuando un grupo humano atacaba a otro. Se aproximaría a la estrategia de "hacerse el muerto" que emplean algunos animales cuando ya les ha cogido el depredador. La explicación habitual de la "bajada de tensión" tranquiliza por un lado pues protege de otras alternativas interpretativas de más calado patológico pero no deja de ser una explicación falsa y que cultiva la incertidumbre cerebral frente a los escenarios. No veo ningún problema en dar la explicación biológica de la reacción de lucha-huida ("fi-fli") que, por cierto, la saqué de un artículo de Engel, el Psiquiatra que acuñó el concepto de modelo Biopsicosocial…

    3. >El decir a los pacientes que los mareos son psicosomáticos o la consecuencia de un trastorno ansioso-depresivo también suele estar alejado de su visión de las cosas (cuando el paciente no siente depresión ni ansiedad) y, sin embargo, la mayoría acabamos "probando" con la medicación "psiquiátrica" al no encontrar solución con ninguna terapia. Porque al final acabamos dudando de todo y de todos, incluso de nuestra propia capacidad para evaluar por nosotros mismos nuestro estado emocional, dudamos de nuestra percepción de la realidad. La idea de que detrás de un mareo, por lo general, hay un cerebro preocupado, inseguro y alarmado, explicada al paciente de forma sencilla y con ejemplos, como hace Arturo, es muy fácil de entender y asumir porque es una "explicación" con su lógica y sus fundamentos biológicos, neurológicos, e incluso psicológicos. Así que no estoy de acuerdo Paco con tu afirmación de que "la verdad por sí misma no cura". No te voy a decir que no haya vuelto a tener mareos desde que llegó a mí esta información, pero sí te aseguro que ha cambiado mi actitud ante los mismos y que se ha reducido considerablemente mi preocupación y mi miedo a realizar actividades cotidianas, con lo cual me siento muchísimo mejor. Por tanto, yo creo que la información (si es buena y se explica bien) sí cura por sí misma. Además, Arturo, te puedes dar por satisfecho con haber ayudado a algún que otro paciente (aunque te gustaría poder ayudarnos a todos), porque el miedo a los mareos paraliza la vida cotidiana y el saber que, gracias a tus explicaciones, algunos estamos consiguiendo volver a ella tiene que ser muy gratificante.

    4. >He tenido la suerte y desgracia de ser en esta historia del dolor y los mareos médico y paciente. Mi mente oscilaba entre la angustia de padecer una enfermedad física seria o una incapacidad psicológica de controlar mi ansiedad. Cuando pude disponer para mí de una explicación neuronal que disolvía el deshojar la margarita entre lo físico y lo psíquico para dejarlo en un exceso alarmista de mi cerebro culturizado comenzó mi proceso de liberación, de recuperación de una certeza de estar sano, por supuesto con sus altibajos. A veces me mareo o me duele la zona lumbar pero tengo capacidad para reaccionar y el problema se disuelve rápidamente. Basta una reflexión convencida de que probablemente estoy sano y que no es mas que una falsa alarma más, un eco de mis anteriores angustias de probable enfermedad o desajuste psicológico para recuperar la normalidad perceptiva. No tengo ninguna duda de la importancia de contar con una explicación interior bien trabada y automatizada que nos proteja de la tendencia instintiva, irracional, de ver posibles enfermedades propias ante cualquier incidencia de enfermedades ajenas o informaciones sobre la fragilidad de nuestro organismo por culpa de nuestra genética, insano estilo de vida o adversidades psiquico-físicas del pasado. Entiendo a Cristina porque me recuerda mis épocas de padeciente sano desconcertado y, sí, es muy gratificante para mí el poder transmitir mis conclusiones y ver que son recogidas como una vía de solución.

    5. >me he sentido muy cerca de estos relatos y tambien consolada. Mis mareos que para el medico, traumatologo, otorrino, han sido tension, ansiedad .. y que nadie ha resuelto se han ido transformando en otras molestias como perdida de vision y dolor enla parte posterior del cuello .. no se ..ya paso de ir al medico a contarle mas historias ..otras gafas y a correr.. creo que soy yo la que voy cambiando los sintomas, o no, y estoy fatal y me estoy muriendo poco a poco. ¿que me estara pasando?

    6. >Todos los relatos de este blog se refieren a casos en los que se supone se han descartado lesiones con las exploraciones oportunas. Sólo en esos casos es lícito plantear el origen de los síntomas en un cerebro alarmado y confuso.El mareo es un síntoma muy frecuente, muy incómodo, preocupante e invalidante y, en general, recibe escasa comprensión por parte de los profesionales. las explicaciones habituales de oído, cervicales y nervios no tienen ningún fundamento. El origen real está en un cerebro que construye la estabilidad corporal con incertidumbre-alarma y traslada esa incertidumbre al individuo en forma de mareo e inestabilidad. El caso más claro de lo que quiero explicar sucede cuando estamos en una altura y se activa el mecanismo de alarma. No hace falta estar en una altura para que se activen los síntomas si se da esa situación de alerta sobre equilibrio, pero, insisto, todo esto sólo debe considerarse si se ha descartado previamente la existencia de una causa orgánica.

    7. Por primera vez en diez meses encuentro una explicación racional a lo que me está pasando. Soy una chica de 34 años, que después de un periplo de médicos, pruebas, psicólogos, otorrino, osteopatía y neurología no me encuentran nada, pero me sigo mareando. No es todos los días ni continúo, excepto durante dos meses el pasado verano que no podía ni levantarme. Me gustaría saber cómo puedo ‘ resetear’ mi cerebro para que entienda que todo está bien. Cómo se cambian esas creencias y, por otro lado, consultarle que un neurólogo me ha propuesto un tratamiento de 50mg de serotonina durante dos meses ya que dice que pacientes con estos mismos síntomas mejoran. Mil gracias por su ayuda y por su blog, me ha sido de gran utilidad y comprension ya que mi entorno no comprende bien lo que me ocurre. Vivoen Madrid pero soy de Vitoria, no descarto ir a su consulta viendo que conoce el tema tan profundamente.

    8. Olguita: estoy jubilado y ya no ejerzo. Me limito a dar cursos o escribir para divulgar todas estas cuestiones que trato en el blog. Tuve hace años una época de mareo continuado y conozco tu desesperación. Yo salí de esa situación a base de buscar explicaciones desde la gestión neuronal de las funciones del organismo y la importancia de los estados de vigilancia. El cerebro exagera con facilidad la incertidumbre y el miedo y nos trasmite ese estado a través de percepciones somáticas. Comprenderlo y centrarse en nuestra actividad tratando de dejar de enfocar la atención a cómo nos sentimos puede ayudar a que se vaya disolviendo ese modo alarmista que nos impone el cerebro.

      Saludos

    9. Muchas gracias por su respuesta y por su blog. Es lo primero que me ha ayudado en meses, llevo una semana pensando en aquello de “no dejes que tu mundo dé vueltas, mejor da tú vueltas por el mundo”, y me siento mejor. Seguiré poniendo en marcha sus valiosos consejos. Feliz 2016, Olga.

    10. Por casualidad he encontrado esta página buscando información sobre mareo inespecífico.

      Hace dos años justamente ahora me encontré en una situación de mucha ansiedad y antes de llegar al pico máximo un día de repente dando un paseo me sentí muy extraña con sensación de mareo pero no vértigo. A partir de ese momento comenzó un martirio que duró hasta octubre de ese mismo año. Acudí en muchas ocasiones a mi médico de cabecera el cual me recetó lo típico, dogmatil, serc, pero aquello no remitía, si es cierto que había días mejores y días malísimos. Fui al otorrino y estaba todo bien, al neurólogo no fui pues me dijeron que no era necesario pues mi cuadro clínico no lo requería. Cómo presentaba, entonces si, cuadro de ansiedad comencé a tomar escitalopram y se me fueron los mareos o inestabilidad como yo lo denominó.

      Ahora dos años después encontrándome perfectamente, sin problemas de ansiedad, otra vez me ha vuelto está maldita inestabilidad que me impide hacer vida normal, no me atrevo a salir a la calle dólares, con lo que me gusta caminar, hacer senderismo, He ido a mi médico de cabecera y me ha recetado serc de 8 MG pero no me está haciendo efecto. Me dijo que sino me resultaba tendría que volver al escitalopram. Mi temor es que tome escitalopram y no me haga efecto dado que yo ahora, al menos, que yo perciba, tengo ansiedad. Si bien es cierto que esto es como una bola de nieve y se retroalimenta.

      Le agradecería me diera su opinión, pues me siento identificada con todo lo que he leído

    11. Por casualidad he encontrado esta página buscando información sobre mareo inespecífico.

      Hace dos años justamente ahora me encontré en una situación de mucha ansiedad y antes de llegar al pico máximo un día de repente dando un paseo me sentí muy extraña con sensación de mareo pero no vértigo. A partir de ese momento comenzó un martirio que duró hasta octubre de ese mismo año. Acudí en muchas ocasiones a mi médico de cabecera el cual me recetó lo típico, dogmatil, serc, pero aquello no remitía, si es cierto que había días mejores y días malísimos. Fui al otorrino y estaba todo bien, al neurólogo no fui pues me dijeron que no era necesario pues mi cuadro clínico no lo requería. Cómo presentaba, entonces si, cuadro de ansiedad comencé a tomar escitalopram y se me fueron los mareos o inestabilidad como yo lo denominó.

      Ahora dos años después encontrándome perfectamente, sin problemas de ansiedad, otra vez me ha vuelto está maldita inestabilidad que me impide hacer vida normal, no me atrevo a salir a la calle sola, con lo que me gusta caminar, hacer senderismo, He ido a mi médico de cabecera y me ha recetado serc de 8 MG pero no me está haciendo efecto. Me dijo que sino me resultaba tendría que volver al escitalopram. Mi temor es que tome escitalopram y no me haga efecto dado que yo ahora, al menos, que yo perciba, NO tengo ansiedad. Si bien es cierto que esto es como una bola de nieve y se retroalimenta.

      Le agradecería me diera su opinión, pues me siento identificada con todo lo que he leído

    12. A mí tb me pasó durante 10 largos meses hace dos años. Esta página me ayudó mucho, sobre todo, el sentirme comprendida en un momento en que nadie, ni siquiera yo misma entendía lo que me pasaba. Al final lo superé y nunca supe bien por qué. Pero escribí mi experiencia en un capítulo de un libro. Si me pasa su email se lo puedo mandar en pdf gratuitamente por si le pudiera ayudar. Un saludo y ánimo.

    Los comentarios están cerrados.